Tenso pero confiado después de las victorias en Tucumán y Chaco, el oficialismo espera coronar doce años de gobierno del Frente para la Victoria con el triunfo de Daniel Scioli, pero ya se interroga sobre los desafíos de la era post Cristina Kirchner, todo un enigma de teoría política que interpela a los futuros protagonistas.
Aunque proyectan un oficialismo dominante desde la gestión, estiman una intensa dialéctica entre dos grandes corrientes internas, el cristinismo y el PJ oficial o sciolismo, cuya interacción, imaginan, producirá la energía necesaria para enfrentar la nueva etapa política pero que también demandará esfuerzos comunes de tolerancia y convivencia internas.
Ese es un cuadro de pesadilla para la oposición, que imagina casi todo lo contrario: una repetición histórica de las internas peronistas, y exageran marcos de violencia intestina al estilo de las predicciones de Elisa Carrió. Sciolismo y cristinismo coinciden que allí hay un filón donde la prensa opositora hincará el diente, antes y después de las presidenciales.
Un comentario de Estela de Carlotto sobre Scioli, que ciertos medios recortaron no con las mejores intenciones, contribuyó a ponerlo nuevamente en consideración. Después de dos elogios a Scioli, Carlotto dijo en potencial que también podría encarnar una transición para un regreso de Cristina Kirchner. Las predicciones tremendistas no se hicieron esperar.
Lo cierto es que el modelo binario hunde sus raíces en la historia peronismo y su foto más reciente se registró en el encuentro organizado por Gestar en julio pasado en Parque Norte, con gran presencia del aparato de gobernadores, intendentes y legisladores del PJ y poca asistencia del cristinismo.
"Los pesimistas están afuera; la relación entre nosotros será cordial y de diálogo, como hasta ahora. Además, seremos gobierno y en el PJ nadie se suicida”, dijo a Tres Líneas una fuente del peronismo oficial.
Dentro del cristinismo se asegura que la presidenta bajó a los suyos la directiva de no objetar nada de una eventual gestión de Scioli, al menos durante los primeros seis meses. Ni la conformación de su gabinete o sus primeras iniciativas en el ámbito legislativo.
Entre los gobernadores del PJ se asegura que una vez consagrado presidente, Scioli se meterá de lleno en la unidad del peronismo, al regreso de los distanciados durante la era K, en especial para la labor legislativa en la Cámara de Diputados, donde ya se empiezan a repasar los nombres de quienes serán los nuevos líderes desde el 10 de diciembre próximo.
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