A 18 días del episodio en el que un uniformado mató de un disparo a un joven de 17 años durante un hecho ocurrido en la Villa Ambrosio, de San Martín, el subcomisario Marcelo Gatica fue imputado de abuso de arma en concurso real con homicidio culposo; tras una fianza real, recuperó la libertad. El hombre de la fuerza el lunes había sido habilitado por profesionales del Cuerpo Médico Forense para declarar en la causa. Ayer, siguiendo el consejo de sus abogados Carlos Reig y Guillermo Nievas, ante la fiscal Mónica Fernández Poblet, se abstuvo de hacerlo y tras una fianza de $ 70 mil (aportada por sus abogados), se pudo retirar a su domicilio; mientras tanto la causa continúa. Operativo El hecho ocurrió cuando en medio de un operativo para reducir la inseguridad en la zona Este, en una situación confusa que se investiga, Brian Cuello recibió un disparo en la cabeza que le provocó la muerte en forma instantánea, mientras que el autor del disparo, el subcomisario Gatica, sufrió el golpe de un piedrazo, arrojado con una honda, que le provocó una lesión en la cara, por lo que después de ser compensado en el hospital Perrupato, se lo derivó para su internación al Central. Una semana después un informe médico hacía referencia a que el policía podría haber actuado en estado de inconsciencia como consecuencia del piedrazo, lo que le provocó traumatismo de cráneo con pérdida de conocimiento. En ese momento el consejo médico era que no estaba en condiciones de declarar. Mientras tanto, la fiscal convocó a las partes (querella y defensa) y tomó declaraciones a los testigos sobre lo ocurrido aquel día. Con esos antecedentes, sólo era necesario esperar el visto bueno de los médicos, para saber si Gatica podía entender la imputación. Trámite que se concretó ayer después del mediodía. El imputado ahora será sometido a pericias, propuestas por la defensa, que incluyen neurólogos, psiquiatras y psicólogos, los que actuarán como peritos de parte. Un canal de por medio Otro mediodía, pero del viernes 10, el subcomisario Marcelo Gatica, junto a otros tres efectivos de la comisaría 12, se encontraban apostados en los fondos del hospital Perrupato, donde se levanta el barrio Ambrosio, cuando en forma sorpresiva, un grupo de jóvenes comenzó a agredirlos primero verbalmente y después arrojándoles piedras. Los uniformados en ese momento realizaron disparos con balas de goma para contener los ánimos exaltados de los revoltosos. Ambos grupos se encontraban separados por un canal y fue entonces cuando un disparo de una 9 milímetros impactó en Cuello, quien murió con una honda en sus manos.