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Concretada la interna del Partido Justicialista de Mar del Plata, quedaron heridas expuestas que no parecen aptas para cicatrizar en el corto tiempo. El domingo, sólo 5.420 afiliados del PJ local -apenas un tercio del padrón- concurrió a votar para elegir a la nueva conducción partidaria. Al margen del resultado, la escasa participación evidencia un notable desinterés de la cuestión partidaria. Meses atrás habían concurrido a las urnas los afiliados radicales. Fueron apenas 3.850. Entre radicales y peronistas, en elecciones internas, votaron sólo 9.270 personas en ambos comicios. Poco, muy poco, siendo un dato que debería preocupar a la dirigencia política del distrito. En cuanto a lo sucedido el domingo, la lista impulsada por la titular de la Anses, Fernanda Raverta, se impuso con el 58,6% de los votos (3.154 adhesiones) ante la “apadrinada” por Rodolfo “Manino” Iriart (41,4%, 2.226 votos), siendo un triunfo que tuvo “gusto a poco”. La noche anterior, uno de los principales armadores de la lista N°4 no dudaba en afirmar que el triunfo sería de “80 a 20”. Estaban convencidos de que concurriría mucha más gente a votar que la que realmente fue, con lo que iba a ampliarse la diferencia, más aún teniendo en cuenta que, también en la previa, pero en el búnker de Iriart, se reconocía que “juntamos 2.000 votos. Si van a votar 3.900 ganamos”, pronosticaban.
El clima en que se desarrolló la campaña previa no fue el mejor, y las acusaciones veladas, de uno y otro lado, se hicieron públicas el lunes, ya contados los votos. Raverta, ex candidata a intendenta, no dudó en apuntar sus dardos contra el actual jefe comunal, Guillermo Montenegro. Habló de “inaudita campaña sucia” donde le realizaron “operaciones mediáticas nunca vistas e inimaginables”, observó que este tipo de acciones “proliferaron cuando llegó al gobierno” el actual intendente y remarcó que “fue la primera vez que en nuestra ciudad un intendente se involucra en una interna del partido justicialista, poniendo toda la estructura municipal a trabajar en favor de una lista”. “No podemos naturalizar estas prácticas, ni en la política ni en ningún plano de la vida”, alegó en su dura carta. La titular de la Anses dedujo que Montenegro “leyó correctamente dónde está su adversaria”, mientras que desde la Municipalidad no hubo respuestas oficiales. “¿Desde cuándo se buscan excusas en una victoria? ¡Un disparate total. Declaraciones calientes tras una muy mala elección que hacen teclear su próxima candidatura a intendenta”, se limitó a señalar en off uno de los funcionarios del equipo de Montenegro. Y chicaneó: “La incorporación de nuestro ex senador provincial, el ahora compañero Lucas Fiorini, parece que mucho no sumó. En política, uno más uno no siempre da dos”, concluyó.
“Hay situaciones y temas con los que no se joden. La política no debe ser un vale todo y en esta campaña hubo algunas situaciones que fueron tristes, dolorosas y francamente repudiables”, afirmaban ofuscados cerca de Raverta, a la hora de los austeros festejos. “Había que ganar y se ganó, y ahora comienza una nueva etapa”, completaron. “Tenemos las mejores propuestas, los mejores hombres y mujeres. Hay un peronismo que se anima a gobernar la ciudad”, dijo Raverta. En tanto, desde el Gobierno nacional se siguió con atención lo que aquí sucedía. Hubo ministros que apoyaron a la titular de la Anses y otros que apostaron al titular del Correo. La interna que enfrenta a Cristina Kirchner y a Alberto Fernández tuvo sus coletazos en la ciudad. “Nadie puede pronosticar cómo seguirá esta historia. Ponerse hoy a vaticinar lo que sucederá en 2023 es un disparate. Por lo pronto, lo ideal sería trabajar por la unidad en Mar del Plata, una vez que se cierren las heridas que dejó esta interna, con el objetivo de ganar la intendencia el año próximo. De lo contrario tendremos cuatro años más de Montenegro”, confesaba una ex concejal del FdT en la madrugada del lunes, cuando aún se seguían contando los votos.
