Las PASO mostraron un notable desequilibrio entre los votos que consiguieron varios jefes comunales y los que obtuvieron los postulantes presidenciales de Unión por la Patria. Estrategias de supervivencia e intentos de explicación.
Así fue el diseño de las boletas con las que los partidos políticos concurrieron a las urnas el pasado 13 de agosto, con una premisa con la que coincide la mayor parte de los analistas: el gobernador tracciona poco, y la clave está en los postulantes a Presidente e Intendente.
“Las cabezas de cada cuerpo son los que traccionan, por lo que el segmento de gobernador aporta poco a la hora de las definiciones. Por eso muchos intendentes tratan de jugar su propio partido, independientemente de quien aspire a llegar a la Gobernación. Casi como un intento de supervivencia”, aseguró a La Tecla.info un veterano alcalde del peronismo.
Luego de la difusión de resultados provisorios (el recuento de los definitivos comenzó luego de la jornada del domingo en La Plata), una sensación de medida satisfacción se instaló en el campamento kicillofista.
Los números mostrados por el Gobernador fueron competitivos pensando en las generales, aguantando el derrame de la mancha violeta que desplegaron sobre el mapa los libertarios de Javier Milei.
El balance en el principal distrito del país permite observar con cierto optimismo un posible nuevo mandato del mandatario provincial, que terminó por encima de Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza, aunque con guarismos claramente menores que los obtenidos en los comicios de 2019.
La sensación de “ni chicha ni limonada” también embarga a muchos de los intendentes del Frente de Todos, algunos de los cuales pudieron ratificar su liderazgo a nivel local. Otros, en cambio, sucumbieron ante una realidad -sobre todo nacional- que jugó como un ancla tironeando las posibilidades de triunfo.
Si la mirada se posa en el Conurbano, el principal caladero de votos del peronismo, el azul resistió la embestida de radicales, amarillos, libertarios y, especialmente, de la complejísima situación económica y social, con una inflación incontrolable y sueldos que pierden ante la suba de precios.
Ante tal radiografía, los jefes comunales -algunos también del interior- recurrieron a mil y una estrategias para salvar su ropa, incluyendo el remanido recurso de incentivar un corte de boleta para quedar lo menos manchados posible.
La jugada no es nueva, y es utilizado por los ciudadanos para castigar a un determinado candidato, con niveles que oscilan, en promedio, el cuatro o cinco por ciento de los sufragios, aunque puede crecer en circunstancias y territorios puntuales.
Volvamos al domingo último, cuando en cada búnker comenzaron a revisar los guarismos. Entre caras felices y expresiones de tristeza, cuentan que el precandidato a Presidente de Unión por la Patria puso el grito en el cielo cuando observó el desempeño de algunos -unos cuantos- intendentes de su espacio en comparación con el suyo.
Horas después, en una entrevista televisiva, bajó el tono de su indignación al asegurar: “No creo en la pillería. Fui intendente, entiendo la dinámica que se da entre el vecino y el intendente. Al contrario, trabajaron mucho y muy bien. Y saqué más de 5 millones de votos en un contexto difícil con un gobierno que tuvo muchos problemas”, analizó.
Lejos de aceptar el señalamiento, el veterano jefe comunal de Berazategui, Juan José Mussi, aseguró a La Tecla.info que "cortes de boleta hubo como siempre, la misma cantidad que en el 2019, un 8 o 9 por ciento. Aquí los cortes de boleta fueron, en su mayoría, de Milei conmigo, tengo la sensación de que quienes no votaron a Massa, a Kicillof, pero me votaron am í, son peronistas".
Al momento de buscar una explicación al trasvase de votos del peronismo a los libertarios, el alcalde del Conurbano evaluó: "Nosotros bajamos 18 o 19 puntos con respecto a la elección del 2019, y Juntos por el Cambio salió igual, pero apareció Milei y con los votos nuestros sacó el 22%, así que aparentemente son votos de nuestros, no estoy de acuerdo con que los votos de él sea un voto de la derecha. Claramente no".
Y añadió: "En el 2019 nosotros sacamos el 67 de los votos y el candidato a presidente, Alberto (Fernández), sacó 58, nueve de diferencia. Y en la intermedia también hubo casi 7 puntos de corte. Y bueno, sacamos algunos votos más que en la intermedia pero menos que en 2019".
Sin embargo, puertas hacia adentro la conclusión no tardó en llegar. Los intendentes evaluaron que la situación económica, la crisis social, el aumento en los precios y el salto gigantesco en la cotización del dólar eran un peso que los iba a hundir, por lo que recurrieron al segundo uso de las tijeras.
