La oposición llegó con peleas que terminaron judicializadas, en algunas provincias irán unidos pero también se enfrentarán entre ellos por no poder resolver sus propias internas. No se esperan victorias.
Por: Carla Pelliza.
El camino a las elecciones de este domingo no fue para nada sencillo para la oposición. En las provincias en las que se elegirán cargos ejecutivos, Cambiemos enfrentó particiones o negociaciones al borde de la ruptura. Hubo jugadas que terminaron judicializadas, particiones, divisiones claras entre halcones y palomas, particularmente del PRO, y una perspectiva de derrota para el fin de semana que no contará con presencias de referentes nacionales en los territorios.
El caso salteño tal vez fue uno de los más conflictivos para la oposición. De hecho, motivó una reunión de urgencia de la dirigencia PRO, convocada desde un chat larretista sin la presencia del ala bullrichista, y que encontró a Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta juntos contra Patricia Bullrich por su tendencia al intervencionismo compulsivo ante la dificultad de sellar alianzas que consideró necesarias.
En esa provincia, la gran incógnita no pasará por quién saldrá triunfador, se descuenta que el actual gobernador logrará la reelección, pero sí se mostró un gran interrogante sobre el segundo puesto. Podría quedar para Cambiemos, que parió una alianza repleta de dolor, o para el Frente Avancemos, un mix de todo. El armado incluye a un diputado referenciado por La Cámpora, que es Emiliano Estrada, un aliado de Juntos por el Cambio en el Congreso, Carlos Zapata, bajo el paraguas de Alfredo Olmedo, ex legislador nacional aliado a Javier Milei.
Ese frente liberal mostró la filtración de Zapata, este miembro de Cambiemos en Diputados pero no integrante de uno de los partidos tradicionales de la alianza, y la salida de Martín Grande del PRO, una figura fuerte para el macrismo que se cansó de la digitación porteña de los armados provinciales. Pero, además, JxC también sufrió diferencias propias. Esas huidas fueron minimizadas pero encontrar la fórmula fue complejo, sobre todo por las pujas dentro de la UCR.
El partido centenario se partió a la hora de plantear una alianza con el PRO. La UCR provincial estuvo de acuerdo en sellar el pacto con un macrismo débil, intervenido y la UCR de la capital consideró que ese pacto no sumaba absolutamente nada y que convenía ir con un armado 100% propio. Primó la postura de la conducción general. A eso se le sumó una pelea dentro del macrismo, que no tuvo intenciones de sumar al Frente Plural cuyo exponente es Martín Posadas de Gustavo Sáenz.
Por ese motivo, Patricia Bullrich sacó al interventor del larretismo y mantuvo al propio para aprobar la firma de la incorporación del PRO a la alianza. Eso fue judicializado por el equipo de Horacio Rodríguez Larreta que, poco después, decidió no avanzar. La coalición terminó consolidada con Miguel Nanni, jefe de la UCR provincial, a la cabeza y Virginia Cornejo como compañera de fórmula. Inés Liendo, la querida por un sector del macrismo pero no por la ex ministra de Seguridad, quedó fuera por una cuestión de preservación.
Por este cierre conflictivo, Horacio Rodríguez Larreta no viajó a la provincia ni le dió su apoyo explícito a los candidatos. De hecho, la última visita a tierras salteñas fue en noviembre del año pasado.
Según las encuestas, Cambiemos podría quedar segundo o tercero, detrás del peronismo en el primer caso o detrás de los libertarios en el segundo. Hasta ahora, los referenciados o vinculados con Javier Milei prometieron más de lo que supieron conseguir realmente en la idea a las urnas, algo que también se espera que suceda este fin de semana en Tierra del Fuego.
En la provincia austral, Andrea Almirón, de Republicanos Unidos, no llegaría al diez porciento de los votos. Milei viajó a Ushuaia en las últimas semanas y fue muy bien recibido pese a que se mostró en contra del régimen de promoción industrial para la provincia pero su candidata no tendría una gran performance.
En ese distrito, la gran duda es quién saldrá en segundo lugar, ya que el primero quedó asegurado para la reelección de Gustavo Melella. Pero el otro escalón del podio podría estar ocupado por dos expresiones diferentes de Cambiemos. Por un lado, la alianza oficial con el sello oficial y el apoyo, por ejemplo, de la UCR y de gran parte del PRO, como Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal.
Esa fórmula los lleva a Pablo Blanco, del radicalismo, y a Federico Frigerio, del MID. Pero el PRO larretista irá por fuera con la opción de Hécto Tito Stefani, titular del partido provincial que, ante la posibilidad de perder la conducción, pidió la intervención. Ese rol le quedó a un nombre de Horacio Rodríguez Larreta pero, como en Salta, ante la intrensigencia de sellar el acuerdo para conformar la coalición, Bullrich cambió una figurita ajena por una propia y también hubo una judicialización.
Para los cierres, Gerardo Morales, Vidal y Bullrich viajaron a la provincia austral para estar junto a Blanco y Frigerio. Larreta no estuvo para el broche de oro de la campaña, voló a Chubut y Tierra del Fuego pero se quedó con el apoyo que le dio a Stefani a fines de abril y lo mantuvo hasta el momento.
La otra provincia donde Cambiemos esperaría una derrota es La Pampa. Allí, el actual gobernador Sergio Ziliotto irá por la reelección y se enfrentará al radical Martín Berhongaray, que tirunfó en la única interna partidaria + independientes que se hizo en la provincia, la de Juntos por el Cambio. Su nombre apareció casi en el cierre de la noche y desplazó a otros tres del partido centenario. Además, se impuso ante el aparato del macrismo que apoyó a Martín Maquieyra.
Bullrich no viajará a ninguna de las provincias. Según su filosofía, no se meterá en ningún festejo provincial pese a que este fin de semana no habría motivos para celebrar en la alianza opositora. Larreta, por su parte, tenía intenciones de estar en San Juan o Tucumán, pero las elecciones quedaron truncas en esas provincias.
En San Juan, Cambiemos tenía la esperanza de triunfar por la tracción de las bases hacia arriba. Con el desdoblamiento de las elecciones, el nombre más fuerte de la alianza, Marcelo Orrego, quedaría huérfano en los comicios para gobernador. Por lo tanto se transformó en un problema. Tucumán podría ser diferente. De todos modos, todas las encuestas mostraron continuidad de los oficialismos. Pero los partidos hay que jugarlos.
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