Fue para controlar los focos que se iniciaron después de que se derrumbara el techo. Fueron más de seis las dotaciones que trabajaron en el lugar durante toda la tarde.
Finalizada la labor de bomberos voluntarios en el galpón de Melgar en José Hernández y Pavón donde el fuego consumió una incontable cantidad de elementos inflamables que se encontraban en ese centro de acopio, máquinas derrumbaron las paredes que habían quedado notablemente sentidas.
Se sabía que ese movimiento podría llegar a reavivar las llamas de aquellos elementos que quedaban debajo de los ladrillos que caían sobre cartones, maderas y plástico que ardieron durante varias horas.
Por ello, bomberos se mantuvieron en alerta. A las 5.45 la dotación 15 de bomberos voluntarios se trasladó al lugar y controló nuevamente la situación.
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