Mauricio Macri organizó un Zoom de catarsis con otros dirigentes del PRO, donde -en ausencia del jefe de Gobierno- se turnaron para sacarle el cuero a Horacio Rodríguez Larreta por su decisión de que las elecciones porteñas sean con un sistema de votación electrónico que separa los cargos porteños de los nacionales.
Por Werner Pertot.
En el encuentro, Larreta tuvo dos emisarios, que se limitaron a exponer que estaba todo dentro de la ley. Macri les contestó con furia que no le vinieran con eso de la legalidad. Remarcó que Larreta tenía "circunstancialmente la lapicera", como hizo circular por varios medios amigos. Larreta, todo mesura ante la furia del ex presidente de origen calabrés, se limitó a contestar que antes todos estaban de acuerdo con la boleta única. Y redujo todo a una "diferencia de criterio". En el sector de Patricia Bullrich ya afilan las armas para la siguiente batalla: la primera contraofensiva será dejar a Larreta sin quórum propio en la Legislatura, socavando su base de legisladores propios.
Las balas vuelan para todos lados desde que el jefe de Gobierno anunció la convocatoria a elecciones concurrentes con las nacionales, pero con voto electrónico. El ala dura del PRO sostiene que esto beneficia a Martín Lousteau en desmedro del candidato que el ex presidente busca imponer: Jorge Macri. Lousteau, por su parte, defendió la decisión de Larreta, así como buena parte de la UCR, y se prepara para pelearle la interna al PRO.
Incluso, el dirigente radical Emiliano Yacobitti remarcó que Jorge Macri no está habilitado para competir como jefe de Gobierno porque no cumple con los años de residencia en la Ciudad. "Es demasiado obvio que Jorge Macri no podría ser candidato en la Ciudad", indicó. Quizás haya sido adelantar una jugada: si bien la UCR no hizo hasta ahora ninguna presentación, no hay que descartar que algún ilustre desconocido haga una presentación judicial e impugne a Jorge Macri por ser intendente de Vicente López en uso de licencia. Una decisión del Tribunal Superior de Justicia porteño --muy cercano a Larreta-- similar a la que impidió competir en su momento al lilito Adrián Pérez solo sumaría leña al fuego. El propio Larreta hizo su aporte a la posibilidad de su actual ministro de Gobierno como candidato a jefe de gobierno porteño: “Yo hablé con él (Jorge Macri) y de alguna manera nos mostró toda la evidencia que dice que puede ser candidato, pero la última palabra la tendrá la Justicia”, dijo.
Macri tronante
El expresidente primero intentó acorralar a Larreta con declaraciones públicas el domingo: dejó en claro que se oponía a lo que el jefe de Gobierno estaba por hacer. Y no solo eso: que no representaba los valores del PRO. El lunes dijo que estaba desilusionado. El martes organizó un Zoom donde estuvieron todos los dirigentes del PRO menos Larreta. En el Gobierno porteño sostuvieron que no fue invitado. Sus detractores dicen que sabía y que no se animó a ir, sino que mandó a Diego Santilli y Eduardo Macchiavelli.
El papel de ambos en el encuentro fue --según coinciden distintos participantes-- muy reducido. Hablaron poco y se limitaron a decir que el código electoral establece que hay que utilizar la boleta única y que Larreta cumplió con la ley. "No me vengan con las leyes, que esto es político", les espetó Macri -palabras más, palabras menos- cuando le insistieron con la argumentación legal. El ex presidente no estaba para escuchar de leyes y códigos electorales. Se enojaba cada vez más cuando se los traían a cuento. Para él, lo que se jugaba era una cuestión de poder: Larreta lo desautorizó públicamente.
Macri fue uno de los que más llevó la voz cantante de las críticas, aunque no se quedaron atrás otros, como Patricia Bullrich. El argumento del ex presidente fue que Larreta -a quien él eligió como su sucesor por sobre Gabriela Michetti- no consensuó la decisión con él, ni con el resto de la mesa nacional del PRO: "Horacio tiene la lapicera circunstancialmente y tomó una decisión sin consultar al PRO que nos afecta a todos”, fue una de sus frases, que sus acólitos se encargaron de que se grabara en cada medio afín. Con subrayado sobre la parte de "tiene la lapicera circunstancialmente". El mensaje es claro: Larreta no entendió quién manda realmente.
Desde el larretismo contestaron con sorna a la frase de Macri de que "estas cosas se discuten en la mesa del PRO". Le recordaron que, cuando le tocó gobernar, las decisiones no se tomaban precisamente un mecanismo asambleario.
Macri insistió en que podían perder su bastión -la Ciudad de Buenos Aires, que gobiernan hace 16 años- por decisión de Larreta. Bullrich directamente habló de que estaba entregando la Ciudad a cambio de un acuerdo con la UCR. Remarcó que fue una decisión unipersonal, que no la consensuó con el resto. Fue extensa la catarsis en el encuentro junto con Cristian Ritondo, Humberto Schiavoni, Federico Angelini y Federico Pinedo, quien fue el que más intentó componer. Incluso propuso hacer un nuevo encuentro para dialogar con Larreta. No tuvo mucho quórum.
Quórum vetado
Y hablando de quórum. El bullrichismo planea la primera consecuencia concreta de la decisión de Larreta. Sus legisladores -que son tres- ya avisaron que no cuenten más con ellos para el quórum ni para la votación de leyes. "Se van a quedar sin quórum propio en la Legislatura", vaticinaron ante este diario desde el sector de la presidencia del PRO.
En verdad, no lo están pronosticando, sino que están trabajando para minarle la bancada a Larreta. De los tres de Bullrich, plantean ampliar la rebelión a otros tres que responden a Cristian Ritondo y también intentarán cazar al legislador de Ricardo López Murphy, a quien tampoco le cayó bien la decisión. Habrá que ver si lo consiguen. Pero ya que estén rosqueando esa posibilidad habla de una guerra total en el PRO.
Para Larreta, no pasa nada
Larreta respondió públicamente a las críticas. Frente a la crispación macrista, buscó mostrarse notablemente calmo, como si se tratara de una pequeña discusión de matices y no algo que amenaza con partir al PRO. "Por supuesto que leí los comentarios. Pero también los leí estando de acuerdo con la boleta única", los chicaneó sobre su cambio de posición. Pero no pasó de ahí.
El resto fue un cúmulo de respuestas cordiales: "Es una ley que implementa en la Ciudad un valor, una bandera que venimos proponiendo todos los integrantes del PRO y de Juntos por el Cambio, que es la boleta única", subrayó. Cuando le insistieron con las declaraciones públicas del ex presidente, se limitó a decir que él no era quien debía interpretarlas. "En todo caso hay una diferencia de criterio de un tema en particular, sobre un tema, con Mauricio trabajo hace 23 y hemos tenido alguna diferencia pero siempre trabajamos juntos en un marco de confianza y respeto", aseguró, mientras el ex presidente destilaba veneno en el Zoom del PRO.
"Si hay diferencias, las discutimos, pero es una decisión que tomo como Jefe de Gobierno de la Ciudad. Hace 23 años que lo veo, hablo con él, se piensa cada vez en una cumbre que va a resolver los problemas del mundo entero. Nos reunimos. Yo tengo laburo, con la campaña. Pero sí, no se ahora, tal día, pero sí, es natural", dijo sobre la posibilidad de juntarse a conversar con Macri sobre su decisión. Por ahora, no hay ningún encuentro previsto.
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