La inflación bahiense de diciembre fue del 3,4 % y acumuló un alza del 48,1 % durante 2021, de acuerdo con los datos difundidos hoy por el Centro Regional de Estudios Económicos de Bahía Blanca Argentina (CREEBBA). 

  En términos interanuales, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del CREEBBA arrojó uno de los tres aumentos porcentuales más elevados de los últimos 12 años.

   Los otros dos fueron en 2019, cuando el incremento anual fue del 55,7 %, y en 2018, con un 45,1%, según consta en los registros históricos del Centro de estudios local. 

   Sin embargo, dos cuestiones clave distinguen al actual proceso inflacionario de los dos anteriores, y es que tanto la cotización del dólar como los valores de las tarifas de los servicios públicos se encontraban en aumento. 

Así, corolario de la crisis de balance de pagos (N de R: registra las transacciones de residentes argentinos con el resto del mundo) que afectó a los últimos dos años de la administración macrista y motivó el préstamo del FMI en 2018, se produjo una importante sangría de divisas del circuito económico que presionó al alza el valor del dólar, con efectos inmediatos en la inflación minorista. 

   Además, tarifas eléctricas aumentaron entre 3.400 y 5.500  % entre 2015 y 2019, según la categoría y el tipo de consumo, mientras que las de gas se incrementaron en promedio entre 1.300 y 1.500%, con máximos de 1.900%, lo que agregó un condimento extra a la inflación local y nacional. 

   Pero ahora, el dólar oficial apenas subió un 1,8 % en diciembre, situación que se repitió en casi todos los meses anteriores. 

    Por lo tanto, en un contexto de necesidad de revisión tarifaria y de posibles pedidos de devaluación por parte del Fondo, ya que, históricamente, el organismo suele solicitar una devaluación o "sinceramiento" del tipo de cambio como condición previa a un acuerdo, las noticias en materia de inflación no serán buenas de cara a 2022.