Los datos de alta frecuencia no están dando una buena señal y ubican a la inflación probablemente por encima del 2,2% de enero. Factores locales como la suba del transporte y más generales como la suba de la carne se mezclan con un contexto internacional que va asimilando la mala gestión económica de Trump.
Por
Fernando Alonso
La inflación de febrero podría romper la tendencia a la baja e incluso ubicarse por encima del 2,2% registrado en enero, complicando los planes del presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, y metiendo otra vez presión a la política cambiaria en plena negociación con el Fondo Monetario Internacional que insiste en modificar el esquema cambiario dejando de intervenir en el dólar.
La suba de la carne (cerraría el mes con un aumento de 5%) que impulsó la inflación en alimentos y el incremento de 10% autorizado en el transporte público que afecta a la ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires son los principales factores para impulsar la inflación de febrero, que según las distintas consultoras tendría un piso de 2,2% y un techo de 2,6%. "Se registró el consumo de carne vacuna más bajo de los últimos 20 años (promedio móvil 12 meses); sin embargo, el ICC de la UTDT continúa subiendo: la gente parecería ponderar más la estabilidad (que se manifiesta en una disminución de la brecha cambiaria) que la posibilidad de consumir”, evaluó el centro de estudio Instituto Argentina Grande.
La inflación en un piso de nuevo arriba de dos por ciento no le permitirá al Tesoro continuar con la baja de tasa de interés en la colocación de deuda, necesaria para reducir la nominalidad de la economía y evitar que se siga apreciando el tipo de cambio, una de las discusiones centrales en la negociación con el Fondo Monetario Internacional, que el último fin de semana volvió a estirar una negociación con una contundente definición de la directora del organismo, Kristalina Georgieva: “Nuestros equipos siguen trabajando de manera constructiva en pos de un nuevo programa con el FMI”, dijo y alejó un pronto acuerdo.
Las malas noticias para Milei y Caputo también llegan desde el Norte. Pese a las fotos de Milei con el presidente Donald Trump y de Caputo con el secretario del Tesoro, Scott Bessent, las noticias sobre la marcha de la economía estadounidense no fueron buenas y anticipan que puede retornar la dureza de la Reserva Federal, que se refleja en una suba de la tasa de interés y que actúan provocando devaluaciones en el resto de las economías emergentes. “El mercado viene preocupado e incrementando la probabilidad de un escenario que combine una desaceleración de la actividad económica y con una inflación al alza. No llegaría a ser una estanflación, pero sí implica un deterioro de las expectativas en ambos frentes como resultado en buena parte del impacto que se espera que tengan los aranceles de Trump”, analizó la consultora Outlier.
Esa preocupación está también sustentada en la pérdida rápida de popularidad de Trump, según reflejaron distintas consultoras, como la de Reuters/Ipsos realizada entre el 12 y el 18 de febrero que mostró que el índice de aprobación general cayó a 44%. En una encuesta realizada entre el 24 y el 26 de enero, era del 45 por ciento, y en otra del 20 y el 21 de enero, del 47 por ciento. Una encuesta de YouGov/Economist del 16 al 18 de febrero mostró que el 46 por ciento de los votantes aprueba la gestión de la economía por parte de Trump, mientras que el 42 por ciento la desaprueba. Eso es menor que el 49 por ciento de los votantes del 26 al 28 de enero, cuando la aprobaban y el 37 por ciento la desaprobaban.
Si se termina instalando en los mercados la idea de que la inflación será más alta de la prevista y la actividad menos firme de lo que venía mostrando la economía de Estados Unidos, se puede trasladar a los mercados emergentes con una salida general de capitales que provoque devaluaciones de las monedas. Esa combinación agravará el atraso cambiario en Argentina, donde la política cambiaria intervenida por el Banco Central sólo permite una depreciación de 1% mensual del peso, por debajo de la inflación, en el mercado oficial.
Además, ese desequilibrio potencia la expectativa de devaluación que se manifiesta en las cotizaciones del dólar en los mercados financieros, obligando al Banco Central a vender más dólares para evitar que se vuelva a ampliar la brecha con el oficial. Con la idea del atraso cambiario, sin poder acumular reservas, con una inflación que no responde a la política monetaria, y con el Fondo Monetario alejando otra vez el arco, el equipo de Milei y Caputo deberá optar por reconocer más tasas en pesos para renovar la deuda y obtener nuevo financiamiento alejando alimentando la nominalidad de la economía y alejando la expectativa de convergencia de las tasas de inflación y devaluación a cero.
La inflación local viene dando malas señales, como fue el incremento de 1,5% en los precios mayoristas en enero cuando en diciembre había sido 0,8 por ciento. En la consultora Equilibria evaluaron que “pese a la estabilidad del resto de rubros, los Alimentos y bebidas sin estacionales treparon 0,8% tras una nueva suba del 1,7% del rubro Carnes (carne vacuna: 2,4%). Por esta razón, la inflación semanal fue de 0,3% y la promedio 4 semanas 2,1%”. Con esos datos “proyectamos para febrero una inflación en torno a 2,4%, liderada por Carnes que cerraría el mes por encima del 5% mensual”.
El Relevamiento de Precios Minoristas de Eco Go para la segunda semana de febrero 2025 arrojó una variación semanal de alimentos de 0,6% y una proyección global para el mes de 2,6%. “Con excepción de alimentos, el resto de las categorías se mantuvieron prácticamente constantes”, estimó.
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