El “no” de Macri fue parte de las conversaciones entre los dirigentes que estuvieron en el hotel Hilton. Larreta pasó unos minutos´, pero faltó Bullrich. La picardía de los radicales del “grupo Malbec” y el acompañante sorpresa de un ministro. Los discursos, críticos de la gestión, con foco en la inflación.
Mauricio Caminos
“¡Le escapemos a la foto!”. Alfredo Cornejo tomó del brazo a Luis Naidenoff y entre risas buscó alejarlo unos metros de donde acababa de ingresar Horacio Rodríguez Larreta. Rápidos de reflejos, los senadores radicales querían evitar cruzarse con el jefe de gobierno porteño, quien tiene una negociación electoral abierta con el presidente de la UCR, Gerardo Morales. “Allá están los cosecha tardía”, se jactó uno de ellos, asumido cofundador del disidente “grupo Malbec”.
Era apenas la previa a la cena anual de CIPPEC en uno de los salones subterráneos del hotel Hilton en Puerto Madero y las picardías políticas ya daban la nota. En el evento que reunió a casi mil dirigentes, empresarios y miembros de los medios de comunicación dos de los temas de conversación obligados fueron la interna opositora y el impacto de la “renuncia” electoral de Mauricio Macri. Justo el día después de su anuncio y cuando el ex mandatario encabezaba en paralelo otra cena de alto impacto en la costanera porteña: la de la Fundación Libertad, donde compartió la mesa con el propio Larreta y Patricia Bullrich.
El alcalde pasó apenas a saludar por el Hilton acompañado como una sombra por Waldo Wolff –secretario de Asuntos Públicos porteño– y luego se encaminó al Goldencenter. Bullrich ni siquiera dio el presente, pese a que desde su círculo íntimo habían confirmado su presencia en la gala de CIPPEC. En plena campaña, la decisión de la ex ministra de Seguridad fue una declaración de principios: el influyente think tank ha nutrido la gestión del alcalde porteño con dos ex directores. Fernando Straface es secretario general del Gobierno y Julia Pomares es jefa de asesores del jefe de gobierno.
No hubo voces que sintieran nostalgia por la decisión de Macri de correrse de la contienda electoral, sobre todo en la oposición, que casi que copó el evento. “Fue un buen domingo. Uno más. Ordena”, comentó un ladero de Larreta, cuando el alcalde buscaba con la mirada a Jorge Macri, que estaba acompañado de su pareja y suena como el candidato principal del PRO para la interna porteña.
A los pocos metros, el radical Martín Lousteau también se paseaba entre los canapés y bocadillos de pastrón y langostinos rebosados que había en la recepción. El senador se quejó por la presión pública del ex mandatario para que el ex intendente de Vicente López sea el único candidato amarillo. En ese sentido, todavía faltaría que “se bajen” Soledad Acuña y Fernán Quirós, quien también apareció por el Hilton. “Estamos muy bien. Aún no está definido cómo se va a depurar la candidatura”, comentaron a su lado. “Hay tiempo hasta mediados de abril”, comentó un importante funcionario.
“Esta cena es más horizontal. La otra es más reducida, ideológica, y está Mauricio, claro”, admitió un diputado amarillo que juega con Larreta pero que reconoce la figura aún influyente del ex mandatario. El legislador también estaba de paso por la cena de CIPPEC y se apuró a salir para la de la Fundación Libertad donde Macri iba a ser protagonista, junto a figuras de la derecha regional, como el ex juez y actual senador brasileño Sergio Moro, quien condenó a prisión a Luiz Inácio Lula da Silva y fue funcionario de Jair Bolsonaro.
También estuvo unos minutos el libertario José Luis Espert, que busca un acuerdo con JxC para contrarrestar “la amenaza” que puede significar para su electorado la candidatura de Javier Milei. “Lo de Espert está casi cerrado”, comentó un diputado amarillo con peso territorial que conoce a ambos diputados-economistas.
Por el oficialismo apenas hubo figuras, como el embajador Daniel Scioli, que está anotado como precandidato presidencial, Antonio Aracre –jefe de asesores del Presidente– e Ignacio De Mendiguren –secretario de Producción–. También se lo vio al ministro de Ciencia, Daniel Filmus, bajar las escaleras mecánicas que daban al salón principal acompañado de Paolo Rocca, el magnate dueño del Grupo Techint. Además estuvieron varios gobernadores: los peronistas Gustavo Bordet, de Entre Ríos, y Oscar Herrera Ahuad, de Misiones; Omar Gutiérrez (MPN), de Neuquén, y el radical Rodolfo Suárez, de Mendoza.
El escenario no fue muy amigable para el oficialismo, lo que quedó demostrado por los discursos principales, antes de la cena, que tuvo de plato principal una carne desmechada con vegetales y, de postre, crème brûlée. “El mundo necesita lo que Argentina tiene para dar. ¿Vamos a lograr una síntesis constructiva que revierta el status quo decadente? ¿Vamos a lograr balancear un capitalismo pujante hacia la inclusión de los que miran al costado del camino?”, se preguntó Sergio Kaufman, presidente del Consejo de Administración y líder de Accenture. El tono crítico estaba destinado a interpelar a los invitados de cara a la campaña electoral.
“¿Cuánto creen que van a valer 50 mil pesos en marzo del año que viene?”, desafío por su lado a la audiencia Gala Díaz Langou, directora ejecutiva de CIPPEC. Entre los invitados aún no habían repartido tarjetas para donar a la ONG desde 20 mil a 400 mil pesos, apalancados por la arenga del presentador de la noche, Iván de Pineda.
“La capacidad de pensar el futuro con incertidumbre no aparece cuando pensamos en lo público. En lo público necesitamos poder proyectar el futuro”, exigió Díaz Langou, que calificó el momento actual de una “coyuntura incendiada” y luego pasó a dar cuatro de un grupo de diez recomendaciones que la CIPPEC preparó para que estén a disposición de la dirigencia política, sea cual sea el partido que asuma el próximo 10 de diciembre.
Entonces planteó propuestas sobre cómo reordenar el sistema previsional, cómo redefinir las tarifas y los subsidios energéticos, cómo reducir la deserción escolar y cómo mejorar las políticas de cuidado para disminuir la pobreza infantil. “Que el próximo gobierno custodie estos compromisos”, exigió Díaz Langou, aunque no la escuchaban en el salón ninguno de los presidenciables en la actual contienda, y cerró: “No pongamos de excusa la incertidumbre y la desconfianza. ¿No será que nos falta coraje?”.
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