Por: Gerardo Gómez Muñoz.
En apenas una semana después de las PASO la dirigencia que busca mejorar su suerte o explicar el porqué de las cifras insatisfactorias del 13 de agosto, prácticamente ha gastado ya gran parte del álbum de obviedades con que los políticos cuentan para ocasiones similares.
Poco se podrá esperar de aquí hasta el definitorio 22 de octubre, pese a que deberían disponer de un reservorio muy atractivo para volcar a su favor voluntades que ya les fueron esquivas hace 10 días. Atendiendo, además, que no fue exorbitante, todo lo contrario, la cantidad de electores que, presumiblemente podrían estar boyando en busca de una opción distinta a la ya optada sin éxito. Se habla de algún porcentaje que no concurrió a votar y que podría ser interesado para octubre, quizás unos 4 o 5 puntos y otro tanto que quedó sin opciones por no llegar al mínimo 1,5 por ciento requerido, democráticamente, en las PASO para entrar al 22 de octubre.
Los dirigentes más exigidos por la necesidad de concitar apoyos que revaliden sus posibilidades no contempladas la semana pasada, ya han aparecido con ansiedades poco razonables, partiendo del panorama electoral que dejaron a la consideración general sus actuaciones recientes.
Sin dudas Fernanda Raverta que comandó al camporismo parece la más desubicada al reaparecer en la palestra pidiendo el apoyo masivo a la lista que desde “Unidad Ciudadana” convocaba el apoyo del espacio, evidentemente pensado como una superación del “mero” peronismo. Seguramente parece creer que su ruego basta para curar las heridas que dejó en las propias filas kirchneristas la artera maniobra que urdió para proscribir cinco listas “del palo”. El relevante dirigente Carlos Cheppi al denunciar lo encabezado por el hijo de la ex presidenta para dejar de lado a Pereyra el intendente por más de 20 años en Florencio Varela, a fin de ubicar a un camporista grafica un caso similar al caso marplatense para ascender a la jefatura del sector al que llevó a la derrota apabullante. Vale recalcar, una vez más “para que se haga carne que va a ser difícil y perjudicial, tirar por la ventana al peronismo histórico que también está con Cristina”, dicen respetables “perucas” de todos los tiempos, hoy limitados por la aspirante a la comandancia camporista que dejó fuera de la grilla electoral, sin atendibles motivos, a cinco listas que, tal vez hubieran llevado si no a la victoria a un excelente papel al espacio político de marras.
No sólo las listas
Para agregar un error a su alta gama que no solo operó, objetivamente, contra las posibilidades de Cristina y de la representación del peronismo en la 5a. sección, donde el caudal electoral cae estrepitosamente y en lo local, aunque se ufana de lograr un segundo puesto, ignora que queda a distancia sideral del macrismo vencedor que podría llegar a una excluyente mayoría propia. Y, otra vez como en la ocasión en que finalmente se impidió la participación, ahora se pide a la gente que decline la venganza de las tijeras, para volcarse a la reelección de los concejales. Tampoco es gran idea pedir que aquellas boletas, no mucho más de 20 mil, de partidos que no lograron superar las primarias adhieran a una pelea que no los representa. Hasta no ha salido ni el amago de un programa que signifique ponerse en la calle y en los lugares de la contradicción con el neoliberalismo que los agobia y avasalla. Políticas que avancen mucho más allá de los plausibles, sí, pero insuficientes de grupos que trabajan con ayuda y asistencia puntual.
La lectura de LA CAPITAL del sábado ilustra no sólo al simple lector sino a todos los que gustan del trabajo político. Una nota imprescindible ilustra con números precisos que “Cambiemos” ganó en seis de los ocho circuitos electorales de la ciudad. La victoria del oficialismo allí fue humillante y en los dos restantes la gente de Raverta y La Cámpora de Máximo, tuvieron victorias pírricas por dos y menos de cuatro punto, respectivamente. Con otros agravantes, la victoria de Marcos Gutiérrez, además de poca monta fue en los distritos de los sectores barriales, donde otrora el peronismo ganaba con la fusta bajo el brazo y, finalmente, son los dos de menor cantidad de votantes. Conclusión el total para Vilma Baragiola fue 142.937 votos y para Marcos Gutiérrez 73.940 mil votos… Se espera el plan de Raverta y sus equipos pensantes frente a la necesidad de atenuar los dolores de la paliza y de volver a recrear la fe del campo nacional y popular.
¿Una interna, dónde?
El interrogante es casi una convocatoria para ciertos sectores radicales con ADN a flor de piel. Maestros nacidos para la materia y cultivados con una práctica que sembró almácigos de políticos que se fueron desarrollando en los ubérrimos campos estudiantiles donde su fruto predilecto fue “Franja Morada”, histórica agrupación aún vigente y prolongada por sus egresados. Pensando en Mar del Plata, nomás, que evita remontarse a remotas historias y archivos.
