En territorio bonaerense están radicadas casi 2.400 fábricas, la mayoría, de pequeña y mediana escala. Consecuencias de la crisis en uno de los sectores económicos más castigados.
La recesión golpea fuerte, pero no a todos por igual. En los últimos cuatro años, el sector industrial fue uno de los más perjudicados; no sólo por el aumento de los servicios y la apertura de importaciones, sino por la devaluación de la moneda, que dificulta la capacidad productiva y competitiva de las empresas.
En el año 2010, el Gobierno central impulsó el Programa Nacional para el Desarrollo de Parques Industriales Públicos, a fin de fomentar la radicación de industrias y servicios para el rubro, con el objetivo de favorecer el desarrollo de pequeñas y medianas empresas a partir del otorgamiento de créditos y reducciones impositivas.
De los 405 parques industriales radicados en el país, 88 están emplazados en todo el territorio bonaerense y casi el 50% fue creado en los últimos ocho años. De acuerdo a las cifras que maneja el Ministerio de Producción provincial, a cargo de Javier Tizado, son 2.399 las empresas albergadas en los distintos agrupamientos industriales.
Desde la llegada al Gobierno de Mauricio Macri, 70 compañías cerraron sus puertas, muchas de las cuales estaban establecidas en los parques industriales. A pesar de los beneficios otorgados fue imposible continuar la producción. Apenas en el primer trimestre de este año, 17 compañías decidieron bajar sus persianas y despedir al personal.
Recientemente, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) reveló que en el mes de agosto, la utilización de la capacidad instalada en la industria fue de 60,5%, nivel inferior al registrado en el mismo mes de 2018 (63%).
A finales de 2014 se fundó la Red de Parques, una asociación sin fines de lucro integrada por representantes de complejos industriales públicos, privados y mixtos, a fin de potenciar la existencia, en cada localidad, de agrupamientos con ventajas estratégicas que facilitaran el crecimiento ordenado y sustentable de la industria en Argentina.
Su pronóstico sobre la situación actual es para nada alentador. “Estamos pasando por un mo-mento de crisis. No hay inversiones, lo que produce la nula venta de tierras; debido a eso, no se radican industrias; al no haberlas, no hay empleo; por ende, no hay sueldo, y todo deriva en que no haya consumo. La situación es muy grave”, expresó el titular de la entidad, Darío Parlascino. Añadió que “las industrias, hoy en día financian sus productos; al hacerlo reciben cheques, pero cuando tratan de vender esos cheques para tener efectivo, van al banco y los intereses son dañinos; ni hablar lo que significa pedir un crédito. Así es imposible poner la rueda en marcha”.
El plan de la UIA
La Unión Industrial Argentina (UIA) presentó días atrás su Plan Productivo 2020-2023, es decir, las políticas que debería implementar el nuevo Gobierno para reactivar el sector.
El documento estaba dividido en dos ejes. El primero, macroeconomía, donde proponen un tipo de cambio previsible, un complemento de tasa que fomente el ahorro en moneda nacional y un esquema de reintegros que fomente el valor agregado y las políticas productivas.
El segundo eje tiene que ver con la carga impositiva. Desde la UIA pidieron una reforma tributaria, que incluya un código fiscal unificado, al que adhieran municipios y provincias; una actualización de las relaciones laborales y la unificación o eliminación de los regímenes de recaudación, además de la eliminación de distorsiones en exportaciones e importaciones.
También reclamaron financiamiento para inversiones productivas y una bonificación de tasas para el capital de trabajo, junto con obras de infraestructura para mejorar los costos de transporte y logística. Por último pidieron que la Secretaría de Ciencia, Tecnología y Desarrollo Productivo vuelva a ser un ministerio.
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