Se reunieron con el gobernador Axel Kicillof para analizar los números de las PASO. El objetivo es empujar la boleta completa para que Massa pueda llegar al balotaje. El plan en marcha.
Por: Jorgelina Naveiro.
Enfocado ya en engrosar el piso de votos para octubre, Axel Kicillof se reunió esta semana con los intendentes del Frente de Todos para analizar los números de las PASO y afinar la estrategia de cara a las elecciones de octubre. «Nadie se salva solo; no hay Provincia sin Nación», repitió el gobernador ante los jefes comunales como ya había dicho el 13 de agosto y pidió empujar la boleta completa de Unión por la Patria para que el candidato presidencial, Sergio Massa, pueda llegar a la segunda vuelta. Los que no fueron a votar, los votos en blanco y los que se pueden recuperar son la prioridad de la campaña puerta a puerta que se viene.
En el escrutinio provisorio del 13 de agosto, Kicillof sacó 2.891.276 votos (36,4%) en toda la provincia contra los 2.614.037 que obtuvieron Diego Santilli y Néstor Grindetti (32,9%) y los 1.886.335 (23,7%) que obtuvo Carolina Píparo. La participación en las PASO sobre el padrón provincial fue del 66%, casi tres puntos abajo de lo que ocurrió en la elección nacional que fue del 69%. De 13.595.078 electores habilitados en Buenos Aires, concurrieron a las urnas 9.028.419. Es decir que hay 4,5 millones de bonaerenses que no fueron y que son los que ahora el oficialismo buscará convencer para octubre, como primera estrategia.
La diferencia en participación y votos con las PASO de 2019 es abrumadora. El 11 de agosto de ese año concurrió a las urnas el 78% del padrón bonaerense –un 12% más– y el ahora gobernador obtuvo 2 millones de votos más, quedándose con el 52,74%. La entonces gobernadora María Eugenia Vidal, que buscaba ser reelecta, sacó el 34,5%. El escenario estaba polarizado entre ambos partidos y no había una tercera fuerza como ocurre hoy con La Libertad Avanza.
En este marco, el objetivo es subir «el piso» de votos que obtuvo la boleta completa de Unión por la Patria en territorio bonaerense, que fue de 2,8 millones, para garantizar la reelección del gobernador y apuntalar al ministro de Economía para el balotaje. En UP, según coincidieron intendentes y ministros en la reunión con Kicillof, hay margen para subir «entre cuatro y cinco puntos» en la elección si aumenta la concurrencia, pero también si logran captar el voto de las listas que no pasaron el umbral del 1,5%, y convencer a los que votaron en blanco e incluso a los exvotantes del FdT que ahora optaron por Milei por bronca con el gobierno.
Unión por la Patria ganó en dos de las ocho secciones electorales: la primera y la tercera, que concentra a los distritos del Conurbano. En ambos conglomerados, el porcentaje de ausentismo fue incluso más bajo que en las PASO de 2021 en que había promediado el 68% y luego subió al 72% en las generales. El pasado 13 de agosto la participación fue del 66% en los distritos del norte y del 65% en los del sur, donde el peronismo históricamente suele hacer la diferencia. En total, hubo 3,2 millones de bonaerenses que no emitieron su voto sólo en estas dos secciones.
La primera sección concentra a 4.821.530 electores y la participación fue del 66%. Hubo 1,6 que no fueron a votar, mientras que, de los 3,1 millones que lo hicieron, el 10% lo hizo en blanco. El gobernador sacó 1 millón de votos, contra los 929 mil que obtuvieron Diego Santilli y Néstor Grindetti juntos, y los 678 mil votos de Píparo. Hace cuatro años, en las PASO de 2019, el Frente de Todos había obtenido 1,7 millones, es decir 700 mil votos más que ahora, mientras que Juntos había sacado 1.135.038, unos 200 mil sufragios más.
En la tercera están habilitados para sufragar 4.829.091 electores, pero sólo concurrió el 65%, es decir 3,1 millones, mientras que 1,6 millones no participaron. Allí, Kicillof obtuvo 1.164.335 votos, mientras que las dos listas de Juntos sacaron 752 mil. También aquí hubo un 10% de votos en blanco. En las primarias de 2019, el FdT había sacado 2 millones de votos y Juntos 900 mil.
En el comando de campaña de UP miran con atención los números en distritos donde el oficialismo gobierna y perdió por poco o sacó un resultado muy ajustado, pero también en los distritos donde ganó y están confiados en agrandar la diferencia si hay más participación y si logran convencer a los enojados con el gobierno.
En Morón, por ejemplo, la boleta de Juntos le sacó una diferencia de 5 puntos a la de UP en el tramo gobernador, pero el intendente Lucas Ghi fue el candidato individual más votado y eso abre la esperanza de crecer en ambos tramos en octubre. En Ituzaingó, el candidato Pablo Descalzo –hijo del jefe comunal, Alberto Descalzo– quedó 500 puntos abajo de sus dos rivales amarillos a nivel local, pero Kicillof obtuvo más 1300 sufragios más que Santilli y Grindetti juntos. En Merlo, Gustavo Menéndez ganó por 7 puntos y Kicillof por 13, pero los libertarios sorprendieron al quedar segundos. El dato es que sólo fue a votar el 61%, contra el 64% de 2021 y el 78% de 2019.
En otros distritos como Moreno o San Martín, donde también triunfaron los intendentes peronistas Mariel Fernández y Fernando Moreira, respectivamente, la concurrencia también estuvo más abajo del promedio provincial y fue del 63%. Aunque el oficialismo ganó en todos los tramos en San Martín, el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, ya arrancó la campaña con el plenario «La damos vuelta» en busca de ampliar la diferencia.
En José C. Paz, en Berazategui, en Florencio Varela y en La Matanza también ganó el oficialismo y los libertarios –aunque lejos– quedaron en relación con Juntos. El análisis que compartieron los jefes comunales en La Plata fue que un porcentaje importante de esos electores antes elegía al FdT. «Son votantes nuestros», aseguraron y se mostraron confiados en que «se pueden recuperar».
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