Una figura actual y en continua proyección es Maximiliano Abad -dicen que no le gusta mucho el diminutivo de “Maxi” que podría llamar a molesto equívoco con Máximo, el hijo de Cristina un “loser” de actualidad-. Supo llegar a presidente, nada menos, de la mítica Federación Universitaria Argentina. Abad es hoy voz que ronca fuerte no sólo en la UCR local sino en la 5a., distinguido por una dupla de peso como María Eugenia Vidal y Manuel Mosca y hasta en lo nacional como hombre de confianza de Ernesto Sanz, calificado asesor y referente radical para el acceso al presidente Mauricio Macri. Aquí con la amistosa cercanía restaurada de un correligionario de antigua data como Nicolás Maiorano y en respaldo a la triunfante Vilma Baragiola un trío, que “corta el estofado” y sin discusión. A la vez cortan ínfulas de otro que viene del mismo sembradío, Daniel Katz, “hombre que cosecha siempre de apuro en provecho propio y para la exportación”, dijo un radical muy sibilino en café de ocasión.
Ahora hay algunos que prestan oídos a ciertas cafeterías llenas de malignidades que descuidó el domingo de elecciones el local y sus funciones en la casa partidaria, para ir a apoyar las elecciones de su correligionario.
Obviamente el gesellino, con el “semáforo” en casa, perdió. Si bien mastican bronca, algunos radicales, porque el extravío costero del inefable conductor partidario, obligó a que la celebración partidaria, por la victoria de Vilma, debiera trasladarse a la sede de “Cambiemos” prestada por el diligente Juan Aicega. Esto, a su vez posibilitó que el intendente Arroyo se colase con ínfulas mediáticas a los festejos, como no lo podría haber hecho indemne en la calle San Martín. El tema no merece más que sonrisas despectivas, pero la nueva rosca, en realidad, gira hacia el ámbito universitario. No toleran más que el área sea “mancillada” por algunos “socios de hecho” que se pasaron de bando.
Esto apunta a Francisco Morea, Alfredo Lazeretti y otros socialistas que jugaron con Gustavo Pulti. Al conjuro “in pectore”, de la “Franja jamás vencida y menos entregada”, salieron los cruzados a tallar, porque el tiempo electoral para la renovación del Rectorado está en marcha. Entonces “El Pájaro” no es bien visto. Tampoco Armando Abruzza sería aceptado aprovechando que “ni Lilita cuando viene por acá le lleva el apunte”… La versión, no se sabe si a favor o no, dice que en este terreno también se planta Abad. Lo probable, se protegió un correligionario no muy valiente, es que “El Topo” podría salir a desmentirlo “porque no tiene ánimo expansionista, aunque sus antecedentes, lo validan”, dijo.
“…Y el que pierde acompaña”
Uno de los más nuevos políticos del escenario local, Juan Rey, acudió a la consigna del veterano estadista, para marcarle cancha a Marcelo Artime, tal vez convencido de que luego del comicio él calzaría la parte inicial del apotegma…”el que gana conduce”. En medio de la peor actuación, luego de más de una década de protagonismo del más alto nivel, la actuación de Acción Marplatense “dolió” en lo más hondo del “Partido de la Ciudad” que para colmo vino a caballo de una crítica división encabezada por el hasta entonces discípulo preferido, Santiago Bonifatti.
Los números a la baja motiva la urgencia de rearmar la campaña electoral para activar con vistas al 22 de octubre. Artime como candidato ganador de la interna y, quizás, preocupado por la situación tiene miedo de que los perdedores hagan la plancha. A través de una carta dirigida a Rey le asegura que lo esperan con los brazos abiertos a sumarse a la unidad en el trabajo y como quien no quiere la cosa que, en campaña él mismo avisó que su lema en la pelea interna había sido aquella máxima célebre que ubica a cada uno en su lugar de acuerdo a los votos obtenidos…. se espera respuesta personal y un abrazo que selle la probidad política de los protagonistas.
Buena demostración popular
La convocatoria de la denominada “CGT de la calle San Luis” porque funciona en la sede del gremio bancario y sus dirigentes más visibles son Miguel Guglielmonti de ese gremio y Pedro Váttimo de los trabajadores del Correo, demostraron una vez más que son la representación más significativa, junto a las dos CTA, del movimiento obrero organizado. También hacen su presencia en estas circunstancias las organizaciones sociales y de los Derechos Humanos. Nutrida fue la marcha en coincidencia con el llamado nacional similar llevado a cabo en Buenos Aires.
Claramente dejaron establecido que las organizaciones de los trabajadores y sociales no se quedarán de brazos cruzados si continúa la poca disimulada decisión del gobierno macrista de seguir avanzando contra las conquistas obreras.
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