Ambos precandidatos a gobernador del FpV se birlan respaldos de artistas, gremios y partidos. Por temor a elegir perdedor, los intendentes ahora se muestran neutrales
Gacetilla del 6 de julio: "El Socialismo para la Victoria de Jorge Rivas explicitó su apoyo a la fórmula Julián Domínguez-Martín Espinoza". Una imagen acompañaba el texto, instantánea muy parecida a la que difundieron ayer sus contrincantes en la interna del FpV por la gobernación bonaerense: Aníbal Fernández y Martín Sabbatella parados detrás del diputado. Una misma acusación hermana ambos búnkeres: el uso de una foto para publicitar un apoyo que no existe a un determinado binomio. Algo similar ocurrió con la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, tironeada por ambos, mandó a decir que se mantendrá neutral.
Como en el popular juego de mesa TEG, como parte de la estrategia de guerra, las alianzas cambian al tirar los dados y los referentes K van mutando de color. Fuera del tablero de juego una bendición explícita de Cristina Fernández de Kirchner (que se traslada por antonomasia a La Cámpora); ni de Daniel Scioli que surfea con sciolismo profesional la búsqueda de su sucesor, apostando a ambos en público aunque en La Plata prefieren la fórmula de los peronistas temiendo un impacto en octubre de la alta imagen negativa del Jefe de Gabinete; la pelea es por captar el resto del amplio espectro K. Intendentes, gremios, artistas, intelectuales y partidos aliados al oficialismo son el coto de caza en esta temporada que termina con las primarias del 9A.
"Perdón pero ya le di mi apoyo a Domínguez", se excusó el cantante y humorista Horacio Fontova cuando lo llamaron del anibalismo que, marketing sabbatellista por excelencia, se desvive por mostrar el apoyo de figuras conocidas. Mientras Espinoza visitó anteanoche el estudio de TV de Marcelo Tinelli, ayer el ministro coordinador contestó con simular munición: difundió otro mensaje de Diego Maradona.
No es una pugna territorial sino simbólica, por quién suma más figuras del heterogéneo elenco K. Gremios como UPCN, la OUCRA, la CTA oficialista de Hugo Yasky y los porteros de Víctor Santa María acompañan a Aníbal F.; la UOM, SMATA, el taxista Omar Viviani y la CGT Balcarce de Antonio Caló, a Domínguez. Estas son las posturas institucionales, en los distritos las alianzas se cruzan. Para publicitar, lo que vale es el título: por ejemplo, ambos contendientes se jactan de contar con el Frente Grande, ya que primero Eduardo Sigal apoyó al quilmeño y después Adriana Puiggrós avaló al de Chacabuco.
La presa mayor son, por razones territoriales obvias, los intendentes del determinante Conurbano. Con una fórmula 100% PJ, sumado al odio a Sabbatella (alimentado por sus colectoras de Nuevo Encuentro en distritos vecinos a Morón), un puñado de pejotistas optó por un binomio al principio de la contienda. Aún a pesar del "todos con todos" que entremezcla las listas.
Pero el temor a perder es más fuerte. A pesar de la encuesta de Ricardo Rouvier que muestra que Domínguez mejora sus números semana a semana, hay caciques que atenúan su otrora patrocinio a un leve aliento, al pasarse al bando neutral. Los últimos dos casos. Julio Pereyra (Florencio Varela) será anfitrión de Aníbal F. hoy y mañana de Domínguez. "Son para mi dos compañeros de mucha valía. Ambos nos llevan en sus listas. En mi caso no voy a votar a Sabbatella", sorprendió ante este diario el equilibrio del histórico enemigo del titular de la Afsca, Alberto Descalzo (Ituzaingó).
Igual, más allá de lo público, lo que vale será en la privacidad del cuarto oscuro, a la hora de la fiscalización de una elección que será "confusa", por la similitud de las extensas (en centímetros y en oferta) boletas K.
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