La manifestación fue frente a las oficinas de IOMA, en avenida España al 900.
Cansados e indignados por los reiterados incumplimientos, un grupo de afiliados de IOMA dijo basta a la burocracia de la obra social y se manifestó en las puertas de las oficinas de avenida España 944, para hacer visible su reclamo y lograr que el sistema se modifique y que cumplan “en tiempo y en forma” con las prestaciones.
La convocatoria, impulsada por la abogada vinculada a temas de discapacidad, Gabriela Marti, logró la respuesta de una treintena de personas que, con sus experiencias a cuestas, se reunió desde las 17.30 frente a la dependencia pese a que el horario de atención al público había concluido.
Así, tras intercambiar los casos en los que la obra social no respondió a ciertos pedidos, no autorizó prestaciones u obliga a hacer presentaciones mensuales, se expusieron los lineamientos de un petitorio que tendrá por destino final la presidencia de IOMA.
“Hay que tomar la iniciativa; no puede ser que no respondan porque está en juego la salud”, dijo la letrada que se comprometió a llevar el documento ante Pablo Di Liscia.
“Quiero saber qué
hacen con mi dinero”
Afiliado a IOMA desde hace casi tres décadas, José Torres respondió a la convocatoria para mostrar su malestar frente a los problemas que “siempre” tiene con los prestadores, “que se quejan que de los doce meses les pagan once”.
La abogada y excandidata a concejal, Gabriela Marti, encabezó el reclamo.
Y comparó que en La Plata la cobertura es “total” y aludió a lo que sucede con los anestesistas, que en Tandil están fuera de convenio y no cubren las intervenciones.
“Un porcentaje muy importante de nuestros haberes jubilatorios se lo lleva IOMA, entonces quiero saber qué hacen con mi dinero”, sentenció.
Mientras los vecinos afectados plasmaban su firma en el petitorio, al que también adhirieron los concejales Silvia Nosei (Unidad Ciudadana) y Raúl Escudero (Integrar, en reemplazo de Nilda Fernández), Beatriz sumó la problemática para atender a un familiar con discapacidad.
que presentar todos los papeles y siempre falta algo o vuelve rechazado”.
Esta circunstancia muchas veces obliga a viajar a La Plata para resolver el trámite y obtener la prestación como es debido.
Luego se sumó Mariela que, visiblemente molesta por las fallas que presenta la obra social, expresó que “hace tres años” que su hijo con discapacidad está en tratamiento terapéutico “y nadie me dio nada, todo sale de mi bolsillo. Es una vergüenza”.
La manifestación fue frente a las oficinas de IOMA, en avenida España al 900.
“Hacernos ver”
La movida estuvo encolumnada detrás de la abogada (y exfuncionaria de IOMA), Gabriela Marti, que además representa a la familia de un menor que padece una discapacidad a quien la obra social no responde “en tiempo y forma” con las prestaciones.
En concreto, el acompañante terapéutico que le asigna IOMA hace casi un año que no recibe un pago por sus servicios, con lo cual peligra la continuidad de la terapia.
Sin embargo, la experiencia no es la única y se replica entre los empleados del Estado que deben sortear trámites por lograr una atención para la problemática que presentan, ya sea por discapacidad u otro tema de salud.
Este escenario derivó en una convocatoria en la sede de la delegación local, que permitió reunir a afiliados que padecen un mismo inconveniente y acompañar con su firma un petitorio. “El tema fue hacernos ver”, ratificó la abogada que al tomar estado público la decisión de impulsar una movida recibió un llamado desde la sede regional del organismo, ubicada en Mar del Plata.
Las delegaciones
Lo expuesto durante el intercambio dejó en evidencia una problemática que focaliza las fallas en el funcionamiento de la dependencia local, en una realidad que se replica en otras delegaciones.
Un petitorio deja plasmado el reclamo de los afiliados tandilenses.
“En las regiones funciona bien; las delegaciones terminan funcionando mal por esto de lo burocrático que tiene IOMA”, alertó Marti.
Al graficar este aspecto, expuso que el trámite se inicia en las oficinas locales y luego se remite a la regional correspondiente para concluir en la central, en La Plata. Allí, un edificio de trece pisos aloja una innumerable cantidad de expedientes que “se pierden en todo el sistema”.
“La mayoría de las cosas nunca llega a tiempo”, renegó y ejemplificó que la autorización de la medicación tarda “tres meses”, y que por un caso de discapacidad el certificado se debe presentar “todos los meses”.
Expuso que las cabeceras tienen mayor cantidad de personal pero además “capacidad de resolución”, mientras que en Tandil “muchas veces tampoco quieren”.
En cuanto a posibles acciones judiciales, aseguró que el límite será el caso que representa. “Si Tomás se queda sin ir a la escuela por la falta de asistente terapéutica, voy a hacer una denuncia penal” a las autoridades de la obra social por “abandono de persona”, amenazó la abogada, que mostró reparos ante la eventualidad de una demanda colectiva dada la diversidad de casos.
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