Están decididos a cuidar el territorio propio y ser escuchados en el armado de la lista de senadores bonaerenses. Sólo Espinoza, en carrera por la Gobernación, y Slezack que aspira a una banca, no continuarán como jefes comunales.
Los intendentes de la poderosa Tercera Sección electoral se impusieron varias premisas de cara al proceso electoral que ingresó en una etapa decisiva de armado de listas. Una de ellas es que necesitan conservar el poder territorial en las Comunas, y por eso la inmensa mayoría ya tiene definido competir por la reelección. Otra tiene que ver con la intención de ser escuchados a la hora de la discusión de las listas de senadores bonaerenses y diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, y para eso ya empezaron a reunirse periódicamente con funcionarios nacionales.
Ese bastión peronista del conurbano bonaerense tiene 19 distritos, de los cuales 18 están gobernados por intendentes del Frente para la Victoria (FpV). De ellos, 16 (el 89%) competirán por revalidar su mandato. Sólo los casos de Fernando Espinoza, en carrera por la Gobernación, y Enrique Slezack, decidido a buscar un lugar en la lista de senadores, no serán de la partida.
En paralelo a la decisión ya tomada por la mayoría, el grupo se viene reuniendo periódicamente para consolidarse como factor de poder dentro del peronismo. Uno de los objetivos es poder plantarse colectivamente en la discusión grande por las candidaturas.
En el caso de la lista de diputados nacionales será difícil porque las variables son múltiples y no siempre al alcance de los jefes comunales. En el segundo es más factible, pero la limitación es la escasa cantidad de bancas disponibles para contener todas las apetencias. La Tercera renueva los nueve senadores que dispone
Actualmente, y después de la fuga en sentido FpV-Frente Renovador (FR) de 2013, el oficialismo tiene cinco. A ellos se suman los dos que volvieron con la ola en sentido contrario (FR-FpV) y armaron un bloque aparte. Entre los que tienen mandato vigente y reclamarán continuidad están Jorge Ancona de Avellaneda, Daniel Barrera de La Matanza, Santiago Carreras de Lomas de Zamora, Alberto de Fazio de Quilmes, y Cristina Fioramonti de Florencio Varela.
Parte de esas charlas ya empezaron a tenerlas con los funcionarios nacionales que están en el armado macro y tienen la mirada general de la distribución de cargos. Ya hubo una reunión con el secretario General de la Presidencia, Eduardo “Wado” de Pedro, y con el de Legal y Técnica, Carlos Zannini. En las próximas horas habrá otra.
Los intendentes vienen diciendo que quieren tener poder de decisión. Por ahora el único de ellos que ha manifestado querer ocupar personalmente un puesto es Slezack. El berissense se bajó en su distrito para intentar un armado de unidad en el FpV, pero manifestó su deseo de proyección. Tiene el aprecio de sus colegas como para que peleen por él, pero también la limitación de pertenecer a un distrito de los denominados chicos de la gigantesca sección electoral. Si lo logra será un reconocimiento histórico para ese grupo de municipios acostumbrados a postergar su representatividad en la Legislatura.
Creen muchos de ellos que distintas pueden ser la variables según cómo se resuelva la situación de Espinoza. Si sostiene hasta el final –como parece- su candidatura a Gobernador, probablemente La Matanza, el distrito más grande del país, ceda lugares en el armado para la Legislatura. En caso contrario ejercerá presión para aplicar su poder.
Las trincheras. En el FpV analizan que la elección empieza a ganarse en los distritos, y por lo tanto hay que asegurar los triunfos en los que ya son propios. Consideran que la única forma de garantizarlo es con los intendentes poniendo el cuerpo a la campaña y el nombre a la boleta. En ese camino hay varias realidades pero todas con la misma resolución.
El caso más crítico es el de Almirante Brown, donde que el que quiere revalidar laureles es un intendente que está de licencia y que llega dos años después de pegar el portazo rumbo al massismo. Es Darío Giustozzi, a quien su reemplazante Daniel Bolettieri ya le allanó el camino bajándose de la pelea. No la tendrá fácil porque allí deberá enfrentar al sciolista Mariano Cascallares, actual titular del IPS.
También están de licencia pero volverán a sus distritos para buscar la reelección el actual ministro de Seguridad, Alejandro Granados, en Ezeiza; y el diputado bonaerense Aníbal Regueiro, en Presidente Perón. En el primer caso gobierna el reemplazante Oscar Cicco y en el segundo Carina Biroulet.
En la Tercera están los municipios de mayor cantidad de electores que el FpV quiere conservar. Son los casos de Avellaneda, con Jorge Ferraresi; Berazategui, con Patricio Mussi; Florencio Varela, con Julio Pereyra; Lanús con Darío Díaz Pérez; Lomas de Zamora, con Martín Insaurralde; y Quilmes, con Francisco “Barba” Gutiérrez.
Un párrafo aparte merece La Matanza, el más grande de los distritos, cuyo intendente no competirá. Fernando Espinoza conserva sus intenciones de ser precandidato a Gobernador, y como tal bendijo a una mujer como sucesora: la diputada nacional Verónica Magario.
En el lote de distritos medianos y chicos, pero con fuerza simbólica potente, se impone la reelección (salvo el caso de Berisso). Son los casos de Brandsen con Gastón Arias, Cañuelas con Gustavo Arrieta, Ensenada con Mario Secco, Esteban Echeverría con Fernando Gray, Lobos con Gustavo Sobrero, Punta Indio con Hernán Y Zurieta y San Vicente con Daniel Di Sabatino.
El único distrito de la Tercera Sección con un color político diferente es el de Magdalena, donde Fernando Carballo sostiene su pertenencia al Frente Renovador pero ya declinó ir por la reelección. En su lugar lo hará el Secretario de Gobierno Leonardo Gómez.
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