El Programa de Inclusión Social, posee un taller dedicado a la alfabetización de los trabajadores del Plan de Inclusión Social. Estas personas nunca recibieron ningún tipo de escolarización y por lo tanto no saben leer ni escribir.
La ardua tarea de la inicial enseñanza de manera personalizada, la realizan Beatriz Soloa con la colaboración de Graciela, ambas son educadoras del período más difícil, pero más fecundo.
Los beneficiarios del Plan de Inclusión Social que transitan estas aulas se sacaron una venda de los ojos para descubrir el mundo de letras y números. Ese mundo les cambio la vida porque ahora pueden leer diarios, carteles en las calles, los mensajes de texto en el celular, ver lo que escriben sus hijos por internet para evitar los peligros que mundo virtual, ayudar a los niños con las tareas escolares, hacer las compras cotidianas sin el temor de ser estafados y hasta de escribirle una carta a una hija en África como es el caso de una alumna.
“Cuando se enseña con amor, la gente aprende”, dijo Beatriz. Y en las miradas agradecidas de sus alumnos puede verse reflejado el amor educativo y la contención, mientras que en los cuadernos se pone de manifiesto la paciencia, el esfuerzo, el trabajo y la enorme dedicación que reciben con el altruismo en alto y la sencillez de los verdaderos maestros.
Comentá la nota