El papel de las encuestas y las encuestadoras está en el centro de la escena desde hace largo tiempo, pero especialmente en estas semanas en que -por un lado- los sondeos se demostraron fallidos a la hora de prever los resultados electorales provinciales, y -por otro- se intentan imponer en nuestra provincia como mecanismo de estrategia proselitista.

La aplastante derrota que sufrió Miguel Pichetto, un peso pesado del Senado no solo de esta época sino cara visible de los ‘90, dejó baja la lupa -entre otras consultoras- a la firma Raúl Aragón y Asociados, que llegó a anunciar -entre marzo y abirl- la victoria del legislador por entre 10 y 15 por ciento de los votos. La realidad fue un cachetazo.

Esa misma empresa fue la primera en aparecer dándole la victoria a Carlos Verna, cuando a fines de febrero difundió un sondeo según el cual el senador obtenía el 33,9% de los votos en una hipotética elección general por la Gobernación, contra el 30,9% de Francisco Torroba.

El uso político de las encuestas no es novedad, pero en nuestra provincia se ha hecho evidente en las últimas semanas: la intención de instalar supuestos escenarios políticos a partir de sondeos y consultas ya es más una herramienta de estrategia y táctica proselitista que una constatación de los ánimos de la opinión pública.

Pero algunas de esas maniobras se vuelven un “boomerang” para sus propios promotores: las pifias respecto del verdadero posicionamiento electoral de Pichetto dejaron mal paradas a algunas de esas consultoras, a tal punto que la firma Poliarquía tuvo que salir a desmentir haber hecho una encuesta donde daba claramente ganador a quien fue claramente derrotado.

En realidad, Poliarquía había hecho un sondeo en ese sentido, pero a fines del año pasado, y fue presentado en algunos medios como realizado poco antes de los comicios.

La que no tiene cómo defenderse de la pifia es Raúl Aragón y Asociados, la encuestadora que ya a principios de este año difundió resultados favorables a Verna en nuestra provincia.

En el caso de Río Negro, esa consultora anunció la victoria de Pichetto varias veces. En marzo aseguró que Pichetto tenía una intención de voto de 35,2%, casi 15 puntos arriba de su inmediato seguidor, Alberto Weretilneck. Al mes siguiente, como para ratificar la tendencia, la misma consultora dijo que la fórmula Miguel Pichetto-Ana Piccinini sacaban 33.2 puntos sobre Alberto Weretilneck-Pedro Pesatti, con 24.9 puntos.

La elección dio vuelta la tortilla.

En el caso de La Pampa, y a contramano de lo que han demostrado otros sondeos e incluso votaciones en que el kirchnerismo repuntó respecto de su imagen más caída en los primeros meses del año, el vernismo le ha dado aire con ayuda de medios amigos a encuestas que supuestamente ensanchan la presunta ventaja de la alianza del viejo PJ que representan Verna, Rubén Marín y Carlos Verna con el espacio que respalda al kirchnerismo, representado por Fabián Bruna.

El precandidato de Compromiso Peronista, que admitió que corre desde atrás porque su nivel de conocimiento en la población era escaso en comparación con elde Verna, insiste en que “la verdadera encuesta será el 5 de julio”, aunque asegura que hay sondeos en los que se demuestra un empate técnico.