Intentos de la dirigencia del PJ por meter a Bergoglio en la puja por candidaturas. Necesidad y estrategia. El pontífice toma distancia. Malestar episcopal.
Por Guillermo Villarreal
En más de una oportunidad, el papa Francisco aclaró que no es peronista, aunque en su juventud comulgó con esta afiliación política que tiene puntos de sustento en la doctrina social de la Iglesia. Sin embargo, una parte de la dirigencia del PJ insiste en meter a Jorge Bergoglio en la interna partidaria de este movimiento cada vez más roto.
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El pontífice lo explicita en el libro entrevista El Pastor, de Francesca Ambrogetti y Sergio Rubin. “Nunca estuve afiliado al partido peronista, ni siquiera fui militante o simpatizante del peronismo, pero ¿qué tiene de malo serlo?”, plantea y atribuye esa identificación partidaria a sus escritos sobre la justicia social.
La estrategia peronista (y no peronista) es siempre la misma y repetida desde que el argentino llegó a la Cátedra de Pedro en marzo de 2013: pedido de audiencia privada, fotos que inmortalizan el momento y búsqueda de alguna palabra o gesto que pueda interpretarse como “una bendición” papal a una candidatura o proyecto político dentro del espacio actualmente opositor.
El Vaticano responde con nada de protocolo, prefiere -al igual que Bergoglio- que las audiencias sean en la casa Santa Marta, donde reside el pontífice, y no en los salones o bibliotecas del Palacio Apostólico. Rara vez, además, figuran en la agenda diaria del pontífice, para quitarle -dicen- carácter oficial.
Vatican News, el conglomerado de medios papales, en ocasiones excepcionales se hace eco de los encuentros y, junto con el papa, deja que sean los visitantes (interesados) quienes hagan públicas las reuniones y sus pormenores.
Peronismo roto
La versión romana de la pretemporada electoral 2025 se da en momentos en que es cada vez más tensa la relación entre Cristina Fernández de Kirchner, titular del Partido Justicialista (PJ), con otros referentes que intentan armados y esbozan posibles candidaturas para los próximos comicios legislativos.
Tal el caso del gobernador bonaerense Axel Kicillof, su par riojano Ricardo Quintela y, en menor medida, el militante social Juan Grabois.
Como ya contó Letra P, sin liderazgos emergentes ni referentes que convaliden y unifiquen un posicionamiento claro contra el modelo libertario de Javier Milei, todos los caminos de la oposición (peronista) conducen a Roma.
A principios de enero, quien visitó al papa fue el exgobernador salteño Juan Manuel Urtubey. Fueron 40 minutos de audiencia junto con su familia, tras la cual bajó línea sobre la necesidad de un proceso de renovación del peronismo y reconoció que, con la aparición de Milei, “no sobra nadie” y que en la construcción de una instancia superadora las variables ya no pueden ser “Cristina sí, Cristina no, porque son del pasado”.
Todos los caminos de la oposición conducen al papa Francisco
Antes que Urtubey, entre mediados y fines de diciembre del año pasado, estuvieron la intendenta de Moreno, Mariel Fernández, vicepresidenta cuarta del PJ; y el intendente de Río Grande Martín Pérez. A lo largo de 2024, también lo hicieron Kicillof y Quintela.
CFK sin viaje ni bendición
Una fuente vaticana consultada con Letra P especuló con un posible pedido de audiencia de CFK para ver a Bergoglio, pero antes preguntó si la expresidenta estaba impedida de salir del país tras la condena, en segunda instancia, a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por el delito de administración fraudulenta en la concesión de obras públicas al empresario Lázaro Báez en la provincia de Santa Cruz.
Ante la respuesta de que la prohibición le cabría sólo en el caso de que la justicia considere que hay peligro de fuga, la contrarrespuesta de la fuente fue: “Entonces, no lo descarte”, sin dar más detalles ni certezas sobre la fecha y la posibilidad cierta de que el papa se la concedería en un contexto electoral en ciernes.
En Buenos Aires, en cambio, ni mencionaron esta posibilidad y aseguraron que CFK está enfocada en reorganizar al peronismo de cara a las elecciones de medio término, en las que Unión por la Patria pone en juego 44 bancas de las 99 que tiene en la Cámara de Diputados y 14 de las 34 en el Senado.
Fuentes partidarias precisaron que la titular del PJ ya tiene una “agenda cargada” para los primeros meses del año, con visitas a las provincias a fin de delinear la estrategia del armado y que, por lo pronto, no figura ningún viaje al exterior.
El papa Francisco con Cristina Fernández de Kirchner
CFK fue quien más veces se entrevistó con Francisco durante sus dos períodos de gestión. Desde que el argentino se instaló en el Vaticano, la expresidenta tuvo cuatro audiencias oficiales con el pontífice.
Fueron todas después de su conversión a la fe bergogliana, ya que antes tanto ella como Néstor Kirchner consideraban a Bergoglio el “líder espiritual” de la oposición.
Malestar eterno en Buenos Aires
El uso político partidario de la figura del papa molesta a las autoridades de la Iglesia, por lo que no ocultan su malestar por estas movidas del peronismo y también de otros sectores, entre ellos La Libertad Avanza.
La dirigencia libertaria también cumplió con su cuota de francisquismo a la romana con las visitas de la vicepresidenta Victoria Villarruel y del secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo; además de la audiencia oficial y los dos encuentro informales que Milei mantuvo con Francisco desde que llegó a la Casa Rosada.
Uno de los más críticos a este encasillamiento de la figura papal es el obispo Oscar Ojea, hasta noviembre presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, quien negó que Bergoglio sea el jefe de la oposición a la gestión libertaria y rechazó que lo traten de “papa peronista”.
“Ponerlo al Papa en ese lugar, en ese nivel, sinceramente, es achicarlo y empequeñecerlo. Pero eso es lo que han hecho muchos argentinos, que a mi modo de ver no han querido dejar al papa ser papa, sino que quisieron mantenerlo en el lugar de la política argentina”, opinó en una entrevista con Infobae.
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