Cómo afectó a la oposición el rol de sus concejales, las alianzas de vidriera y los aliados oficialista. Las Primarias les marcó la cancha y, hasta hora, ninguno se hizo cargo.
En este cuadro de oposición devaluada entran también los concejales de cada espacio, con la obligación de someterse al golpe como propio, analizando su accionar político. ¿Será la hora de que cada cual diga quién es?.
En las legislativas de 2009 la gente eligió terminar con la hegemonía oficialista en el Concejo Deliberante. Se pluralizó la oposición en un hecho que, a priori, la democracia lo muestra como positivo. Aunque esa diversidad de matices en el plano legislativo no siempre significa un saldo político acreedor.
No significa que el triunfo apabullante de Fernando Espinoza esté íntimamente ligado con el accionar de los ediles de la propia tropa. Por eso tampoco puede recaer toda la culpa de la derrota en los concejales de la oposición, aunque dejarle una banca a la autocrítica no estaría demás.
Analizando el escrutinio definitivo, caso por caso, los números demuelen a los referentes legislativos de la oposición. Entre los concejales Fernando Asencio (Peronismo Federal) y Manuel Atencio (UCR) se contaron 38.270 votos, y necesitaron del precandidato José Solaro para alcanzar sólo el 9,3% del total de sufragios.
En las huestes duhaldistas, Julio Rubén Ledesma (su concejal es Carlos Giffonni) y Ariel Martínez obtuvieron 27.912, y otras cinco listas colectoras los ayudaron para alcanzar un magro 8,39% total.
El espacio de Hermes Binner, que en La Matanza lidera Jorge Ceballos -con Sandra Oviedo como concejal referente- se hizo de 24.456 votos en el distrito, un 4,03% (NdeR: en las últimas horas se habla de un crecimiento del sector y el oficialismo hasta le da chances de acceder a dos nuevas concejalías).
¿Las urnas hablan del Concejo Deliberante?. ¿Dicen que no hay una oposición que genere confianza alternativa?. ¿Traducen el disgusto con las alianzas por conveniencia? ¿Castigan las actitudes camaleónicas?. ¿O la realidad responde al murmullo popular y a los concejales de La Matanza no los conoce nadie?.
Aunque haya interrogantes que no tengan una única respuesta, los ediles opositores tienen una cita con el mea culpa. Si desde un mes antes de las Primarias los dos concejales del bloque Peronismo Federal -Asencio y Adrián Verdini- no se hablaban y hasta se castigaban en voz baja, no pueden pretender que el electorado premie el desequilibrio de objetivos.
Gustavo Ferragut y Sandra Oviedo caminaron las calles del distrito promocionando el Frente Amplio Progresista, una sociedad por conveniencia que los encuentra separados cuando hay que sentarse en la banca. De hecho, el referente de Margarita Stolbizer sigue siendo socio (entiéndase socio) político de Manuel Atencio, el radical que juega la partida de Fernando Asencio. Y no es una mezcla azarosa de nombres y posiciones, es lo que hay.
Si la gente quisiera votar por la oposición ¿por qué elegiría a Ariel Martínez o Juan Carlos Giffonni?; el primero acompañó codo a codo todo lo que pidió el ejecutivo -de hecho el oficialismo lo cuenta como propio-, y el segundo hasta se dio el lujo de faltar a sesiones en las que se debatieron temas de relevancia para la sociedad.
Si el electorado castiga acciones legislativas, el representante de la Coalición Cívica en el CD Edgardo Lobos es el botón de muestra. En sus casi ya cuatro años de gestión nunca se le entendió lo que proponía, y hasta él mismo se reconoció como “un boludo” (Sic) durante una sesión. En las Primarias, la CC apenas alcanzó el 1,53% de los votos y casi no llega al piso necesario para presentarse en octubre.
Tal vez este sea el momento en el que los actores de la oposición legislativa apelen a la coherencia y digan de qué lado están. Por lo pronto tendrán que aguantarse la sonrisa de los 14 oficialistas, o 15 si Ricardo Maidana se decide a confesar su relación tras bambalinas.
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