La nueva empresa es una extensión del negocio de Rodríguez, quien durante décadas se ha dedicado al acarreo de agua potable a diversos negocios y hospitales de la región. A estos mismos clientes ahora les ofrece el agua embotellada de un galón, cinco galones y 12 onzas.

“Luego del huracán María, con las sequías y el Covid-19, vi la oportunidad y la gran necesidad que tiene la Isla de agua potable. Yo ya llevaba el agua a granel a muchos clientes y ahora se la llevaré también en botellas a sus hogares, comercios u oficinas, en pueblos como Arecibo, Moca y Aguadilla, entre otros. Son dueños de garajes, negocios de comida rápida, restaurantes, hospitales y tiendas del municipio de Hatillo”, indicó Rodríguez.

El empresario acondicionó la antigua planta con su propio esfuerzo y el de su familia, sin ningún tipo de incentivo o ayuda gubernamental.

“Yo solo hice todo, con la ayuda de mis hijos —de 14 y 15 años—, mi esposa y amigos. Lo pude hacer porque soy contratista y sé de electricidad, plomería y soldadura. Compramos la maquinaria y nos certificamos con el Departamento de Salud”, afirmó sobre las instalaciones que colindan con la entrada de la urbanización Palmarito.

Su experiencia trabajando con agua le hizo el proceso más fácil, ya que solo tuvo que adquirir el equipo para embotellar el agua que ya repartía y modificar el espacio en el que trabajarán cinco empleados, una plantilla que más adelante piensa aumentar.

“Tengo un equipo de filtración que tiene un proceso de sedimentadores, suavizadores y carbón activado. El agua pasa por un proceso bien riguroso para purificarla. Luego se empaca. Espero que diariamente embotellemos 5,000 galones. Más adelante, en los próximos meses, pienso embotellar también agua alcalina. Con la embotelladora proyecto aumentar mis ventas en un 50%”, confirmó el empresario.