Gran indignación provocó el incidente que protagonizara el Defensor del Pueblo del Chaco, Gustavo Corregido, durante el acto por el aniversario del fallecimiento del General San Martín, cuando por orden del intendente Aldo Leiva fue obligado a abandonar el palco oficial, pese a haber sido invitado por el gobernador Capitanich.
Numerosas muestras de rechazo se observaron en los portales y redes sociales durante el fin de semana, mientras se espera una reacción por parte de los partidos políticos y las organizaciones sociales, que durante 16 años reclamaron la instrumentación del instituto del Defensor del Pueblo, como lo establece la última reforma constitucional.
Las explicaciones brindadas por el propio intendente, que aseguró que “no podía permitir que en el palco me esté acompañando una persona que sin fundamentos válidos buscó mi destrucción en una causa donde la justicia falló a favor de mi inocencia”, como si el acto oficial por el Padre de la Patria fuera un evento en el que solo él pudiera decidir quién participa y quién no. Pero a Leiva parece no haberle importado la representación institucional que cada uno posee y lo convirtió en un ámbito limitado para sus amigos.
La causa a la que se refiere, es el resonante escándalo por las tarjetas alimentarias, destinadas a familias de escasos recursos, las que acumulaban consumos por varios meses consecutivos estando bajo la custodia del Ministerio de Desarrollo Social, que conducía Aldo Leiva y sin haber sido entregada a sus beneficiarios. Lo que olvidó mencionar en su descargo es que la defraudación cercana a los 500 mil pesos mensuales se produjo y nadie respondió por semejante desfalco, pese a haber sido su responsabilidad como titular de la cartera.
Antecedentes violentos
El incidente del viernes, lejos de haberse tratado de un cordial pedido para que abandone el palco, diversas fuentes consultadas aseguran que el intendente, en forma personal y mediante algunos allegados, habría lanzado serias amenazas que por sí solas se encuadrarían en una inconducta como funcionario público.
De todas maneras, no es de extrañar una actitud violenta de quién tiene serios antecedentes de no utilizar el diálogo como herramienta política o de gestión, ya que estando en el Ministerio de Desarrollo Social, fue protagonista de otro hecho violento en el que resultó agredido el pastor evangélico Carlos Vallejos, mientras representaba a los ladrilleros de Fontana.
Desafíos para Corregido
La Defensoría del Pueblo del Chaco no comenzó de la mejor manera, luego del largo período de espera para que los bloque políticos se pusieran de acuerdo en su instrumentación, sobrevino el conflicto con los diputados por las declaraciones de Corregido, que los calificó de “corruptitos políticos” al haber pretendido incorporar a amigos y parientes en la estructura del nuevo organismo, afortunadamente dejado sin efecto por el gobernador Capitanich que vetó la polémica estructura.
Pero luego de la expulsión del palco, con amenazas de por medio, el propio Corregido incurriría en la misma falta que Leiva al personalizar el incidente, siendo que solo se limitó a declarar que “preferí retirarme para no comprometer al pueblo de General San Martín, ajeno a la circunstancias".
Esta decisión, que en lo personal puede resultar prudente, en lo institucional abre algunos interrogantes ya que miles de chaqueños esperan, de la Defensoría y de su Defensor, las garantías de que serán defendidos adecuadamente cuando desde el Estado, o desde quienes ostenten el Poder del Estado, pretende avasallar algún derecho. “¿Cómo puede defendernos a nosotros, si no se supo defender a sí mismo?”, son algunos de los miles de comentarios que circulan por estas horas en las redes sociales, en los portales de internet y en las charlas de café. Miles de chaqueños esperan una respuesta un poco más firme de su Defensor.
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