La Gobernadora bonaerense desconfía de la estrategia que impulsa el presidente de la Cámara de Diputados.
La semana pasada el ministro de Gobierno bonaerense Joaquín de la Torre minimizó la voluntad del oficialismo de seguir sumando intendentes extrapartidarios a Cambiemos. “En relación a los rumores de posibles pases de jefes comunales, quiero aclarar: no está en nuestro espíritu cazar intendentes”, señaló el ex jefe comunal de San Miguel en una serie de tuits que sus colaboradores se encargaron de difundir. El mensaje del funcionario ex massista y de origen peronista sirvió para dejar en off side al secretario de Interior Sebastián García de Luca, principal alfil del presidente de Diputados Emilio Monzó en el Ejecutivo.
Pocos días antes, De Luca, también de origen justicialista, (en su despacho ostenta una foto de Juan y Eva Perón) había enviado una foto en la que se lo veía junto al intendente de Carlos Casares Walter Torchio. De Luca buscaba allanar el camino para sumar otro jefe comunal como los que ya incorporó Vidal, como Ismael Passaglia (San Nicolás), Hernán Bertellys (Azul), Carlos Berterret (Coronel Pringles), y el más polémico Francisco Echarren, que dejó la intendencia de Castelli (y al kirchnerismo) para convertirse en el subsecretario de Tierras de la Provincia.
Cerca de Vidal explicaron que el pase no estaba hecho y que la difusión de la foto del viceministro del Interior enojó a los referentes locales de Cambiemos; principalmente, a los radicales.
La reacción de De la Torre -de Vidal, en definitiva- hizo recrudecer la interminable interna y desconfianza entre la gobernadora y el grupo de Monzó, una pelea que divide al PRO desde la campaña de 2015. Si bien De Luca y el jefe de Gabinete bonaerense Federico Salvai mantienen reuniones periódicas, prima el malestar entre los allegados al titular de Diputados. Lejos quedaron los encuentros entre Monzó, la gobernadora y Rogelio Frigerio para acercar posiciones. “Necesitamos sumar dirigentes que defiendan la gestión de Macri”, reclaman. Trabajan para sumar dirigentes competitivos con arraigo territorial. Con ese horizonte buscan que el ex massista Aníbal Asseff se convierta en el referente macrista de Moreno.
Critican además la gestión de De la Torre. “Se suponía que con Joaquín iban a llegar más intendentes y solo vino Echevarren, lamentaron algunos funcionarios. “Ni siquiera pudo traer a (María José) Tedeschi”, argumentan en alusión a la diputada provincial del FR, ahijada política de De la Torre.
Cerca de Jorge Macri -otro enemigo del titular de Diputados- califican como incompreNsibles los planteos del grupo de Monzó. "En 2015 ellos perdieron y el que gana conduce y el que pierde acompaña. Ellos, como peronistas debieran ser los primeros en entenderlo", dicen. El malestar disimulado continúa.
Comentá la nota