Los "indignados" franceses vuelven a acampar en la plaza de la República

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Cientos de "indignados" franceses que desde hace 11 noches acampan, volvieron a instalarse este lunes horas después de que el gobierno los desalojara primero y ofreciera después 500 millones de euros en ayudas a las principales organizaciones estudiantiles.

Tras el desalojo en la madrugada de este lunes, los manifestantes, conocidos ya en Francia como los indignados, volvieron a la plaza con autorización del gobierno municipal para pasar otra "Noche de Pie" (Nuit debout), debatiendo y reclamando cambios estructurales, entre ellos que se desista de un polémico proyecto de reforma laboral. 

El intento del gobierno francés de dividir al movimiento joven y opositor a dos semanas de la próxima jornada nacional de protestas contra la reforma laboral pareció no surtir efecto, ya que los líderes de las principales organizaciones estudiantiles del país anunciaron que mantendrán la convocatoria y el apoyo al campamento Noche de Pie de los indignados.

El primer ministro galo, Manuel Valls, recibió este lunes a los líderes estudiantiles y puso sobre la mesa 500 millones de euros en concepto de ayudas para aquellos jóvenes que buscan ingresar por primera vez al mercado laboral, para becas estudiantiles y para promocionar la creación de contratos indefinidos. 

Valls se mostró abierto al diálogo, pero se negó a retirar o modificar sustancialmente el proyecto de reforma laboral, que este mes comenzó a ser analizado en el Parlamento y que propone, entre otros cambios, priorizar los acuerdos salariales por empresa en vez de las paritarias por sector productivo. 

El premier prometió modificar la reforma para aumentar las cargas empresariales en los contratos temporales -que representan el 87% de los que firman los jóvenes en Francia- y prologar durante cuatro meses las becas de todos los estudiantes que hayan terminado sus estudios y estén en la búsqueda de trabajo. 

Además, propuso crear una ayuda de 1.000 euros para los estudiantes universitarios que provengan de familias de bajos ingresos. 

Tras la reunión con Valls, el presidente de la Unión Nacional de Estudiantes Franceses, William Martinet, celebró las medidas propuestas por el premier, pero destacó que no alcanzan. 

El líder reiteró el pedido del movimiento estudiantil de retirar el proyecto de reforma laboral del Parlamento y poner fin a la flexibilización y la precarización laboral, un proceso legal y económico que comenzó con el gobierno del anterior presidente Nicolas Sarkozy y continuó con el actual, el socialista François Hollande. 

Martinet confirmó que las organizaciones estudiantiles volverán a marchar codo a codo con los sindicatos del país el próximo 28 de abril, en la séptima jornada nacional de protesta que toma las calles de Francia en los dos últimos meses. 

Además, Martinet dejó en claro que continuarán apoyando al movimiento de indignados de Noche de Pie, el mismo movimiento que este lunes a la mañana, tras ser desalojado de la Plaza de la República por la policía, prometió volver a instalar sus carpas y continuar con su protesta. 

El nivel de la crisis política en Francia impregna todas las instituciones, inclusive las estudiantiles.

A poco de conocerse las palabras de Martinet, la asamblea de estudiantes de Ciencia Política de la universidad pública París 8 repudiaron que el líder "monopolice" la voz de los alumnos y reiteraron que la unidad con los trabajadores y los manifestantes de Noche de Pie está fuera de toda discusión sectorial.

El movimiento Noche de Pie comenzó el 31 de marzo pasado, cuando un grupo de personas que participaban de una gran manifestación contra la reforma laboral del gobierno socialista propusieron que todos los que quisieran se quedaran a pasar la noche en la Plaza de la República, en un intento de movilización permanente. 

Desde entonces, el movimiento, que intenta emular al de los indignados españoles de 2011, evolucionó y sus reivindicaciones no se limitan sólo al rechazo a la reforma laboral. 

El domingo por la noche, la simbólica plaza, que suele albergar todo tipo de protestas, fue inundada por una multitud que participó de las asambleas generales convocadas por los organizadores para debatir los principales problemas que aquejan al país. 

Bien temprano a la mañana, los servicios de limpieza del Ayuntamiento de París comenzaron irrumpieron en la plaza y comenzaron a desmontar las carpas que los manifestantes habían levantado para refugiarse de la lluvia y el frío.

Los organizadores inmediatamente se dirigieron al Ayuntamiento y pidieron permiso para volver a acampar en la plaza. 

La alcaldesa de la capital, Anne Hidalgo, los autorizó, pero les pidió que hicieran uso "compartido" de la plaza

"De la misma manera que nadie se opone a que ciudadanos debatan durante una parte de la noche, nadie debe oponerse a que a que dejen libre la plaza una vez que hayan terminado sus discusiones", sostuvo Hidalgo en un comunicado, antes de que los jóvenes volvieran a ganar la plaza.

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