El oficialismo pretende aprobar, dentro del proyecto de Presupuesto 2015, un retoque tributario. La iniciativa mejora la recaudación, pero no achica la brecha entre los valores fiscales y de mercado.
Esta semana la Cámara de Diputados de la provincia tratará de avanzar con el análisis y posterior sanción del proyecto de Presupuesto 2015. Sobre la media sanción que llegó del Senado caen varias críticas desde la mayoría justicialista, principalmente en lo que hace a algunas prioridades de gastos que definió el Estado pero también en base a una serie de ajustes tributarios que impactarán en el fisco.
Sectores como Carsfe, que nuclea a buena parte de las patronales del campo, ya pidieron a dirigentes de la oposición que no avalen el punto referente a los temas impositivos. En la propuesta se prevé un incremento del orden del 30 por ciento en el Inmobiliario Rural y Urbano, un porcentaje similar en los mínimos de Ingresos Brutos, una suba importante en Sellos (en varios rubros) y otros cambios específicos.
Para el Ministerio de Economía el planteo tributario está altamente justificado tanto por la necesidad de no desfinanciar al Estado en un contexto inflacionario como para propender a la “mayor equidad y justicia contributiva” en impuestos al patrimonio. Durante 2014 hubo un retoque fiscal que promedió el 25 por ciento en el inmobiliario y los ruralistas no quieren pagar más de lo que ya contribuyen.
Hay una serie de argumentos que esbozó el oficialismo para defender el proyecto, siendo el más contundente el que demuestra cómo los valores fiscales de las tierras (base imponible sobre la cual se calcula el impuesto que luego abonan) tienen una diferencia de hasta 25 veces con los valores inmobiliarios de las mismas. Por ejemplo, la hectárea más cara de la provincia está valuada en 6.120 pesos según la ecuación oficial que debe usar Catastro y la API.
No obstante, si el Estado quisiera expropiar esa misma hectárea para hacer una obra, su valor de mercado podría llegar a los 20 mil dólares. Años atrás se intentaron algunas reformas impositivas para achicar esa brecha, pero la falta de acuerdos políticos en la Legislatura (y la presión de actores económicos de envergadura) apenas sí logró algunas correcciones que no descompusieron aspectos regresivos del sistema tributario santafesino.
Esos parches no involucraron modificar ni las valuaciones fiscales –que podrían impactar en otros tributos federales, como Bienes Personales– ni las alícuotas sobre ellas aplicadas para el cálculo del impuesto. O sea, la base imponible sobre la cual determinar el Inmobiliario sigue siendo –casi– el mismo que se utiliza desde la década del 70, y la mayor recaudación resulta de los aumentos sobre los valores vigentes.
Real dimensión
En Santa Fe existen once categorías para los inmuebles rurales y ocho para los inmuebles urbanos y suburbanos. En tanto, el importe anual del impuesto básico no puede ser inferior a la suma que fija la ley impositiva anual. En la actualidad, es 250 pesos anuales para los inmuebles ubicados en zona rural (30 por ciento los contribuyentes) y 120 pesos anual para los inmuebles ubicados en el resto del territorio provincial (de 45 a 50 por ciento del total de contribuyentes).
En ambos casos, esa recaudación se coparticipa en un 50 por ciento a municipios y comunas, es decir, una mitad va a las localidades y la otra al Estado provincial. El proyecto enviado a la Legislatura propone un incremento del 30 por ciento del impuesto determinado para el período fiscal 2014, y una elevación de los mínimos, pasando a 324 pesos anuales para los inmuebles rurales (54 pesos por bimestre) y 156 pesos anuales para los demás inmuebles (26 pesos por bimestre).
En Economía elaboraron algunos ejemplos de cuál es la real dimensión de los cambios pretendidos por el gobierno. Entonces, una partida urbana ubicada en la localidad de Recreo con una superficie de terreno de 1.250 metros cuadrados y 289 metros cuadrados de superficie edificada, que durante el año 2014 pagó 192 pesos bimestrales, en 2015 abonará 249 por cuota.
Una partida suburbana ubicada también en Recreo, con una superficie de terreno de 1.290 metros cuadrados y 180 metros cuadrados de superficie edificada, ahora paga 142 pesos por bimestre y el próximo año debería abonar 184 pesos. A su vez, una partida urbana en la ciudad de Santa Fe, con una superficie de terreno de 268 metros cuadrados y 235 metros cuadrados de superficie edificada, en 2015 abonará 477 pesos bimestrales.
Asimismo, una partida urbana ubicada en la ciudad de Santa Fe, con 2.430 metros cuadrados de superficie edificada (podría ser un gran galpón comercial o industrial) tendrá que pagar 3.793 pesos bimestrales. Otro modelo, pero de partida suburbana ubicada en la ciudad de Santa Fe, es que una superficie de terreno de 493 metros cuadrados y 142 metros cuadrados superficie edificada en 2015 abonará 205 pesos bimestrales.
Por último, en la proyección se indicó que una partida urbana ubicada en la ciudad de Santo Tomé, con una superficie de terreno de 312 metros cuadrados y 240 metros cuadrados superficie edificada, que durante el 2014 pagó 295 pesos bimestrales, el próximo año abonará 383 pesos bimestrales. Una partida suburbana, para una superficie edificada de 220 metros cuadrados, tendría que abonar 269 pesos bimestrales.
Del análisis oficial también se desprende que un productor rural en Santa Fe paga dos veces menos Inmobiliario que en la provincia de Córdoba y una vez menos que en la provincia de Entre Ríos. Además, el valor fiscal de la mejor tierra de la provincia, ubicada en el departamento Rosario, asciende a 6.160 pesos y eso representa el 2,8 por ciento del valor de referencia de esa extensión productiva (220.000 pesos).
En cualquiera de las provincias que se tome como ejemplo, los valores fiscales representan al menos el 25 por ciento de los valores de la tierra. Incluso, Santa Fe es el único distrito del país que no revaluó sus tierras rurales y ni siquiera el aumento del valor fiscal dispuesto en la reforma de 2012 impactó para el pago de Bienes Personales. Tanto en Buenos Aires como en Entre Ríos incrementaron hasta cinco veces los valores fiscales vigentes y eso disparó el pago de impuestos federales.
Finalmente, Santa Fe y Córdoba son de las provincias productoras que no gravan con Ingresos Brutos a la producción primaria. Y no menos importante, las diferencias que se dan entre los valores de referencia que toma Catastro para las expropiaciones representan 15 veces para los inmuebles urbanos y de 25 a 30 veces para los inmuebles rurales. Estos desfases impactan directamente en la recaudación del tributo.
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