“Manino” Iriart también salió el lunes a fijar su posición. Felicitó a los ganadores, dijo que su lista estuvo cerca del triunfo “enfrentando a un aparato con recursos enormes, cargos y estructura de poder” y apuntó que se inició el camino para un peronismo “abierto y participativo, con una construcción política que incluya y contenga, no que expulse”. En otros párrafos más “picantes” del documento que lleva su firma, Iriart consideró que “no es de peronistas demonizar al adversario, perseguirlo, difamarlo o despedirlo del trabajo solo por pensar distinto”, al tiempo que hizo un llamado a las autoridades partidarias de la provincia para que “intervengan y cesen las persecuciones en nuestro distrito”, solidarizándose con quienes “sufren hostigamientos”. Finalmente se comprometió a “defender y hacer respetar la voluntad de ese 42% de afiliados que nos votó”.
“Ojo que a uno que no le vino nada mal lo sucedido fue a Pulti”, se admitía en informales diálogos políticos, en el Concejo Deliberante, cuando se analizaron los resultados entre las reuniones de comisiones del lunes. En Acción Marplatense se manejan tres hipótesis para 2023. Una, que el candidato a intendente sea el concejal Horacio Taccone. Una segunda que marca que el candidato será Gustavo Pulti, y una tercera opción es que haya una PASO entre ambos. En ningún caso descartan acuerdos políticos con otras fuerzas, pero a toda la cúpula de AM le resultó sintónico el recuento de la interna del PJ. “Se nota que el horizonte no promete ovaciones para nadie que incurra en el pecado de soberbia. Hoy habría otro gobierno en Mar del Plata si en 2019 hubieran aceptado una gran PASO para toda la oposición. Cada vez va quedando más claro que dividiendo y excluyendo el ánimo mengua”, reflexionaba uno de los máximos exponentes de AM y ex funcionario municipal del gabinete de Pulti.
“Manino y Rapa hicieron una muy buena elección interna. Deben estar radiantes, pero visto en el marco general, al espacio del Frente de Todos le está faltando mucha gente como para que se preocupe Montenegro”, añadió, reiterando que AM “no participó de la interna de otros partidos”. Más filosófico y literario fue el análisis del colega, ya jubilado, al que solo la política lo entusiasma más que su querido San Lorenzo. “Lo que sucedió el domingo es mucho más de lo que se vio en la superficie. Porque una cosa cosa es el escenario y otra la trastienda. O si querés -expuso en café de la zona de Libertad y la costa- se puede hacer referencia a la teoría del iceberg que hizo famosa Ernesto Hemingway en sus relatos. De esas grandes masas de hielo sólo es visible la parte más chica, un octavo. Los otros siete octavos, la parte más grande, va por debajo de la superficie. Existe pero no se puede ver”. Hizo una pausa y continuó diciendo que de las 12 listas opositoras que hubo en la provincia de Buenos Aires, 7 fueron en la quinta sección, y una de las más exitosas fue la de Mar del Plata. Ese es el octavo de la superficie, el visible. Pero no hay que ser muy memorioso para recordar con quién surgió Manino en la política provincial. Scioli fue su mentor. Allá debajo, donde todavía no se ve, ¿podría ser que Manino y Rapacioli hayan sido la punta de un iceberg que se empezó a mover hacia el 2023?”, preguntó finalmente.
A todo esto, en la Municipalidad se definían cuestiones importantes en el arranque de la semana. Tras la reunión de la Comisión de Hacienda se vislumbra que será el intendente Guillermo Montenegro quien tendrá la potestad de aprobar el aumento en el precio del boleto a $74,38, según el estudio de costos realizado por el municipio, lo cual se concretaría en la próxima semana. En tanto, en el Ejecutivo estiman que para fines de abril tendrán aprobado el presupuesto en el Concejo, tras el acuerdo alcanzado con Acción Marplatense, garantizando el apoyo de los dos ediles de esa fuerza tras haberse comprometido el intendente a desarrollar una serie de iniciativas que se definieron y arrancaron en muchos casos durante la gestión de Gustavo Pulti y que luego fueron sepultadas durante la nefasta intendencia de Carlos Arroyo. “Fue una reivindicación a nuestro gobierno”, se escuchó decir cerca de Pulti, quien no obstante se mantuvo firme en rechazar el proyecto de fotomultas, iniciativa que ya tiene certificado de defunción.
