En Praga, al finalizar su décimo viaje al exterior en su primer medio año en la Casa Rosada, Javier Milei elogió su gestión presidencial, dijo que la Argentina va por el camino correcto y que aparecen indicios de que las cosas están funcionando. La inflación, efectivamente, se ha moderado aunque después de que durante su gobierno el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró los porcentajes mensuales más altos desde la salida de la convertibilidad; y otros indicadores dejan mucho que desear. Entre ellos, nada menos que el de la actividad económica, que en 2024 no ha hecho otra cosa que caer estrepitosamente.

Lo confirmará esta tarde el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), cuando difunda el “Informe de Nivel de Actividad” del primero trimestre de 2024.

El dato de nivel de actividad ya tuvo una serie de adelantos con mediante el Estimador Mensual (EMAE) que se difunde en forma mensual y luego se ajusta para dar forma a la evolución del Producto Bruto Interno (PBI), que se publica de manera trimestral.

Las cifras anticipadas mostraron que el PBI en el primer trimestre cayó en el orden del 5%, con valores negativos en todos los rubros relevados. Las cifras de abril y mayo dan cuenta de una caída menor pero aún en terreno negativo. Las proyecciones para todo el año calculan un retroceso de la actividad en torno al 3,5%. Dado que la recuperación de la economía se prolongaría al segundo período del año y sería más lenta de lo deseado no se esperan grandes variaciones para los próximos meses.

Ese cálculo coincide con la última estimación que realizó el Fondo Monetario Internacional (FMI): una caída de la economía argentina en 2024 del 3,5%, con una inflación que llegará al 140% anual en diciembre. En su staff report difundido este lunes de la semana pasada el organismo empeoró su proyección de crecimiento económico del país para este año: anteriormente el retroceso previsto era del 2,75%. Días antes, la número dos del Fondo, Gita Gopinath, señaló respecto de la Argentina: “Los riesgos, aunque moderados, siguen siendo elevados, lo que exige una implementación ágil de las políticas. La planificación de contingencias seguirá siendo fundamental y las políticas deberán seguir adaptándose a la evolución de los resultados para salvaguardar la estabilidad y garantizar que se sigan cumpliendo todos los objetivos del programa”.