El investigador Juan Rivera precisó que 30% de las calorías que consumen los mexicanos son productos ultraprocesados, y entre menor es la edad, mayor es el consumo de estos productos.
Por: Enrique Gómez.
En México, la ingesta de bebidas azucaradas es tres o cuatro veces mayor a lo recomendado, mientras que el consumo de frutas, verduras y leguminosas (como el frijol) es deficiente, en comparación con lo recomendado por las guías alimentarias (Plato del Bien Comer), señaló el investigador en Ciencias Médicas del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Juan Rivera Dommarco.
Aunado a ello, el consumo de productos ultraprocesados es 70% mayor a lo que sugieren dichas guías, explicó.
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Precisó que 30% de las calorías que consumen las y los mexicanos son productos ultraprocesados, y entre menor es la edad, mayor es el consumo de estos productos dañinos.
Así, la dieta de niñas y niños menores de 5 años contiene 38% de dichos productos, mientras que la de adultos contiene 26.2%.
Refirió que en México se requiere transformar el sistema alimentario para que sea saludable y sustentable, y proteja a la población de los intereses comerciales y, en particular, a mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, niños, niñas y adolescentes y quienes enfrentan inseguridad alimentaria.
El sistema alimentario saludable y sustentable contribuiría a resolver problemas de hambre, desnutrición e incremento de enfermedades crónicas no trasmisibles, señaló.
Afirmó que el sistema alimentario mexicano no es resiliente frente a fenómenos que exacerban las crisis estructurales. Como ejemplo, mientras que la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2018-2019 mostró que 38% de los hogares con niñas y niños menores de 5 años tenía seguridad alimentaria, en 2021 bajó a 32% debido al impacto de la pandemia de COVID-19.
Explicó que las inequidades en alimentación y nutrición en el país se reflejan en que, en 2019, 23.5% de niñas y niños menores de 5 años de hogares indígenas tenían talla baja para la edad (desnutrición crónica), mientras que en población no indígena la prevalencia fue de 13.1%.
Rivera Dommarco apuntó que la pandemia ocasionó incremento 12.8% en áreas rurales y de 14.1% en zonas urbanas en los costos de la canasta alimentaria básica, conforme a datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
El investigador en Ciencias Médicas indicó que otro de los factores que propicia la desnutrición es la baja prevalencia de lactancia materna exclusiva desde el nacimiento hasta los seis meses (28.6%), junto con la falta de lactancia continuada y alimentación complementaria saludable (libre de alimentos ultraprocesados) hasta los dos años o más.
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