El suceso de Silvia Petitti y sus cheques sin fondos dio pie a que se explicitaran diferencias dentro del radicalismo provincial. Aunque se la pretenda disimular la disputa por cargos ya empezó.
Este diario anticipó el lunes la jugada que se preparaba en el Concejo Deliberante capitalino, donde hubo intenciones -ahora desalentadas- de reemplazar al socialista Guillermo Di Liscia por Leandro Altolaguirre.
Hubo quienes pretendieron relativizar un contexto que había sido expuesto claramente, y que daba a Altolaguirre -hombre de Pacheco Berhongaray- como pretendiendo el cargo de presidente del cuerpo en lugar de Di Liscia, contando para ello con la complicidad del justicialismo, según él mismo edil habría comentado en voz alta.
La jugada no habría terminado allí, sino que también se especulaba con un cambio en la presidencia del bloque del Frepam en la Legislatura. Concretamente, y aún cuando algunos legisladores habían señalado en LA ARENA hace un par de semanas -Carlos Bruno y Adrián Peppino- que respaldaban a Julio Bergués, el movimiento iniciado en el Concejo culminaba en el palacio legislativo con su cambio por Hugo Pérez.
Se sabe, Bergués pertenece a la Liga de Intendentes, la línea Blanca; y Pérez responde a la Azul de Francisco Torroba.
Cargos en disputa.
Las especulaciones daban cuenta, sobre el fin de semana, que el movimiento de pinzas que habrían iniciado algunos sectores no sólo incluían el Concejo Deliberante de Santa Rosa, sino también la Cámara de Diputados, con la vista fija en las Legislativas de octubre próximo y hasta las elecciones a gobernador en 2011.
Se decía que Torroba se vería obligado a apoyar la salida de Bergués -quien quedó muy cuestionado después del episodio de la diputada Silvia Petitti y sus más de 100 cheques sin fondos-, y que debería apoyar a Martín Berhongaray, hijo de Pacheco.
Después este joven legislador -con la situación claramente expuesta- prefiri´ó decir que la línea Celeste no aspiraba a más espacios en la Cámara.
Pero ayer las reuniones siguieron, los contactos telefónicos se intensificaron, y hasta el recurso del mensaje de texto fue utilizado para ir dando forma a un panorama sino de conflicto sí de interna sin tapujos.
Contra la Blanca.
¿Qué está pasando? A esta altura los movimientos no se pueden ocultar. La idea de cambiar a Bergués por Hugo Pérez campea en la Unión Cívica Radical. Todo indica que los integrantes de las líneas Celeste, la Azul y la Morada, están en abierta colisión con la Blanca. "Hay que recortar el poder que pretende exhibir la Blanca", disparan. "No puede ser que los que están hoy en el Congreso (Juan Carlos Marino, senador; y Daniel Kroneberger, diputado) pretendan repetir sin importarles otra cosa que la cuestión personal", completan los que ahora están fogoneando aquellos cambios en el bloque del Frepam.
La idea es proponer a Hugo Pérez como presidente de la bancada y a Juan Carlos Passo como secretario del bloque. Este vendría a reemplazar a Mauro Pildaín, quien a fines del año anterior fue consagrado presidente del Comité Provincia del radicalismo.
Ayer debía llevarse a cabo una reunión importante de los diputados del radicalismo, pero la ausencia de Heber Pregno hizo que no se realizara, por lo que se contempla la posibilidad que se pueda hacer hoy.
A media tarde de ayer, no obstante, algunos legisladores se juntaron para evaluar los pasos a seguir, aunque el acuerdo -al menos unánime- estaría bien lejos.
Pero no todo queda reducido a la "pelea" por algunos cargos legislativos. Naturalmente las elecciones de octubre próximo, donde el Frepam aparecería bien posicionado, despierta expectativas y claro está, son varios los que consideran que es su momento.
Algunos nombres que circulan, más allá de Marino y Kroneberger, son los de Ricardo Consiglio (Azul), Antonio Tomás Berhongaray o su esposa Delia Braun, y al mismo Juan Carlos Passo (Morada) no le desagradaría que lo consideren.
Lo cierto es que el movimiento existe, que los ánimos están bastante caldeados, y que por ahora nadie sabe cómo va a culminar todo esto. Ni siquiera los socios del Fregén y el Socialismo, que asisten desde afuera a una disputa a la que no han sido invitados.
Comentá la nota