Desde que comenzó el año hay clima de campaña electoral en el país, también en la Provincia.
Con la certeza de una acuerdo para posponer las PASO hasta septiembre, oficialismo y oposición se preparan para ajustar los debates internos y se empieza a hacer evidente que ninguno de los dos principales frente electorales tiene a la tropa ordenada.
En el oficialismo la crisis sanitaria no fue suficiente para evitar las fracturas y si bien el punto sobresaliente de la semana fueron los dardos envenenados que la senadora Agustina Propatto, esposa de Sergio Berni, le mandó a la vicegobernadora Verónica Magario en plena sesión, en todos los ámbitos se notan las tensiones.
Los trascendidos hablan de fuertes diferencias hacia adentro del gabinete, que se traducirían en una distancia cada vez mayor entre el jefe de Gabinete, Carlos Bianco y algunos de los ministros como Teresa García, titular de la cartera de Gobierno, y Pablo López, ministro de Economía.
El episodio en el Senado, con Propatto endilgándole a Magario que la invisibiliza en el recinto, reavivó una disputa presente desde el comienzl mismo de la gestión, y que tiene como protagonista al ministro de Seguridad que esta semana salió nuevamente al ruedo, esta vez para pedir una cuarentena total y estricta por un tiempo limitado para frenar los contagios.
En paralelo los intendentes esperan un gesto que no llega ni desde nación, ni desde provincia, lo que empieza a poner nerviosos a los nuevos Barones del conurbano, que en algunos casos se preparan para salir a la cancha ante el primer descuido del equipo K, que hasta ahora es el que impone las reglas de juego interno, incluso en el ámbito del PJ, hoy comandado por Máximo Kirchner.
En Juntos por el Cambio las cosas no están mucho mejor y cada vez son mas los dirigentes nacionales que salen a caminar la provincia buscando consolidar su proyecto personal o levantarse el precio en una eventual interna del espacio opositor.
Al juego de Patricia Bullrich, Mauricio Macri y Horacio Rodriguez Larreta, hay que sumarle el de Miguel Angel Pichetto y la siempre molesta, para algunos, presencia del duhaldismo residual, claramente mas cerca del macrismo que del gobierno provincial y nacional. Hoy cada uno de estos dirigentes es un compartimento individual, conectado con los demas, pero con funcionamiento independiente.
Además gana terreno el desconcierto de los jefes comunales del PRO que no terminan de agrupar voluntades para extender por un mandato mas el límite a las reelecciones y por ahora resisten los embates del peronismo que directamente busca eliminar las restricciones.
Los radicales por su parte esperan agazapados, la estrategia es no gastar pólvora en una disputa que hoy escala sin su intervención y desgasta por igual al kirchnerismo y al macrismo, por lo que la decisión es mantenerse expectantes a la espera de que llegue el momento de golpear, ya sea en la interna para quedarse con un mayor número en el reparto de candidaturas, ya sea en las generales si a la UCR le toca encabezar las listas seccionales.
Además los intendentes boinas blancas, muchos de ellos además médicos de profesión, marcan la necesaria distancia con el ala dura del PRO y protagonizan episodios casi contadictorios como la decisición de Miguel Lunghi de Tandil, aperturista de la primera hora, de endurecer todas las restricciones que dispuso la provincia.
En el mismo sentido el jefe comunal de Florentino Ameghino, Calixto Tellechea, admitió esta semana que “antes le pediamos al gobierno mayor flexibilidad y mas aperturas y ahora pedimos mayores restricciones y controles”, lo que obliga al partido a adoptar una posición mas prudente frente a la crisis sanitaria.
Lejos de no haber nada entre los dos principales frentes electorales, se consolida un cada vez mas amplio caldo de cultivo para que se agrupen “terceras posiciones” que podrían tanto dar el batacazo en las urnas, como inclinar la balanza para un lado o en otro, sin que ambas posibilidades sean excluyentes entre si.
Son los libertarios quienes mejor están aprovechando el momento, y aunque en las últimas horas se conoció el contagio de COVID-19 de José Luis Espert, lo que de alguna manera frenará las recorridas, han logrado un fuerte trabajo de instalación que a meses de las primarias los mantienen con una intención de voto superior a los 10 puntos en las grandes ciudades bonaerenses, por lo que empiezan a ser tenidos realmente en cuenta para el juego de alianzas por los gobiernos locales.
Por Maxi Pérez
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