La comunidad educativa de la Escuela Técnica 15 del barrio de Barracas debía abrir sus puertas a los chicos esta semana pero las clases se suspendieron tras la detección de un caso de coronavirus entre el personal.
Un día antes de que la Escuela Técnica 15 del barrio porteño de Barracas abriera sus puertas para que los chicos comenzaran a “revincularse” con la educación, el gobierno de la Ciudad debió suspender las clases para desinfectar el establecimiento y aislar al personal tras la detección de un trabajador que dio positivo de COVID-19.
“Se suspenden las actividades programadas para esta semana. La revinculación se retomará a partir del lunes, tentativamente”, se explicó a la comunidad educativa de la escuela, que tenía prevista la vuelta a clases bajo la modalidad burbuja, a través de un comunicado.
“Si bien comprendemos la importancia de la revinculación, sentimos que desde el ministerio de Educación no se le está dando un lugar a nuestros reclamos. Uno de ellos está fuertemente ligado al regreso a clases ya que siempre sostuvimos la importancia de incluir a las comunidades educativas en el armado del protocolo para el retorno”, indicó a Tiempo Yamila Espíndola, la presidenta del Centro de Estudiantes de la ETT 15 Maipú, quien destacó que “precisamente van a ser las comunidades educativas las que resulten más afectadas en caso de que algo ocurra y de hecho esto que pasó en mi escuela lo evidencia”.
En una nota elaborada por los docentes de la escuela, tras la realización de una asamblea, se destaca el rechazo por motivos sanitarios y pedagógicos “a la decisión del Ministerio de Educación de CABA de retomar cualquier tipo de actividad presencial en las escuelas”.
“El distrito en el que se encuentra nuestra escuela incluye los barrios de Barracas, La Boca, Barrio 21-24, Constitución, San Telmo, San Cristóbal; es uno de los más afectados por esta alta circulación del virus”, describen en el comunicado, en el que además sostienen que este “retorno a las aulas provoca una “nueva confusión” en el estudiante y atenta contra nuestra labor pedagógica, siendo un inconveniente más (que se suma a la falta de calificación numérica y a la no repitencia que circuló en los medios) para garantizar la continuidad del proceso educativo virtual que venimos desarrollando”.
En la nota se añade que “esto plantea una falta de respeto absoluta por parte del Ministerio al trabajo que venimos realizando y un desinterés por el proceso pedagógico de nuestros estudiantes”. En ese sentido, los docentes subrayan que vienen “trabajando con acuerdos internos en las áreas, en la selección de contenidos mínimos priorizados y todo tipo de estrategias a fin de lograr la vinculación pedagógica con nuestros alumnos a través de clases sincrónicas y asincrónicas y envíos de tareas en soporte papel, para aquellos alumnos que no cuentan con los recursos tecnológicos para acceder al trabajo escolar”.
“Esta vuelta a la presencialidad –insistieron- supone una sobrecarga de tareas, tanto para docentes como para el equipo directivo, puesto que además de continuar sosteniendo las actividades remotas, deberán ocuparse de las tareas de cuidado e higiene de los grupos que retornen. Actividades que, por otro lado, exceden nuestros conocimientos. Se somete a las y los docentes a más incertidumbre y presión psicológica”.
Por otro lado, informaron que “el día miércoles 21 de octubre personal de limpieza concurrió al establecimiento con el fin de realizar la limpieza de las áreas destinadas a las burbujas y, se informó, uno de ellos contrajo COVID-19” y se preguntaron: “¿Está persona está amparada por el protocolo? ¿Cuenta con los medios de cuidado para no contagiarse y contagiar a su familia?”.
Deudas pendientes
Como muchos establecimientos educativos de la Ciudad, la ETT 15 ya tenía contrapuntos importantes con la Ciudad desde hace años: “Tenemos un problema que también es grave y es que antes de la pandemia, el ministerio de Educación se comprometió a reacondicionar el edificio que ocupaban anteriormente en Paseo Colón 255 para que nos traslademos ahí ya que el actual tiene graves problemas edilicios. Hace dos años se le cayó un pedazo de mampostería a las auxiliares de limpieza y se pretende que volvamos a un edificio que también pone en riesgo nuestra integridad física”, concluyó la presidenta del Centro de Estudiantes.
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