“Sin fotomultas tampoco habrá nuevos juzgados de faltas” (hay una partida de $110.040.000 en el presupuesto para la designación y puesta en funcionamiento de los juzgados vacantes), amenazaron desde un despacho de la Secretaría de Gobierno. Es que el secretario del área, Santiago Bonifatti, con las fotomultas se vuelve a anotar en un fracaso como lo fue la fallida licitación del transporte. “El petiso no pega una y a esta altura dudo que pueda encabezar la lista de candidatos a concejales de Montenegro para las próximas elecciones como él lo añoraba para ser el primero en la línea sucesoria”, comentó apurado un funcionario del gabinete que no comulga con Bonifatti. “Igual seamos buenos. La tenía difícil Santiaguito. El fue parte de un gobierno (el de Pulti) que hizo una licitación y que iba a concesionar el servicio con un costo del 16% y ahora le tocaba defender una contratación directa, con una universidad del conurbano, que no fabrica cámaras, por un 74%. Más difícil que defender a Putin”, expresó sonriente un concejal opositor que abandonó la charla con el periodista cuando, “cholulo”, salió corriendo detrás del edil Fernando Muro para constatar si le había conseguido la camiseta de la selección autografiada por el “Dibu” Martínez, “teóricamente” para su hijo. Es que Muro es amigo de la infancia tanto del arquero de la “Scalonetta” como de su hermano, y compartió una cena en la escapada que “Dibu” realizó con su familia a Mar del Plata.
A propósito de fútbol, para el senador provincial Alejandro Rabinovich, el reciente encuentro de los legisladores provinciales con el ex presidente Mauricio Macri fue, como señala la canción de Fito Páez y Joaquín Sabina, algo así como “llueve sobre mojado”. Fanático de River, el coordinador del gabinete del intendente no se había recuperado aún de la derrota en el superclásico, cuando en dicha reunión debió soportar las gastadas tanto de Macri como de su par Christian Gribaudo, ex directivo de Boca Juniors durante la gestión de Daniel Angelici. Al margen de las chicanas, en ese encuentro, Macri destacó el apoyo de Juntos por el Cambio al acuerdo entre el gobierno nacional y el FMI y dijo que “primó la responsabilidad” a la vez que confió en que esa coalición volverá al poder y, volviendo al fútbol, “tendrá un segundo tiempo tan bueno como el de Boca contra River”. Finalmente criticó al gobierno. “El solo hecho de que hayan tenido que pedir ayuda al Fondo para ordenarse es un colapso cultural del populismo”, dijo el ex presidente, quien está más que entusiasmado con la precandidatura presidencial de Patricia Bullrich.
Más que interesante -y a la vez preocupante- resultó escuchar al diputado nacional kirchnerista quien llegó hasta Mar del Plata el sábado pasado -concretamente a la zona de El Boquerón- donde se realizó la fiesta de casamiento en quinta de un empresario local amigo de la infancia del legislador. “Los ánimos están muy calientes, así que si vas a escribir algo de todo esto citalo como una fuente cercana a Cristina”, le pidió al periodista concluido su análisis. “La jefa está enojada mal con Alberto no sólo por el acuerdo con el FMI y por la férrea defensa del ministro de Economía. Muchos no lo saben pero la verdadera bronca es por lo que va a pasar dentro de pocos meses, cuando en la Argentina falte el gas. Cristina lo viene advirtiendo desde hace tiempo pero no la escucharon, y si como pensamos, nos quedamos sin gas en el invierno, esto va a ser un escándalo y nadie quiere quedar pegado a esta falta de previsión”, reconoció ante la sorpresa de todos”. Imaginan miles y miles de hogares en Mar del Plata sin gas en pleno invierno? Bueno, es probable que pase”, alegó.
