El oficialismo uñaquista observa con desconcierto algunas acciones de José Luis Gioja. En lo afectivo no hay fisuras. En lo político, buscan limar asperezas.
Desconcierto. Así de sintético y complejo podría sintetizarse el momento que atraviesa la interna justicialista por estas horas, en que la fricción política entre el gobernador Sergio Uñac y el diputado nacional José Luis Gioja resulta inocultable. Y vale subrayar la aclaración: fricción política, porque el afecto personal permanece intacto, en honor a la historia compartida.
Así lo reveló a este medio una fuente de máxima confianza del gobernador y presidente del Consejo Provincial del Partido Justicialista, con resguardo de identidad. Porque el tema es sobrevolado con eufemismos cada vez que se encienden las cámaras. Fuera del aire, empiezan a aparecer las realidades. Así, en plural.
La verdad de este sector se asienta en un calendario de hechos políticos que arrancan en el inicio de la gestión. El primero fue el vacío de los legisladores nacionales del justicialismo en la visita presidencial de febrero de 2016 a Barreal. A ese lugar arribó Mauricio Macri para anunciar la eliminación de las retenciones a las exportaciones mineras.
El gobernador Uñac, que se encontraba en plena cabalgata sanmartiniana, bajó rápidamente para oficiar de anfitrión. Estuvieron presentes Roberto Basualdo, Eduardo Cáceres y Graciela Caselles. No pretendían que se trasladara Gioja, en respeto a su jerarquía partidaria nacional, pero sí que estuvieran Daniel Tomas y Daniela Castro. El vacío se hizo sentir.
Las sucesivas votaciones de Gioja y los legisladores sanjuaninos de su riñón en contra de los proyectos de Cambiemos, fueron interpretadas en la intimidad del uñaquismo como una falta de respaldo no a Macri sino al propio gobernador. Conocido es el empeño del pocitano en cuidar la relación con la Casa Rosada, a pesar de las diferencias. No poder garantizar los votos en el Congreso Nacional se convirtió en motivo de reproches desde Balcarce 50.
Advierten en este espacio que el diputado Gioja solo votó favorablemente la Ley de Presupuesto 2017, lo cual resulta una obviedad en atención a la asignación de recursos para obras en la provincia. No entendieron esa definición como un gesto de acompañamiento hacia la gestión de Uñac, estrictamente hablando, sino como un acto obligatorio para cualquier legislador sea cual fuere su color político.
La firma de Gioja en el pedido de juicio político contra Macri también resultó una jugada que incomodó al gobierno provincial, según admitió la misma fuente y corroboraron al menos otros dos voceros del círculo íntimo de Uñac. Tratándose de un dirigente de vasta experiencia –el de mayor trayectoria en el peronismo local- les costó entender la actitud del diputado nacional.
Era una presentación condenada a ser tan solo pirotecnia mediática, sin la menor chance de prosperar en el Parlamento. Y fue impulsada a pocos días de la Fiesta Nacional del Sol, con la expectativa de la llegada de funcionarios nacionales que finalmente no estuvieron, a excepción del ministro de Transporte de Nación, Guillermo Dietrich, que pasó fugazmente con anuncios el viernes del Carrusel.
Esta selección de hechos, registrada en el entorno del gobernador, revela el momento distante que atraviesan ambos espacios. Los hermanos Uñac guardan afecto por el diputado nacional, con quien comenzaron a militar en los años ’90 junto a su padre Joaquín. El resto es historia archiconocida: primero Rubén y después Sergio fueron elegidos por Gioja como vicegobernadores en los periodos 2007 y 2011 respectivamente.
De Gioja aprendieron buena parte de la política que hoy ejecutan. Por ejemplo, la máxima de que el bloque vote unido en el Congreso Nacional bajo la consigna de anteponer los intereses de la provincia. Recordó un ex legislador que el entonces gobernador Gioja solía reunirlos al comienzo de la gestión para encomendarles ese comportamiento. Y así transcurrieron los mandatos, con votaciones blindadas y garantizadas aunque por lo bajo hubiera alguna disidencia.
Por eso resultó doblemente llamativo el cambio de idea. Esta tendencia a votar a contrapelo de lo acordado por el gobernador Uñac con Nación, aún a sabiendas de las consecuencias que podría acarrear.
Mientras algunos en terceras y cuartas líneas se frotan las manos contando con una interna explosiva para definir candidaturas a senadores y diputados nacionales, entre Gioja y quien Uñac disponga si no hubiera acuerdo, la misma fuente de máxima confianza del gobernador advirtió que no están dispuestos a someter a la provincia a semejante trauma.
Al menos dos integrantes de la actual gestión echaron mano del archivo nuevamente para graficar el ejemplo de lo no deseado: la confrontación entre José Luis y César Gioja en 2011 por la enmienda constitucional y la posibilidad de un tercer mandato consecutivo al frente del Poder Ejecutivo. La polvareda llegó a los medios nacionales y quedó el registro para la posteridad. Nunca más algo así, dicen en el entorno de Uñac.
Entienden que Gioja se ubicó fuera del espacio que hoy conduce Uñac, posiblemente condicionado por su rol de presidente del Consejo Nacional del Partido Justicialista. Pero las puertas no están cerradas, ni el diálogo cortado. Es apenas la foto de un momento. Como la foto del jueves 2 de marzo, cuando Uñac y Gioja compartieron el palco en la entrega de viviendas del Barrio Amecom III. Mensaje simbólico hacia adentro y hacia afuera también.
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