El presidente del Central bajo presión intensa de la Rosada aceptaría bajar las tasas, justo en el mes que la inflación casi se duplica.
Marcos Peña convocó para este miércoles a una inusitada conferencia de prensa en la Casa Rosada donde rodeará al presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, junto a los ministros Nicolás Dujovne y Luis Caputo.
La versión que llegó a la redacción de LPO de fuentes al tanto de lo que se está discutiendo es que Sturzenegger habría aceptado bajar las tasas luego de una intensa presión de la Jefatura de Gabinete, liderada por Mario Quintana.
Para disfrazar la evidente pérdida de autonomía del presidente del Banco Central, mañana se anunciaría un relajamiento de las metas de inflación que Sturzenegger había fijada en torno al 10% anual, con una banda de "tolerancia" de dos puntos hacia arriba y abajo.
Si la meta ahora se acerca al 17% que proponía Quintana, Sturzenegger tendría un margen amplio para bajar la tasa de corto plazo que hoy está en un altísimo 28,75%, siendo por lejos la más alta de la región.
Este "nuevo modelo" que prevalece en la Jefatura de Gabinete y empezó a conseguir el respaldo de Macri, busca acelerar el crecimiento y fue anticipado por Guillermo Laborda en su columna para LPO del viernes pasado. En ese sentido, LPO reveló este martes que Macri había empezado a comprar el nuevo modelo "productivo" de tasas más bajas y tipo de cambio más alto, habilitando la devaluación de los últimos días.
Si se confirman las versiones el timing no podría ser peor: Sturzenegger anunció una suba de tasas cuando la inflación se fue al 1,5% y ahora que estaría por duplicarse en diciembre, la bajaría.
El giro, si se confirma, sería la capitulación de las pretensiones de autonomía del Central que Sturzenegger trató de imponer al ala política y vendría a confirmar que el propio Macri apoya la baja de tasas y algo más importante: Ya no está tan convencido que un Banco Central autónomo sea un requisito ineludible para alcanzar un crecimiento económico sólido.
De hecho, en el mercado por primera vez este miércoles se habló de la renuncia de Sturzenegger y de los esfuerzos de Macri por retenerlo, pero sometido al nuevo esquema.
El escenario es de alto riesgo, en primer lugar porque quedaría muy dañada la autoridad de Sturzenegger si el anuncio del cambio de metas se concreta en la Casa Rosada, revelando una intención explícita del Gobierno por exhibir su subordinación. Un escenario de ese tipo traería a la memoria conflictos similares como los que tuvieron Alfonso Prat Gay y Martín Redrado con Néstor Kirchner, y luego Juan Carlos Fábrega con Cristina, que en todos los casos terminaron en su salida del Central.
"Si es verdad que van a anunciar un cambio de metas, el timing es muy malo porque coincide con el impacto de todas las subas de tarifas y precios regulados y el inicio de las paritarias", afirmó a LPO un experimentado operador financiero.
Se daría además un disparate interesante: Stuzenegger viene de subir la tasa porque la inflación se le disparó al 1,5% y ahora que en diciembre se prevé por los ajustes tarifarios y de precios que escale nada menos que al 2,5%, anunciaría una baja. "A Vanoli no le pidieron tanto", comentaba risueño un operador financiero al tanto de los rumores.
La versión del cambio de las metas por presión de la Casa Rosada se había extendido en el mercado este miércoles y ya se comentaba en los principales centros financieros del mundo donde vienen apostando -y ganando- fuerte en la Argentina. "El consenso en el mercado es simple, si la inflación no baja suben las tasas, si cambian eso no se va a entender", afirmó a LPO un conocedor de esos mercados.
La experiencia comparada de cambios forzados de las metas de inflación no es buena. En una reciente cumbre financiera organizada por el Banco Ciudad, le recordaron a Sturzenegger que cuando Brasil lo hizo, el Central de ese país tardó diez años en recuperar la reputación perdida y tuvo que pasar por tres de recesión, algo que acaso ahora el Gobierno se quería evitar, visto que ya empezaron a calentar motores para la reelección de Macri.
La situación plantea además a Sturzenegger una afrenta adicional: Este martes el jefe de los senadores peronistas, Miguel Angel Pichetto, le exigió a Dujovne durante su exposición en el Senado, que abandonen la política de tasas altísimas porque está destruyendo la rentabilidad de prácticamente todos los sectores productivos. "En el Central se creen que está en el Bundesbank", afirmó.
"El Banco Central se maneja como iceberg autónomo ajeno a las políticas económica. Esto no cierra en Argentina ni en ningún lugar del mundo. Funciona como si fuera al Banco Alemán, el Bundesbank. Y tiene que estar atada a la política económica, del desarrollo", dijo el senador peronista , en un argumento que parece calcado a los que repite en la intimidad Quintana.
Esa autonomía es precisamente la que buscaba Sturzenegger y que hasta hace poco compartía Macri. El presidente del Central se cansó de afirmar públicamente que la baja de la inflación era el mejor motor posible para ingresar en un sendero sostenible de crecimiento y atraer inversiones.
De hecho, no son pocos los economistas que creen que la baja de tasa por si sola no va a garantizar crecimiento y ponen el foco en el histórico déficit de cuenta corriente. En el presupuesto el Gobierno lo había estimado en poco menos de US$ 1.900 millones y termina rondando los US$ 8.500 millones, es decir apenas un 480% por encima de la meta.
Las presiones de la Casa Rosada para bajar la tasa también tenían un importante ingrediente financiero. El presupuesto 2018 establece que el 60% del financiamiento para el año próximo se tomará en el mercado local, lo que con los actuales niveles de tasa le encarecían mucho el endeudamiento a la Rosada. Caputo venía librando una guerra sorda con Sturzenegger, tomando deuda a nivel local con Letes que pagaban menos que las Lebacs del Central.
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