Tras su primera intervención, el candidato oficialista había prometido volver al escenario, pero desapareció. El Luna Park quedó vacío y la desazón dominó la escena.
El búnker del Frente Para la Victoria (FPV) se había preparado para explotar en festejos. Pero, después de conocidos los primeros resultados oficiales, el único estallido se escuchó en las puertas: todos le huyeron en estampida a la derrota y, los pocos que quedaban, se abrazaban en lágrimas de tristeza.
El vip del búnker oficialista, donde horas antes sonreía el secretarioRicardo Forster, la periodistaAgustina Kämpfer, el exministro de la Corte Raúl Eugenio Zaffaroni, entre una centena de figuras del kirchnerismo, quedó totalmente en silencio.
En los pasillos del mítico Luna Park, las pocas caras que quedaban sólo mostraban lágrimas. Según reportaron a Perfil.com desde el edificio de la calle Madero, muchos se abrazaban y se daban mensajes de aliento ante el 67,8% de las mesas escrutadas que informaba sorpresivamente a Mauricio Macri dos puntos arriba del motonauta.
El candidato a gobernador Aníbal Fernández, que aseguraba fuera de los micrófonos haber ganado la elección “con lo justo”, ni siquiera se asomó por el escenario cuando le tocó hablar a Scioli. Sólo después de conocidos los primeros resultados tuvo sentido su temprano discurso en el Luna Park.
Scioli, que había asegurado ser el próximo presidente del país, terminó su discurso con una promesa: regresar al escenario en una hora. El candidato se retiró de su búnker sin cumplirla: no pudo ponerle el rostro a la derrota parcial.
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