Intercambio político de culpables en lugar de buscar soluciones

Intercambio político de culpables en lugar de buscar soluciones

El análisis de la semana de los principales hechos que ocurren en la escena política de la provincia de Buenos Aires.

A una semana del estricto aislamiento decretado para frenar la segunda ola de la pandemia y mientras se aguarda con ansiedad la llegada de nuevas partidas de vacunas, la agenda política volvió a instalar una virtual temporada de cacería para encontrar a los responsables detrás de la complicadísima situación sanitaria, social y económica que atraviesa la Argentina.

Funcionarios de un oficialismo gobernante errático, tanto de Nación como de la Provincia, al igual que referentes de la oposición se subieron al ring para protagonizar un nuevo enfrentamiento verbal de “politización” de la segunda ola, con la vista puesta en las elecciones de medio término.

Desde hace meses en la Gobernación de calle 6 afirman que la oposición busca instalar el discurso de la “antipolítica” para neutralizar la imperiosa necesidad de un Estado presente ante el actual contexto de pandemia.

Al mismo tiempo, dentro de la Legislatura bonaerense, el Frente de Todos también viene advirtiendo sobre el incremento de la violencia discursiva por parte de algunos dirigentes del otro lado del mostrador. “Los discursos del odio se van derramando (en términos mediáticos) como una bola de nieve”, remarcan.

Casi todos los argumentos utilizados como guión semanal apuntaron contra la jefa del PRO, Patricia Bullrich, por las declaraciones en las que acusó a la Casa Rosada de un presunto pedido de sobornos al laboratorio Pfizer para un contrato de vacunas anti Covid-19. 

El jefe de Gabinete provincial, Carlos Bianco, responsabilizó a los líderes de Juntos por el Cambio de que la gente no tome cuidados para evitar contagiarse. También afirmó que algunos medios porteños inducen a “boicotear” las medidas de prevención sanitarias para “desestabilizar” al Gobierno nacional frente a la pesadilla del coronavirus.

 

“Pareciera que la falta de vacunas, les hace ver fantasmas. Pero queremos creer que es la estrategia que están desarrollando para ocultar esa falta de vacunas y no es algo psiquiátrico”, responden desde las góndolas opositoras del Poder Legislativo bonaerense.

Naturalmente, responsabilizan al Gobierno por “este desastre sanitario”, después de tantos desaciertos y tantas omisiones durante el operativo de vacunación para lograr una inmunidad social importante. 

Pero guardaron munición para Bianco: “Esas expresiones desubicadas y malintencionadas déjelas para las unidades básicas o para las reuniones de gabinete. La gente está preocupada, tiene miedo y escuchar tantas gansadas no le hace bien", cerraron desde el bloque de diputados de Juntos por el Cambio, que conduce el radical Maximiliano Abad.

En rigor, todos los espacios políticos deberían estar acompañando la campaña de vacunación y respaldando las medidas sanitarias sin que los mueva algún interés electoralista de corto, mediano o largo plazo.

Igual no todo fue contra Bullrich, Mauricio Macri, Elisa Carrió y algunos medios de comunicación "de derecha". También el oficialismo legislativo del FdT anotó otro ejemplo protagonizado por la mediática comunicadora Viviana Canosa, cuando recientemente expresó: “Tienen que agradecer que no vamos y prendemos fuego la Casa de Gobierno".

Para algunos la escalada de violencia verbal que se vive en plena grieta política es un elemento que echa nafta a un fuego que, esperan, no se propague más allá de esto.

La cúpula política del Frente de Todos -desde el gobernador Axel Kicillof, pasando por ministros, intendentes y legisladores- repudió “los discursos de odio que incitan y avalan este tipo de conductas, contrarias a toda convivencia democrática” tras el reciente ataque con material explosivo en la sede partidaria bahiense de la coalición oficialista.

“Es un ataque a la política”, dijeron algunos en las diagonales. “Hay que bajar veinte cambios, porque si no esto se puede ir de las manos”, expresaron otros funcionarios políticos con trayectoria, con genuina preocupación.

Mientras tanto, la nueva etapa de la pandemia se ofrece como una “oportunidad electoral” para Juntos por el Cambio. No es casual que legisladores, y en particular algunos alcaldes bonaerenses, hayan vuelto a cargar contra el plan de vacunación y a cuestionar la "improvisación" gubernamental. 

 

En la sede gubernamental de Calle 6 aseguran que, en líneas generales, Kicillof tiene sintonía laboral con el sector opositor de intendentes que tiene responsabilidades de gestión, pero que prefiere tomar distancia de aquellos alcaldes vinculados con el ala dura del macrismo ante la avalancha de cuestionamientos ya no por las clases presenciales, sino por los efectos económicos de las restricciones para contener la propagación de las nuevas cepas del virus.

En este contexto, finalmente el radicalismo bonaerense cerró su proceso electoral con la asunción de sus nuevas autoridades partidarias. 

El dato político es el mensaje claro dejado hacia adentro de la coalición opositora: “Las nuevas autoridades partidarias van a seguir apostando a la unidad estratégica de la oposición”, señaló en la previa el diputado por la Sexta, Emiliano Balbín, uno de los portavoces distritales de Abad, el nuevo titular partidario en la provincia.

Si bien no es una novedad, y fue el eje de la disputa interna con el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, la elección de Abad fue una ratificación de la voluntad frentista de la UCR.

 

Por Ricardo Salas

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