Sin embargo tanto el intendente Facundo López como el secretario de salud, José María Álvarez y el director del hospital, Daniel Kamejarin niegan contra viento y marea la gravedad de la situación del sistema de salud pública y lo adjudican a una maniobra electoral, al punto de que denunciaron penalmente a los colegas de Politica Necochea y Necochea Digital por difundir la real situación de los hospitales, al igual que lo ha hecho NOVA desde hace varios meses.

Los insumos del hospital se compran a cuentagotas en las farmacias y comercios en los que el municipio aún tiene cuenta corriente y se pagan con sobreprecios de hasta el 100 por ciento de su valor. El caso del oxígeno es uno de los más controversiales: mientras en otros distritos se pagó a 16 pesos el metro cúbico, Necochea lo pagó por compra directa a 40 pesos.

En las últimas horas previas a la elección en la que Facundo López se juega la reelección, pretende tapar el desastre que su gestión llevó a la salud pública y discute por un tubo de oxígeno más o cuatro cajas de suero menos, pero deja de lado el problema de fondo: el que fuera uno de los hospitales más importantes de la región, es poco más que un monumental centro de atención primaria que se mantiene en pie gracias al profesionalismo y la calidad de sus trabajadores, que aún no terminaron de cobrar sus salarios completos.

La gestión de Facundo López deja como impronta un total desprecio a los Derechos Humanos. Atentó contra el derecho a la libertad de prensa, al perseguir, presionar, iniciar acciones penales, someter al escarnio público a periodistas; atentó contra el derecho de los ciudadanos a informarse intentando manipular la información; también lo hizo contra el derecho a la salud, contra los derechos laborales de sus trabajadores al reprimirlos brutalmente hace un año en medio de una manifestación por sus salarios atrasados y por pagarles en cuotas, fuera de término y con retrasos de más de cuatro meses sueldos, horas extras, guardias y demás beneficios laborales.