Luego de las PASO, los jefes comunales del oficialismo bonaerense cambiaron significativamente sus campañas. La imagen de la gobernadora y el presidente, no aparece en las propagandas que hasta llegan a marginar el sello “Juntos por el Cambio”. La soledad proselitista y un objetivo difícil de lograr.
“Eran otros tiempos, era otra la historia”, rezaba la publicidad de una bebida alcohólica para servir como antesala del mundial de fútbol Corea – Japón en el año 2002, cuando la crisis dejada por el gobierno de Fernando de la Rúa aún se sentía con fuerza. La frase de la firma con base en el Conurbano tiene su correlato en la vida política del oficialismo de la provincia de Bueno Aires, más precisamente en los intendentes del extinto Cambiemos devenido a Juntos por el Cambio.
Es que, hasta no hace mucho, los alcaldes de la alianza entre el PRO y la Unión Cívica Radical hacían fila para conseguir una fotografía junto a la gobernadora María Eugenia Vidal en su despacho. Mucho más preciado era ser uno de los distritos visitado por la mandataria provincial acompañada del presidente Mauricio Macri, ese “honor” quedó solamente para un selecto grupo.
Sin embargo, el derrotero electoral llevó a los propios jefes comunales del oficialismo a buscar la mayor lejanía posible de los líderes nacionales y bonaerense de Juntos por el Cambio. Cabe destacar que, si bien un grupo de intendentes promovió sin suerte el desdoblamiento electoral para separarse de antemano de la Casa Rosada en las urnas, ya con la campaña en marcha, no rechazaron la presencia del ex Presidente del Club Atlético Boca Juniors, mucho menos de quien ellos mismos calificaron como “la gran electora”, la Gobernadora.
Claro, hasta el mismo 11 de agosto (día de las PASO), el oficialismo aseguraba a ultranza que la diferencia entre la candidata de Juntos por el Cambio y su rival de Todos, Axel Kicillof, oscilaba entre los 5 y 7 puntos a favor del ex ministro de Economía. Una brecha que se podía revertir siempre y cuando no se estire a más de ocho puntos. Al final de ese día, la ventaja para Kicillof llegó a 18 puntos y no fue la única mala noticia: Macri cayó por 15 puntos; y la mayoría de los intendentes oficialistas del Conurbano corrieron la misma suerte.
Así, nació la nueva estrategia que los alcaldes ya llevan a la práctica en sus distritos. Incluso, el primero en graficar el escenario fue Héctor Gay, desde un gigante del interior, Bahía Blanca, y que, como si fuera poco, ganó las PASO. “La elección bonaerense y nacional ya está perdida”, dijo el 12 de agosto, como un claro gesto de girar sus esfuerzos solamente en su reelección local.
En ese marco, los intendentes avanzaron con nuevas improntas electorales. Algunas impensadas, como el radical Jorge Nedela, mandamás de Berisso, que olvidó sus duras críticas al peronismo para llenar la ciudad de la Tercera Sección electoral de carteles propios bajo los históricos signos del pejotismo, la cartelería con tonos azules. Ni siquiera el rojo de la UCR sobrevivió a la búsqueda de la separación de Juntos por el Cambio. Incluso, los cárteles que sobrevivían desde antes de las PASO, fueron eliminados.
La de Nedela no es la único situación, claro está. Por caso, en La Plata, el intendente Julio Garro optó por cambiar los mensajes. “No me importa tu partido, me importa la ciudad”; “trabajar juntos aunque pensemos diferente”, son las frases elegidas.
El mismo camino tomaron en los diferentes distritos del Conurbano, como Quilmes, Lanús, Morón, Tres de Febrero, entre otros. Luego de las PASO, reperfilaron las campañas y buscan mantener el pago chico a tal punto que evitan las imágenes con los líderes del oficialismo. La pregunta, ahora, para por conocer sí la separación llega a tiempo y logrará rendir sus frutos o la soledad proselitista no generará daño.
Párrafo aparte merece el macrista Diego Valenzuela que promueve el corte de boleta en todas las plataformas posibles. Hasta con una página web que planteaba: "Cuando entrés al cuarto oscuro te vas a encontrar con una boleta de 5 partes. En una punta está la categoría de Presidente, en la otra la de intendente. Vos podés cortar por la línea punteada y sacar a DEBANDI, atrás de él está CURTO. La única manera de que no vuelvan a tomar el municipio es cortarlos. Meté la opción que quieras pero Debandi es Curto. Cortalos de la boleta".
En ese marco, el especialista en comunicación política y campañas electorales, Mario Riorda, explicó a LaTecla.info que la incidencia de los medios gráficos en las campañas, tienen una “incidencia de las más discretas”. Asimismo, detalló que “en el Conurbano, la diferencia ha sido tan grande que aún cambios estratégicos en la campaña, difícilmente pueda generar una reversión del resultado, sino más bien achicamiento de las distancias”.
De esa manera, Riorda sostuvo que ante la posibilidad de que ocurra cualquiera de los dos escenarios no se apuntalaría en las estrategias proselitistas. “En el caso de que se diese uno u otro escenario, sea la reversión o el achicamiento, tiene que ver mucho más con un movimiento subterráneo que propicia el corte de boleta de característica clientelar, que del propio éxito comunicacional de la campaña en sí”, sentenció.
Asimismo, Julio Burdman remarcó que "la intención del corte de boleta es mucho mayor a la que se hace efectivamente. En el cuarto oscuro no tiene suficiente motivación para hacerlo. El problema que enfrentan los intendentes es que mucha gente termina sin hacer el corte". En esa sintonía, detalló que tal vez "en las encuestas un intendente tiene mucho puntos y podría ganar, pero el día de la elección no es así. Tienen que trabajar en el corte al momento de meter la boleta".
Por su parte, la analista política Analía del Franco, coincidió con la visión planteada por Riorda y sostuvo que la separación de los intendentes de la Gobernadora y el Presidente, no genera grandes expectativas de cara a cosechar resultados favorables en las comunas.
“En líneas generales la tracción viene de arriba hacia abajo, la probabilidad de que haya un corte de boleta es baja a favor de los intendentes”, sostuvo. A su vez, Del Franco señaló que más allá de la búsqueda de soledad de los alcaldes no es algo que cuente con grandes probabilidades: “¿por qué no sucedió eso en las PASO? Justamente porque tracción Macri. Tracciona el número uno, el candidato a Presidente”. En tanto, la especialista advirtió sobre el doble filo de la estrategia: “no siempre tiene buen impacto en los vecinos”, expresó.
A dos semanas de las elecciones generales, los intendentes de Juntos por el Cambio profundizan la separación de los líderes del espacio. Sin embargo, la suerte les podría ser esquiva y nada les garantiza que la estrategia los erija como gobernantes por otros cuatro años.
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