El 60% de los distritos tendrá recambio obligado. Qué fuerzas arriesgan más. Figuras que se van y el desafío de encontrar reemplazos. Parada 2025, clave.
Por Juan Rubinacci.
Aunque hace sólo siete meses hubo elecciones ejecutivas, no hay espacio político en Buenos Aires que no esté pensando en el escenario electoral 2027, que cambiará los apellidos del 60% de quienes comandan intendencias, un número que, en mayor o menor medida, amenaza a todas los espacios, excepto a La Libertad Avanza (LLA) de Javier Milei, que buscará abrochar sus primeros triunfos municipales.
La ley provincial 14.836 impulsada en 2016 por la entonces gobernadora María Eugenia Vidal, y respaldada y militada por el Frente Renovador de Sergio Massa, prohíbe más de una reelección consecutiva para intendentes, bancas legislativas y consejerías escolares. En ese marco es que el universo intendentista del peronismo, el PRO y la UCR tiene poco más de dos años para construir sucesores o sucesoras y consolidar dirigentes que puedan retener el poder en 81 de los 135 distritos.
El plazo para construir alternativas no es de tres años y pico, el tiempo que falta para esa elección. La elección de medio término del año próximo es crucial para las aspiraciones de largo plazo. Quien quiera ranquear en la pelea por el cargo ejecutivo tendrá que ganarse un lugar de exposición en 2025. Por eso, la pelea que parece lejana está, en rigor, a la vuelta de la esquina.
Peronismo en reconstrucción
El caso más complejo se dará en el peronismo, que, entre todas sus vertientes, gobierna 84 municipios. Allí, las cabezas de cada expresión disputarán el poder entre los que siguen al gobernador Axel Kicillof, quienes se referencian en el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, la tropa de Sergio Massa y los jefes territoriales con identidad propia, entre barones del conurbano y caciques del interior.
Dentro de tres años, ya no podrán figurar al tope de la boleta apellidos de peso en el conurbano. A saber: Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mario Secco (Ensenada), Fernando Espinoza (La Matanza) y Mario Ishi (José C. Paz), entre otros. Todos ellos, cercanos a Kicillof. En el interior, el mandatario anota a Gustavo Barrera (Villa Gesell), Julio Marini (Benito Juárez) y Alfredo Fisher (Laprida), por citar algunos, quienes tampoco podrán postularse.
Mario Secco, Mayra Mendoza, Fernando Espinoza, Julio Alak y Jorge Ferraresi, intendentes de Buenos Aires.
La Cámpora, que controla 12 intendencias, ya sabe que deberá buscar sucesores de Mayra Mendoza (Quilmes), Iván Villagrán (Carmen de Areco) y Juan Ustarroz (Mercedes), mientras que otros jefes comunales de peso del conurbano tampoco podrán presentarse: Juan José Mussi (Berazategui), Gustavo Menéndez (Merlo), Mariano Cascallares (Almirante Brown), Andrés Watson (Florencio Varela) o Fabián Cagliardi (Berisso). En esta tropa también se alista la intendenta de Moreno con credencial del Movimiento Evita, Mariel Fernández, Federico Achával (Pilar), Nicolás Mantegazza (San Vicente) y Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas).
En el Frente Renovador, que en 2015 coló apellidos en varios distritos de la mano de Massa, tienen el boleto picado Juan Andreotti (San Fernando), Javier Osuna (Las Heras), Ariel Sujarchuk (Escobar), Sebastián Ianantuiony (General Alvarado) y Javier Gastón (Chascomús), todos con ocho años o más de mandato en el lomo.
El recambio generacional de la UCR
La segunda fuerza con mayor cantidad de intendentes es la UCR, con 27. A pesar de haber perdido algunos distritos el año pasado, el espacio está en un proceso de renovación intendentista que continuará dentro de cuatro años, cuando viejos lobos boina blanca ya no puedan presentarse.