“Sacá a la guerra de lado. En el último invierno, Argentina necesitó comprar 56 barcos de GNL. ¿Sabes cuántos hay comprados hoy para este invierno? Uno solo, y vamos a necesitar al menos 70”, detalló. Comentó luego de que días atrás, Darío Martínez, secretario de Energía y kirchnerista puro, le enviara una carta al ministro de Economía, Martín Guzmán, para reclamar los fondos necesarios para la importación de combustibles. En esa comunicación el funcionario confirmó que la Argentina ha importado un buque metanero y 16 cargamentos de gasoil para generar energía y que, de mantener la sequía presupuestaria, “no se podrán pagar esas compras”. El 14 de abril, se indicó, será una fecha clave, ya que se abrirán los pliegos de una licitación para la provisión de gas y recién entonces se conocerá el verdadero costo de la energía para el invierno. “Y sobre todo -detallaba el periodista de La Nación Diego Cabot en un artículo- habrá un concreto reporte de cuáles son los stocks disponibles para cubrir la demanda y luego, claro, vendrá la hora de la verdad cuando haya que pagarlos”.
Apenas 24 horas después del vaticinio del legislador, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, en un reportaje concedido a la TV Pública, admitía que “estamos trabajando para que no falte gas en invierno”. En la misma entrevista donde habló de la “inflación autoconstruida”, sobre la cuestión energética dijo que “tenemos que agudizar el ingenio. Tenemos gas pero tenemos que ver cómo lo distribuimos”, expresó. El funcionario municipal también presente en el casamiento campestre sacó pecho recordando que “desde hace tiempo vengo diciendo, y muchos se me reían, que el gran drama que vamos a tener en la ciudad este invierno va a ser la falta de gas”. A varios kilómetros de allí, en la sede de la Cámara de Combustibles de Mar del Plata, alertaban que este invierno podrían registrarse cortes “muy prolongados” en el suministro de GNC. “Nos estamos aproximando en el tiempo a momentos que van a tener algo de dramatismo en materia energética en nuestro país”, le dijo a María Delia Sebastiani, en su programa de Radio Atlántica, sin anestesia, Patricio Delfino, miembro de la Cámara.
“Este invierno va a haber muchos problemas en el sector. Van a estar confluyendo un montón de causas y todas son negativas. Hay un cóctel que no es nada propicio y se están empezando a ver momentos que van a ser críticos”, dijo Delfino, quien referenció además que el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, uno de los principales exportadores de gas al mundo, agravó todos los problemas energéticos y llevó todos los precios a niveles exorbitantes. De hecho comentó que en la Argentina “hay una disminución en el caudal de los ríos donde hay represas hidroeléctricas”, al tiempo que subrayó que también va a venir menos gas de Bolivia. También fue categórico al indicar que, según su análisis el GNC “se va a tener que cortar. No creo que haya posibilidades de atender esa demanda. Las industrias y el GNC, en ese orden, se van a cortar. Espero, y es un deseo -añadió-, que la cosa no siga a más y alcance al gas domiciliario. Ojalá no lleguemos a tanto pero tengo mis dudas”, concluyó.
A todo esto, en las últimas horas ingresó en el Congreso un pedido de informes presentado por legisladores de Juntos por el Cambio solicitando que se informen una serie de puntos en relación a la crisis energética que se prevé para el próximo invierno. Se trata de un pedido de 12 puntos, uno de los cuales sostiene que “frente al escenario de carencia de gas durante el invierno para el uso residencial y/o para el complejo productivo, sin transporte, con cierre de establecimientos, aumentos de precios de alimentos y con desabastecimiento de otros productos, ¿cómo supone el Gobierno nacional que reaccionará la ciudadanía argentina?”. Sin eufemismos, en el último ítem, el i), los legisladores piden “indicar detalladamente qué previsiones tiene el Gobierno para evitar un estallido social”. “No están los dólares para pagar importaciones de energía, ni los pesos para los subsidios y el sostenimiento de la cadena de pagos”, coinciden en señalar en off muchos de los legisladores opositores, incluso del mismo kirchnerismo.
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