La Unidad Fiscal de Delitos Especiales y contra la Administración imputó al ex ministro de Obras y Servicios Púbicos Juan Acuña y al ex subsecretario de Servicios Públicos Rafael Assante por el delito de defraudación calificada contra el Estado. La imputación es por la causa que investiga las posibles irregularidades en la millonaria compra de los polémicos aerogeneradores que se instalaron en el cerro Ancasti y que nunca funcionaron. Por el hecho también fueron imputadas otras tres personas.
Ayer a la tarde, los fiscales Miguel Mauvecín y Marcelo Sago decidieron imputar a los ex funcionarios, pero también al presidente de CM Sudamericana. Además, acusaron como partícipes necesarios al ex director de Infraestructura Energética Rodolfo Tomassi y a la inspectora de obra Carola Ramos.
Una vez notificados, falta esperar que los ahora imputados desfilen por los pasillos de los Tribunales para que den cuenta de los delitos por los que se los acusa.
Historia
En la presentación que realizó Fiscalía de Estado se adjuntaron las resoluciones ministeriales Nº 1020 y N°1103, donde se aprueba lo actuado por la Subsecretaría de Servicios Públicos a través del Sistema de Contratación Directa para "la adquisición de cuatro equipos aerogeneradores, servicio de transporte, instalación y montaje". Asimismo se procede a la adjudicación por contratación directa a la empresa CM Sudamérica SA por la suma $2.489.827,19.
En la denuncia, Fiscalía de Estado señala que el proceso realizado por la Subsecretaría de Servicios Públicos con el aval del Ministerio de Obras Públicas "estuvo signado por la irregularidad, ilegitimidad, siendo visibles de manera flagrante los vicios incurridos a los fines de la adjudicación de la compra directa, denotando claramente la intencionalidad de abordar el tratamiento del proceso administrativo eliminando y suprimiendo pasos procedimentales elementales para otorgar legalidad al proceso, a los actos administrativos, contrato de obra y posteriormente a su ejecución y correspondiente pago a través de la emisión del correspondiente certificado de pago”.
A su vez, sostiene que los equipos aerogeneradores eran de segunda mano con más de 10 años de antigüedad. Es decir, previamente usados en el extranjero (España), "lo que demuestra más aún el accionar delictivo y las altas sumas abonadas".
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