Esto fue posible también gracias al acompañamiento de las familias que separan su basura en cada domicilio de acuerdo a las diversas tipologías.

Los residuos, que antes terminaban enterrados en el basural local, ahora tendrán una segunda vida como materia prima en la producción de cemento.

Este proceso no solo reduce la cantidad de desechos destinados al enterramiento, extendiendo la vida útil del sitio de disposición final, sino que también disminuye la necesidad de extraer nuevos recursos naturales.