Llegó de la mano de un ex ministro de Vidal en medio de una crisis en 2008 y Macri llegó a invitarlo a la cancha de Boca. Charlas con Larreta y nexos con Nación y Provincia. La historia del ministro que tiene que administrar la crisis en la Ciudad.
En 2008, a pocos meses de que Mauricio Macri asumiera como jefe de Gobierno porteño, la decisión de centralizar las compras de insumos hospitalarios había comenzado a generar problemas. El entonces jefe de gabinete del ministerio de Hacienda, Roberto Gigante, fue a ver, de urgencia, a uno de los hombres clave del Hospital Italiano en busca de una solución. “No tenés ninguna posibilidad de solución con ese sistema. Tenés que salir a comprar como sea porque no hay una solución integral”, escuchó, sentado en un consultorio del Hospital Italiano.
En 48 horas ese especialista en medicina familiar preparó un plan y al día siguiente se lo presentó a Macri, a Horacio Rodríguez Larreta y a Néstor Grindetti, el entonces ministro de Economía de la Ciudad. El sistema se solucionó y el doctor Fernán Quirós terminó, tiempo después, compartiendo el palco de su amado Boca Juniors con el propio Macri. Se transformó, así, en uno de los técnicos más prestigiosos del espacio, aunque no llegó a ser ministro hasta finales de 2019.
Le había tocado debutar en el PRO con un tema candente, álgido y hoy le toca, como ministro de Salud porteño, volver a las trincheras para encabezar el plan para intentar sortear la crisis que presentó el Coronavirus.
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En estas semanas tuvo intensos contactos con su par nacional, Ginés González García, y con la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti. Con ellos hay dos ejes centrales: la información sobre vuelos y pasajeros del exterior (en coordinación con Migraciones) y, sobre todo, los resultados que envía el Instituto Malbrán para confirmar – o no – los casos.
También hay buena sintonía con la Provincia, a pesar de la preocupación por el conurbano, y hubo cruces de llamados y diálogo con Daniel Gollan, el ministro bonaerense.
Metódico, meticuloso y obsesivo con el trabajo, actualmente es quien coordina todos los operativos vinculados a la pandemia, lo que lo obligó a subir el perfil como nunca imaginó. Había llegado a la Ciudad en 2008 por la amistad que Gigante – ex ministro de Infraestructura bonaerense – mantiene con Santiago Just Tiscornia y Fernando Mayorga, dos de los mejores oftalmólogos del país, quienes conocían mucho a Quirós.
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Tras la triple victoria del PRO en Nación, Ciudad y Provincia, en 2015, Larreta quiso que fuera ministro de Salud en su primer mandato como jefe comunal pero la negativa del gremio Médicos Municipales lo dejó en otro rol: fue elegido para la puesta en valor y construcción de 160 Centro de Atención Primaria de la Salud, como coordinador de Salud del área Metropolitana.
Allí trabajó junto con 20 intendentes del conurbano en mejorar el equipamiento, instalar la historia clínica electrónica y el trabajo en red, en la franja límite con la Ciudad, con la ayuda de Andrés Scarsi, el ministro bonaerense de Salud, en un acuerdo entre Larreta y María Eugenia Vidal. La clave de su gestión: contener la atención primaria en el límite entre la Ciudad y la Provincia, para evitar el colapso de los hospitales grandes.
Quirós se graduó de médico en 1987 con diploma de honor por Universidad de Buenos Aires y llegó a vicedirector Médico de Planeamiento Estratégico del Hospital Italiano, profesor Titular y jefe del Departamento de Fisiología Humana del Instituto Universitario del Hospital Italiano y director de la maestría en Investigación Clínica del Instituto Universitario del Italiano.
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Pasó más de 30 años en el Italiano, donde compartió residencia con el radical Adolfo Rubinstein, ex secretario de Salud de Macri a nivel nacional, con quien hoy mantiene una pésima relación.
Aunque dio charlas y conferencias, su experiencia en medios de masivos de comunicación era prácticamente nula. El Coronavirus lo obligó a salir a la superficie y hasta Mirtha Legrand lo escuchará hablar el domingo en el regreso de sus clásicos almuerzos.
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