La idea de Massa no es abrirles las puertas a todos. No quiere cometer los errores que cometió entre 2013 y 2015, cuando el Frente Renovador se convirtió en una especie de contenedor de ex kirchneristas que luego, increíblemente, se reconvirtieron al kirchnerismo. Sin embargo, las elecciones se acercan y el massismo empieza a sumar dirigentes, como sucedía allá lejos y hace tiempo.
El nombre más resonante es quizá el del senador Juan Curuchet, quien dijo que “desde el Frente Renovador se puede proyectar en equipo y cambiar situaciones de la realidad de manera concreta”, al fundamentar su alejamiento del peronismo provincial. “Se requiere fortaleza política par enfrentar los problemas de inseguridad, pobreza y todos aquellos que hoy la sociedad padece y reclama, por eso pasé con muchas expectativas al Frente Renovador”, indicó.
También aterrizó en las filas de Massa el ex intendente de Coronel Rosales, Oscar Holzman, que a la hora de las declaraciones manifestó sin vueltas que "tomé la decisión de sumarme al equipo nacional de trabajo de Sergio Massa", y agregó que "la idea es sumar para ver si puede ser presidente dentro de tres años”.
Cabe recordar que Holzman forma parte de Integración Vecinalista Rosaleña, y viene de perder las últimas elecciones con el candidato macrista Mariano Uset. Hablando en tercera persona, el ex intendente despegó al espacio vecinalista de su decisión: “Fue una decisión de Oscar Holzman. En esto nada tiene que ver el vecinalismo. Cuando llegue el momento, la IVR fijará su política de alianza”, completó.
Por supuesto, aunque muchos lo dan como un hecho, en Tigre esperan ansiosos porque se sume definitivamente la líder del GEN, Margarita Stolbizer, que vale aclarar, también coquetea con Cambiemos. “Es una figura que representa trabajo, esfuerzo y honestidad, y por sobre toda las cosas, sería la fórmula que podría inaugurar la Ley de Paridad”, dijo el diputado massista Rubén Eslaiman, respecto a la madre de Nicolás Laprovitola.
Claro, no todas son buenas. “El último que cierre la puerta” parecen decir dentro del bloque del FR en el HCD de Morón, que se viene resquebrajando y acaba de sufrir otra fuga. Quien se alejó días atrás es el concejal Jorge Crocce, que alegó “cuestiones personales” con el jefe de bancada Martín Marinucci. De esta forma, la bancada quedó con cinco integrantes, contra los ocho de los bloques del FPV y Cambiemos.
Idas, venidas y más idas. Massa y los suyos saben de que se trata el asunto. Y por eso, cuando La Tecla consultó al tigrense sobre si las puertas del Frente Renovador estaban abiertas para todo el mundo, la respuesta fue contundente. "Cuando abrimos las puertas de par en par nos equivocamos, nos entraron por la puerta y por la
ventana aquellos que nos hundieron. Ahora vamos a tratar de abrir los brazos a aquellos que en la espalda traigan sueños y no causas judiciales", afirmaba.
La lista de "traidores" es interminable. En mayo del año pasado, a apenas días de las PASO, Massa perdía al séptimo intendente del año y la estructura provincial del Frente Renovador (FR), base para sus aspiraciones presidenciales, se empezaba a complicar en serio: en ese momento, 28 de mayo, Raúl Othacehé, jefe comunal de Merlo, ingresaba a la Casa Rosada para fotografiarse con el secretario general de la Presidencia, Eduardo "Wado" de Pedro, y el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido.
Unos días antes el que pegaba el portazo era Humberto Zuccaro, de Pilar. Y unos días después haría lo propio el olavarriense José Eseverri. Casualidad o no, los fugados iban, a posteriori, a caer en las elecciones locales. Algunos en las PASO y otros en las generales. A la lista hay que agregar a Jesús Cariglino, de Malvinas Argentinas, quien encontró lugar en Cambiemos.
En el Frente Renovador dicen haber aprendido de los errores que se cometieron, y por eso ahora se muestran cautelosos. Al igual que en 2013 están agrandados, esperanzados, pero ante la llegada de nuevas voluntades, prefieren la calma. Tienen en claro que muchos pueden ser paracaidistas que solo llegan en busca de un lugarcito de cara a las legislativas venideras.
"El peronismo se divide entre los que quieren a Massa, que son la gran mayoría, y los que no les queda otro remedio que querer a Massa", aseguraba tiempo atrás el asesor y ex diputado provincial, Mauricio D'Alessandro, y agregaba que "el de Massa es un caso único en el mundo". "Se trata de un intendente de una ciudad chica que en dos años se convirtió en candidato excluyente de la política", completaba.
"Ahora no se ven, como en el 2013, figurones que saltaban a la caza del algún cargo o puesto", indicó D'Alessandro, y añadió que si quisieran regresar "esta vez no los dejamos entrar. El FR tiene derecho de admisión". A su vez, el tigrense Julio Zamora, reflexionaba: "El que vino por una cuestión de oportunismo y se fue, después pagó el costo político por esa decisión que tomó. Somos un espacio con los brazos abiertos para recibir a todos que compartan nuestros valores democráticos y republicanos".
Por último, Malena Galmarini, funcionaria de Tigre y esposa de Massa, parece más benevolente que varios otros integrantes del espacio. "El que se fue sin que lo echen y vuelve sin que lo llamen, cuando vuelve, a la cola. Queremos ser claros. Cuando vuelvan los que se fueron o vengan otros, primero van a estar los que están ahora. No queremos más a los amigos del campeón", cierra la dirigente peronista.
Todo parece muy aprendido. Sin embargo, en la cancha se ven los pingos. Como en 2013, de a poco, empiezan los desembarcos en las huestes massistas. Difícil será saber si estos y otros dirigentes que lleguen lo hacen por convicción o por conveniencia política. El tiempo será testigo y demostrará si el Frente Renovador de verdad aprovechó la mala experiencia o si tropieza dos veces con la misma piedra.
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