Las viviendas fueron anunciadas con bombos y platillos días pasados, cuando se realizó el sorteo en ésta ciudad. Lo que no se había anunciado es la modalidad del pago de anticipo, que tiene como claro objetivo la selección de los adjudicados, “un colador para beneficiar a unos cuantos”.

Ahora el Instituto Provincial de la Vivienda dispuso que para obtener las llaves de la casa, los adjudicados deben pagar el anticipo de 6.000 pesos que podrá ser financiado en dos cuotas, pero recibirían un descuento del 10% si al anticipo lo hacen de contado, es decir que pagarían 5.400 pesos de una sola vez.

Recordemos que desde que está Urtubey en el gobierno, la política del IPV fue cada vez mas sectaria. Lo demuestran las denuncias públicas por acomodo a funcionarios, familiares y amigos que se multiplicaron de manera escandalosa en la actual gestión.

A su vez, las quejas por la falta de calidad en las obras, por el alza estrepitoso de las cuotas, por el tamaño de las casas que son cada vez más pequeñas y con menos ambientes, y por ser entregadas ahora sin equipamiento básico como cocina y calefón, hacen prever que se trata realmente de una gestión en baja.

Sumado a ello, este gobierno nunca brindó transparencia en los sorteos; no se saben cuántas viviendas se sortean realmente y cuántas son adjudicadas a dedo para beneficio político, como es el caso de las últimas viviendas entregadas por la actual gestión y que en Orán se repite para el caso de éstas últimas 100 viviendas de la zona sur.