Los refrescos y otras bebidas azucaradas son irresistibles para muchas personas debido a su sabor dulce y refrescante. Ya sea como acompañamiento de las comidas o como una opción refrescante en días calurosos, estas bebidas han encontrado un lugar especial en el día a día de la gente. Sin embargo, aunque puedan ser placenteras al paladar, esconden riesgos significativos para la salud que no deben ser ignorados.

El consumo excesivo de refrescos puede llevar a graves problemas de salud, como la obesidad y las enfermedades cardiovasculares. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) se dedica a proteger los derechos de los consumidores y a garantizar que los productos que consumen sean seguros y de alta calidad. En su labor, Profeco ha alertado sobre los peligros asociados con las bebidas azucaradas y ha implementado estrategias para informar al público sobre estos riesgos.

En México, el consumo de refrescos es un hábito muy común, hasta el punto de que muchas familias no pueden imaginar una comida sin una botella de refresco en la mesa. Esta práctica ha llevado a un aumento significativo en las ventas de estas bebidas, pero también ha despertado preocupaciones serias sobre la salud pública. Profeco ha señalado que el consumo excesivo de bebidas azucaradas es un factor determinante en el desarrollo de la obesidad y otras enfermedades crónicas.

Uno de los mayores problemas es el desequilibrio entre las calorías ingeridas y las gastadas. Los refrescos son altos en calorías y bajos en nutrientes, lo que contribuye al aumento de peso cuando no se compensan con suficiente actividad física. Además, los edulcorantes y la cafeína presentes en estos productos pueden causar efectos negativos en la salud, especialmente en los niños, quienes pueden experimentar hiperactividad, ansiedad y problemas para dormir.

Desde 2020, Profeco ha implementado un sistema de etiquetado frontal en alimentos y bebidas envasadas, con el objetivo de combatir la obesidad y las enfermedades no transmisibles. Este sistema permite a los consumidores identificar rápidamente las calorías y nutrientes críticos en los productos, incluyendo advertencias sobre el contenido de edulcorantes y cafeína. Estas medidas son cruciales para proteger a los niños de los efectos adversos del consumo de estas sustancias.

Profeco ha llevado a cabo un estudio exhaustivo en el que evaluó 46 marcas de refrescos y bebidas saborizadas, analizando factores como el nuevo etiquetado frontal, la información nutricional y los ingredientes. Los resultados mostraron que muchas marcas contienen aditivos como jarabe de maíz de alta fructosa, acidulantes y conservadores, que pueden tener efectos negativos en la salud.

Finalmente, Profeco recomienda a los consumidores que revisen detenidamente el etiquetado de las bebidas que compran, poniendo especial atención a las advertencias del nuevo sistema de etiquetado frontal. Esta práctica les permitirá identificar los productos que exceden la cantidad recomendada de azúcar o calorías, ayudándoles a tomar decisiones más informadas y a cuidar mejor su salud y la de sus familias.