Parte de esa suerte quedará echada durante un par de procesos institucionales que el radicalismo atravesará en los próximos años, entre el recambio de autoridades del comité bonaerense, la Convención Nacional y, naturalmente, las elecciones de medio término del año próximo. ¿Buscará la UCR colocar un candidato a gobernador? ¿Le dará la tela para poner candidato a presidente? ¿Podrá ganar municipios en las cabeceras seccionales?
El Foro de Intendentes Radicales de Buenos Aires.
Los casos más emblemáticos serán los de Miguel Lunghi (Tandil) y Miguel Gargaglione (San Cayetano), que dejarán sus sillones en 2027 tras gobernar 24 y 20 años consecutivos, respectivamente. Tampoco podrán revalidar el presidente del Foro de Intendentes radicales, Maximiliano Suescún (Rauch), Martín Randazzo (Lamadrid), Esteban Reino (Balcarce) ni Esteban Santoro (Madariaga), Emilio Cordonnier (Ayacucho), Osvaldo Di Nápoli (General Belgrano), Jorge Castro (Monte), Arnaldo Harispe (Lezama) ni Matías Rapallini (Maipú). Sin embargo, en 2023 la UCR plantó caras nuevas en varios distritos, que podrán candidatearse nuevamente: Lucía Gómez (González Chaves), Francisco Recoulat (Trenque Lauquen), Sofía Gambier (Pellegrini), Ramiro Egüen (25 de Mayo) y Lisandro Hourcade (Magdalena).
El PRO y el sueño de volver a ser
El PRO sueña con volver a los años dorados en los que pintó de amarillo el mapa bonaerense, con el triunfo de María Eugenia Vidal, la primera mujer en gobernar la gigante Buenos Aires. En aquel momento, los amarillos minaron de intendencias propias distritos clave del conurbano y del interior. No obstante, deberá buscar cómo encausar la interna que tiene al sector que responde a Patricia Bullrich en fuga, para plantarse con fuerza y tratar de recuperar municipios. El partido de Mauricio Macri gobierna 16 intendencias, aunque deberá también dar la pelea con un electorado que, en parte, migró a las filas libertarias, que harán su juego en soledad el año próximo, con vistas a ganar sus primeros municipios dos años más tarde.
Guillermo Montenegro
Al macrismo le será difícil reemplazar a Guillermo Montenegro en General Pueyrredón (Mar del Plata), quien lidera una coalición con la UCR que funciona, pero que se verá amenazada por la ola violeta. Tampoco tiene chances de presentarse Pablo Petrecca, le jorgemacrista que gobierna Junín, cabecera de la Cuarta sección electoral, y flamante vicepresidente del sello bonaerense. Lo mismo les ocurre a Javier Martínez (Pergamino) y Sebastián Abella (Campana). Salvo Montenegro, son todos modelo 2015.
Un caso particular es el de Diego Valenzuela (Tres de Febrero), que tampoco podrá postularse, pero que milita en la tropa bullrichista y tiene el control territorial de su distrito. El PRO buscará confluir con La Libertad Avanza apostando a los candidatos que mejor midan, independientemente del color, o que mejor estructura tengan en su pago. Ya no tiene como socio al radicalismo, aliado fiel en las últimas tres elecciones ejecutivas.
Florencia Arietto.
La Libertad Avanza, todo para ganar
El espacio que mejor expectativas tiene es La Libertad Avanza, que tiene todo para ganar. Sin intendencias propias, no arriesga nada y tomará el 2025 como una parada clave en función de apuntalar candidatos propios, sumar concejales en los municipios y pelear desde esa base por los sillones municipales en 2027. Claro que tendrá la suerte atada al rumbo del gobierno de Javier Milei, pero ya piensa en varios nombres que le pueden aportar marquesina o estructura a Las Fuerzas del Cielo.
Como contó Letra P, el armado bonaerense libertario apuesta a diez municipios que cree con chances de ganar, entre los que están Quilmes, donde alista al diputado purasangre Nahuel Sotelo; La Matanza, con la recién afiliada Florencia Arietto; Bahía Blanca, con Oscar Liberman, quien ya tuvo una buena performance en 2023; y la jugada convergente de Diego Kravetz del PRO, quien buscaría una nueva chance en Lanús.
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