La farmacia se volvió imposible para quienes tienen una carga importante de medicamentos a comprar cada mes. Más allá de las coberturas de las prepagas, las obras sociales y el PAMI, los valores suben por encima de la inflación hasta en los más utilizados, como aquellos que ayudan con la alergia o la tiroides.

Según la Unión Argentina de Salud (UAS), que nuclea a los prestadores y financiadores de la salud privada -como clínicas y prepagas-, en agosto, los medicamentos ambulatorios aumentaron 3,2%, por encima del IPC general, que fue de 2,5%. Fue el mes con menor índice de alza de todo el año, reconoce el sector privado de salud, pero en el primer semestre hubo productos que subieron “muy por encima del índice inflacionario” en el mismo período, que fue de 25,3%.

Entre los ejemplos de alzas más fuertes citan al expectorante Bisolvon, que tuvo una suba de casi 140%; la fórmula infantil Nutrilon Soya, con 119%; la leche infantil modificada NAN Optipro, que aumentó 117%.

Otros medicamentos muy utilizados, como el Dexalergin, que ayuda con las alergias, y la Levotiroxina para la tiroides, tuvieron aumentos de 78,2% y 49,1%, respectivamente.

De acuerdo con la UAS, los medicamentos subieron 62,8% entre agosto de 2020 y agosto de 2021, mientras la inflación general de ese lapso fue de 51,4%. La salud privada también subió por encima del nivel general: 57,1%.

Algunos de los remedios que cita el trabajo son de cobertura total para las prepagas, como las pastillas anticonceptivas, y es por eso que el documento tiene sus propias intenciones: se trata de las investigaciones que hace el Observatorio de Costos de la institución, que busca poner la lupa sobre las subas que las financiadoras (prepagas) tienen que absorber mientras tienen sus aumentos controlados por la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS).

Los aumentos de las cuotas de las prepagas fueron un foco de tensión entre las empresas y el Gobierno, que incluso llevó a denuncias de estatización por parte del sector privado. Finalmente, las subas se destrabaron por la paritaria del personal de Sanidad y en octubre se aplicó el tercer “paso” de cuatro iguales de 9%.

La respuesta de los fabricantes de medicamentos llegó de la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (Cilfa), que aseguró que los costos de importación se elevaron por la pandemia, que la suba de precios por encima de la inflación ocurrió en toda la región y, como punto más importante, que la medición de los valores no tiene en cuenta lo que sucede con los medicamentos de PAMI, que representan una gran porción de lo que los laboratorios venden.

El informe también compara los precios de los remedios más utilizados en el ámbito internacional. “En comparación con Estados Unidos, en la Argentina los precios de los medicamentos más utilizados se duplican, triplican y hasta cuadruplican en relación con el salario mínimo”, detalla el texto.

Por ejemplo, el precio de la Bayaspirina es cuatro veces más alto que en Estados Unidos con respecto al salario mínimo. Claro que en esta oración se esconden dos realidades interconectadas de Argentina: la pérdida del poder adquisitivo del salario, que hace más de 40 meses que pierde contra la inflación, y la suba de precios, por momentos muy fuerte en el caso de los medicamentos.

“En nuestro país, la Buscapina y la metformina, utilizada para el tratamiento de la diabetes tipo II, cuestan tres veces más que en Estados Unidos”, suma el documento.

Sobre los medicamentos para internaciones, la UAS informó que la suba de precios durante  agosto de 2021 con respecto al mes anterior fue de 4% (por encima del nivel general, que fue de 2,5%) y que se estima que durante septiembre el aumento nuevamente alcanzó 3,5% o 4%.

Finalmente, señala que 13 de los 30 medicamentos de alto costo más utilizados superan  $418.000. Da dos ejemplos de medicinas oncológicas para señalar que algunas de ellas se encarecen mucho más en Argentina que en otros países. El primero es el Erbitux, que es hasta 284% más caro que en el Reino Unido; el segundo es el Avastin, hasta 141% más caro que en España y hasta 205% más que en el Reino Unido.