En el comercio de la ciudad se activó un comité de crisis y en la industria se reactivaron los protocolos sanitarios. Se quiere evitar el cierre de locales y el incremento del ausentismo.
La ya declarada cuarta ola de Covid 19 encendió una luz amarilla en el tablero de la mayoría de las industrias y los comercios. Sucede que la enfermedad, aún siendo mucho menos peligrosa en virtud de la vacunación que acota las versiones más agresivas y mortales, mantiene el potencial de generar daño económico.
Las empresas están retomando los cuidados sanitarios, que se fueron relajando en los últimos meses como consecuencia de la disminución de casos y fallecimientos, en función de que se están generando preocupantes tasas de contagios.
Fabián Castillo, de la Federación Económica de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA), informó que la entidad constituyó un Comité de Emergencia. Ya están mandando a imprimir más de 20.000 afiches y carteles para los comercios con recomendaciones.
“Hay que evitar morir por la enfermedad, y también de inanición”, graficó Castillo. El empresario recordó que el pico de la pandemia generó el cierre de 24.000 locales en la ciudad y que luego se pudieron reconvertir unos 16.000. “Hubo un golpe muy duro al comercio”, señaló.
Para los comercios, se está recomendando sobre todo la circulación de aire en los locales y acotar la calefacción, porque el entorno cerrado y cálido es más propicio para la transmisión del virus. No sería de extrañar que en el caso de que avancen los contagios se limite el ingreso de clientes a los locales, una costumbre que se fue relajando sobre todo en los supermercados de proximidad.
Marcelo Fernández, titular de la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA), dijo a Ámbito que “se comenzaron a aplicar nuevamente los protocolos”. En los últimos días las empresas comenzaron a extremar cuidados en materia de distanciamiento de los empleados, en sus propios puestos de trabajo y en los espacios comunes como comedores y vestuarios. Fernández explicó que “si bien no hay un incremento desmedido de las ausencias, estamos previniendo”.
De mismo modo, Daniel Rosato, de Industriales Pymes Argentinos (IPA), señaló que “aunque parezca ahora el Covid una gripe debido a las vacunas, igualmente la enfermedad obliga al aislamiento y la ausencia”.
Los empresarios no quieren enfrentarse al escenario del verano último, cuando se desarrolló la tercera ola. En ese momento hubo empresas pyme que reportaron hasta el 25% del personal ausente, y con ello, la imposibilidad de operar normalmente.
De hecho, las estadísticas oficiales reflejaron la merma de la actividad. En enero la actividad industrial cayó 0,3% interanual según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). A los problemas de la pandemia se le sumaron cortes de energía eléctrica.
Según explicaron los empresarios, algunas de las medidas que se están tomando en las fábricas incluyen el distanciamiento en los comedores y el uso de tapabocas. Además se procura que no haya aglomeración de personal en los horarios de cambios de turno y se acota la cantidad de personas que pueden ingresar al mismo tiempo en baños o vestuarios.
Para los empresarios, el efecto que puede tener el Covid ahora en las personas, similar a un resfriado común o una gripe, resulta indistinto en relación a la capacidad de los empleados de asistir a sus puestos. Sea por una enfermedad o por otra, los trabajadores tienen que tomar licencia. Por el momento, comentan, no se ha desatado una ola de faltas como ocurrió en el verano, cuando algunos inclusive estaban en período de vacaciones y tras contraer la infección, interrumpieron la licencia tal cual lo indican las leyes laborales incrementando los costos de las empresas.
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