Así, los conocedores del “manual de una campaña exitosa” recomendaron el viejo truco de repartir la boleta del intendente con otras opciones menos rechazadas. Y la de Javier Milei, el rockstar de la política versión 2023, fue una opción tentadora.
“No se trata de pedirles que voten al intendente con Milei, o con otro candidato, sino de repartirle a la gente el rompecabezas ya armado para que lo lleven en el bolsillo el día de la votación”, explicaron.
El tijeretazo fue particularmente palpable en distritos del Conurbano, donde el referente del Frente Renovador y su rival en la PASO, Juan Grabois, cosecharon más de 200 mil votos menos que las opciones locales dentro del peronismo.
San Vicente, en la Tercera Sección electoral, es un ejemplo paradigmático. En este municipio, el postulante local, Nicolás Mantegazza, cosechó el 63,8% de los votos, mientras que los postulantes nacionales obtuvieron el 39,5 por ciento de las voluntades. Se repartieron así: 28% para Massa y 11,5% para el líder del MTE.
Otro botón de muestra, en este caso en la Primera, lo representa Pilar, donde el alcalde Federico Achával, en busca de su reelección, sacó el 51,7% de los sufragios contra el 33,4 por ciento de los aspirantes a la Rosada (23,9% Massa y 9,5% Grabois).
También son dispares las recogidas de votos en distritos como Luján, Escobar, Tigre (más entendible, ya que allí el intendente Julio Zamora fue solo con la boleta de Grabois, mientras que Malena Galmarini fue con la de su esposo), Luján o Mercedes, tierra del postulante a Senador en primer término del peronismo “oficial”, Wado de Pedro.
Un caso llamativo lo constituye San Fernando, donde gobierna uno de los diez jefes comunales que reportan al massismo, Juan Andreotti. El joven alcalde le saca 20 puntos a las dos alternativas nacionales, al conquistar el 53% de los votos contra el 33,4% de los líderes de la boleta (26,8% Massa y 6,6% Grabois).
En algunos distritos la diferencia entre lo acumulado por el alcalde y los que recogió Massa se explican con los buenos números obtenidos por Grabois. En otros, en cambio, lo obtenido por el referente de los movimientos sociales deja varios puntos en el aire tras realizar las sumas y restas.
En estos últimos casos es donde el Frente Renovador centra la mirada. Si descontados los votos de Grabois no igualan a los del jefe comunal, esos votos se fugaron hacia algún otro espacio, y los libertarios tienen todos los boletos para el tijeretazo.
Otro recurso fue el que presuntamente utilizó el peronismo en Exaltación de la Cruz, donde se denunció que el intendente Diego Nanni repartió sobres con las boletas dobladas de tal manera que se veía su foto de un lado y un papel en blanco del toro.
En el interior, también
El fenómeno no solo afectó a los distritos del AMBA, sino que se extendió a algunos municipios del interior bonaerense. En uno de ellos, Salto, el intendente Ricardo Alessandro ganó la primaria con el 47,80% de los votos (9.308), una cifra mayor que la suma de los postulantes de Juntos por el Cambio.
Sin embargo, en el renglón presidencial, los precandidatos de Unión por la Patria cayeron al tercer lugar, superados por los cambiemitas y los libertarios. Sumaron el 26,22 por ciento con 5.739 votos (4.0562 de Massa y 1.687 de Grabois).
Las cifras indican que los presidenciables peronistas obtuvieron casi 22 puntos menos que el jefe comunal, totalizando una caída de 3.299 votos en este distrito de la Segunda Sección electoral.
Además de los casos particulares en cada distrito y de haber llevado dos postulantes, algunos intendentes señalados por promover el corte de boleta recurren a un argumento más.
El mismo tiene que ver con la inclusión o no del padrón de extranjeros en condiciones de sufragar. En la provincia de Buenos Aires fueron 950 mil los habilitados para votar, tanto en las PASO como en las generales del 22 de octubre próximo.
“En algunos casos, la diferencia entre los votos del intendente y del candidato a Presidente tiene que ver con los extranjeros. Porque ellos pueden votar para elegir gobernador, legisladores, intendente y concejales pero no para presidente, por eso se observan algunos votos más en la sección local que en la nacional”, explicó un alcalde peronista.
La tarea para Sergio Massa y su batallón bonaerense será revertir este dato de la realidad y transformar el corte en un voto homogéneo, especialmente en bastiones peronistas del Conurbano.
Y deberán hacerlo con una tendencia en sentido contrario. Como recordó un alcalde del PJ, “la experiencia marca que en las generales hubo más corte de boleta que en las PASO”, lo que pone al oficialismo ante el reto de revertir la historia.
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