El clúster mediterráneo agita números negativos, pero aún confía en Javier Milei. Las diferencias con la UIA. El giro en la relación con el gobernador.
Por Luis Zegarra
La Unión Industrial de Córdoba( UIC) reconoce la existencia de un escenario recesivo, tal como demuestran sus propios indicadores de la actividad económica. Aún así, acuerda con las medidas de ajuste dispuestas por el gobierno de Javier Milei en la búsqueda del anhelado superávit fiscal. Según interpretan, Argentina atraviesa un proceso doloroso, pero necesario para restaurar una economía que negaba previsibilidad.
Por ello, pese a los resultados de su reciente relevamiento -que refleja que en lo que va del año el 30% de las empresas industriales ha enfrentado una disminución “sustancial” en su producción, con una caída de la rentabilidad en el 71% de las industrias- el 70% de los socios de la UIC se manifiesta “optimista” de cara a 2025, “tanto a título de sus empresas, como del sector industrial y del país en general”.
También albergan buenas expectativas sobre el rumbo de la administración provincial. Especialmente después de registrar gestos de acercamiento de Martín Llaryora. Según leen, el gobernador ha cambiado los rumbos de su GPS, originalmente calibrado hacia la Casa Rosada, asignando más valor a los actores locales que tan bien han sido tratados por gestiones precedentes.
Los modos de Javier Milei
El relevamiento de agosto de la UIC, parte esencial del Círculo Rojo mediterráneo, proyecta un 2024 como “año recesivo en la industria cordobesa”.
“El contexto recesivo del sector ha puesto de manifiesto varias preocupaciones persistentes, destacando los aumentos en los costos y la caída en la demanda interna como problemas centrales. Los costos energéticos, salariales y de materia prima nacional continúan siendo obstáculos importantes”, sintetiza el informe.
“La percepción general sobre el estado económico actual no es alentadora: el 47% de las empresas considera que su situación es peor que en 2023 y un significativo 70% de los empresarios percibe que la situación general de la industria ha empeorado. Un 6% espera entrar en proceso de concurso en los próximos meses”, amplía el texto.
Pese a tales registros, siete de cada 10 industriales se manifiesta optimista ante el futuro. Tal confianza se desprende de la percepción de que el gobierno nacional ha trazado “un rumbo correcto” en materia macroeconómica.
Martín Llaryora y Daniel Passerini acompañaron el anuncio del grupo automotriz Stellantis, que invertirá 385 millones de dólares para la producción de vehículos y un motor.
“Estamos de acuerdo, pese a las circunstancias adversas. Este proceso era inevitable. No se puede gastar más de lo recaudado. Hay que eliminar el déficit fiscal, causa de la decadencia argentina. Esto implica realizar sacrificios. Hay que atravesar esta situación dolorosa. Por supuesto, los más vulnerables van a padecer más. Pero hay que entender que no existen soluciones mágicas para la situación de Argentina. Estábamos al borde del precipicio, con una inflación de más del 300% y una expansión desmedida del gasto público. La recesión es la contracara necesaria del ajuste”, resume una voz de peso en la UIC.
No se trata, advierte el referente, de una simpatía particular por el presidente. Mucho menos por sus modos, sobre los que ciernen advertencias de corte institucional, ya por su vínculo con otros poderes del Estado, ya por las relaciones con países vecinos, especialmente aquellos de fluido intercambio comercial.
Sí le adjudican carácter decidido para lograr sus cometido. Tal cualidad, entienden, lo refrenda como un dirigente ejecutivo, distinto del resto de los funcionarios. Vaya como ejemplo la decisión de vetar leyes que considera inadecuadas, como la nueva movilidad previsional. “Él viene a hacer un trabajo. Asume los riesgos. Los políticos no lo hacen porque temen quedar mal”, señala la fuente.
Diferencias con la UIA
Las voces cordobesas se despegan de las reacciones expresadas por la UIA al discurso del líder libertario, quien, en el Día de la Industria Nacional, acusó al sector de haber gozado de protecciones, obtenidas a costa de perjuicios al campo.
“Algo de eso hubo. Hay industrias que han estado protegidas. Otras han tenido beneficios del Estado. Eso es tan injusto como que el campo tenga que pagar derechos de exportación”, dicen en corrillos mediterráneos.
Según deslizan, la agremiación nacional está atravesada por una dinámica política donde algunos se guían por sesgos ideológicos. “Históricamente hemos tenido líneas de pensamiento distintas. Nosotros defendemos los intereses de la industria, no nos expresamos desde lo partidario”, apuntan.
Aún así, ambas centrales comparten algunos temores. El principal advierte sobre las consecuencias de una posible apertura de importaciones. La experiencia menemista aún percude, el pedido de revisión impositiva no perece. “Queremos integrarnos al mundo. No tenemos miedo en competir, pero en igualdad de condiciones. Si un producto del exterior viene sin aranceles y yo tengo que pagar el impuesto país, nos matan”, explican desde Córdoba.
Con similar énfasis, aunque reconocen un repunte en los indicadores de la economía en julio, señalan otras dos luces de alerta en el camino: la sustentabilidad de un superávit fiscal obtenido a ritmo de motosierra y licuadora; la eliminación definitiva del cepo, principal incumplimiento que anotan en el boletín de calificaciones.
Otro Martín Llaryora
La UIC también aprueba lo que percibe como un cambio de enfoque en el gobernador de Córdoba. Según interpretan, tras un período inicial “eufórico”, ha puesto su foco en la gestión provincial.
Así interpretan gestos brindados por Llaryora en la celebración local del Día de la Industria. Ante la crema empresarial, el exdiputado ensayó elogios que parecían asordinados desde la salida de Juan Schiaretti, el interlocutor predilecto del Círculo Rojo.
“No va a haber un país próspero o una provincia próspera sin trabajo, y no va a haber trabajo sin industriales”, dijo el mandatario. También destacó “la actitud que demuestran en estos momentos tan difíciles, tan recesivos, con tantas dificultades”.
Martín Llaryora entregó premios en el Día de la Industria.
La lectura también marca territorio. Perciben, hoy, a un gobernador más dispuesto al diálogo con actores locales que a su proyección nacional. “Quiso tener un rol protagónico de entrada. Schiaretti hacía al revés, construía desde acá, con prioridad para lo local”, sintoniza un empresario
“Se acomodó. Aún está en proceso de aprendizaje. Y la tiene difícil por la caída de ingresos fiscales. Pero está actuando con responsabilidad en el manejo de los fondos públicos y tomando decisiones necesarias, aunque sean dolorosas”, añade.
Las mismas fuentes destacan la adhesión de la provincia al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones, al cual dieron fuerte impulso pese a las observaciones sobre la irrelevancia asignada a jugadores locales. Ahora esperan la reglamentación de la reforma laboral incluida en la ley ómnibus, a la que consideran clave para terminar de remover “trabas y costos innecesarios”.
Comentá la nota