El 27 de junio pasado, Luciano, de siete años había sufrido un golpe en la cabeza en la escuela hogar de Isonza, un paraje del departamento San Carlos. Tras ser asistido en el puesto sanitario local, el menor empeoró su estado de salud y fue derivado al hospital de Cachi, donde recibió atención médica pero a las horas fue derivado a esta capital con un diagnostico que indicaba una posible lesión grave cerebral, lo cual se podría dilucidar con la realización de una tomografía computada.

El menor llegó en la madrugada del 28 de junio, pero recién fue sometido a una tomografía computada al mediodía, circunstancias en que se confirmó la gravedad de la lesión que padecía, razón por la cual fue sometido a una operación para evacuar el coágulo en la base del cerebro, procedimiento que por el avance ya fue demasiado tarde. Al caer la tarde de ese día, Luciano murió.

Ante la sospecha de una mala praxis, puesto que el menor estuvo doce horas en espera por una tomografía que podría haberle salvado la vida, la fiscal González abrió una causa penal que a los pocos días escandalizó al seno del hospital, puesto que por el caso fueron imputados tres médicos de reconocimiento.

José Muela, Walter Pereyra y Alberto Aleman, acusados del delito de supuesto homicidio culposo, fueron indagados ya por la fiscal en torno a la muerte del menor. Los tres profesionales dieron sus explicaciones del caso, pero ninguno reconoció responsabilidad alguna por la muerte del menor, por el contrario cada uno se ajustó a señalar que su accionar estuvo ceñido al protocolo y régimen de trabajo del hospital.

Tras las declaraciones de estos médicos, la fiscal siguió adelante con otras testimoniales de médicos y enfermeros que explicaron cómo fue el funcionamiento del hospital los días en que Luciano estuvo internado, como así también el movimiento que tuvo el tomógrafo.

Algunas de estas declaraciones, según pudo saberse, comprometerían a los imputados, en especial a uno de ellos. Asimismo, trascendió que la fiscal ya tiene en su poder el protocolo de actuación frente a los casos médicos, como el de Luciano, y, al parecer, este reglamento también deja mal parado a los acusados.

Las pericias

Actualmente, la fiscal se encuentra presta a presentarles a las partes, en especial a los peritos que cada uno designó, los puntos de pericias a fin de que cada profesional estudie las actuaciones médicas y determine sus respectivos informes, los cuales, en caso de coincidencia, podrán confeccionarse en un mismo documento o caso contrario, por separado.

Se pudo saber que la defensa de Aleman presentó al neurólogo Sergio Gonorazky, mientras que por Muela lo hará Alberto Luis Espeche y en representación de Pereyra estará la neurocirujana Miriam Carolina Montenegro. Por la querella, en tanto, lo hará Rubén Maldonado, mientras que por la fiscalía lo harían dos profesionales, cuyas identidades aún no se conocieron.

Una vez que los peritos tengan de la fiscal los puntos de pericias se llevará a cabo un estudio técnico, tras lo cual González analizará los resultados de cada examen y, en caso de ver completa la investigación, elevará al juzgado de garantía requerirá o no juicio para los acusados.