Por María Laura Avignolo¿Ségolène Royal será la futura ministra en el gobierno socialista de su ex, el presidente François Hollande? No se habla de otra cosa en Francia: de las comidas mundanas a los cafés de parlamentarios en las cercanías de la Asamblea Nacional y aun en los pasillos del palacio del Elíseo. En la televisión y en los diarios.
Espléndida, fresca, Ségolène consigue, aun sin estar en el poder, hacer soñar a los franceses con su regreso. Volvió ayer a la televisión para presentar su libro “Esta bella idea del coraje”, donde esta campeona de la comunicación política jamás menciona su complicada vida personal como ex compañera sentimental del ahora jefe de Estado, madre de sus cuatro hijos y candidata presidencial del Partido Socialista que él presidía. Pero en su libro, de 300 páginas, retrata personajes de la historia que la impactaron, como Nelson Mandela, François Mitterrand, Jean Jaures, Lula da Silva.
En esta telenovela álgida, complicada para dos personajes discretos con su vida privada como son Royal y Hollande, todos se preguntan si la brusca y celosa primera “girlfriend” francesa, Valerie Trierweiler permitirá –sin más escándalos– el aterrizaje de la ex candidata presidencial socialista al gobierno. Nadie sabe aún si ese escenario podrá ser desminado.
Trierweiler, periodista de Paris Match y nueva compañera sentimental del presidente francés, no le ha dado tregua a Royal en su combate, usando los medios más arteros, como apoyar a su rival en su candidatura a diputada socialista en La Rochelle. Hasta se permitió romper la relación familiar de Hollande con sus hijos, que apoyaron abiertamente a su mamá.
Royal no ha querido referirse a “las pruebas de la vida privada”. Solo dice comprender “el coraje que es necesario para remontar los accidentes de la vida, esta impresión dolorosa de amputación en las rupturas afectivas. Todo eso llama a una resistencia, una fuerza a buscar para volver a partir”.
Después de su derrota en la primaria socialista y en las legislativas de 2012, no consiguieron sacarla del medio. Quedó como presidenta del consejo regional de Poitou Charente y después llegó a la vicepresidencia del Banco Público de Inversión, su gran proyecto en la campaña presidencial.
Cuando le preguntaron sobre el gobierno socialista, Ségolène lo defendió críticamente ayer.
Llamó a Hollande a acelerar las reformas para iniciar “la guerra contra el desempleo” y dijo abiertamente que era necesaria una reestructuración del Ministerio de Economía.
“Hay un sentimiento de tiempo perdido. Hay que ir más rápido. El matrimonio para todos debería haber sido el verano pasado al igual que la reforma de descentralización. Bueno. Miremos el futuro y ganemos los 100 primeros días del segundo año”, dijo Ségolène. Reconoció que Hollande había sido “corajudo” en la guerra en Mali y también sobre la transparencia del patrimonio de los funcionarios.
¿Y entrar al gobierno? “No es algo de actualidad”, respondió astutamente. “Como dice Roosevelt: hacer lo que uno hace, donde uno está, con los medios que uno tiene. Yo seré candidata a mi sucesión en las elecciones al consejo regional de Pitou Charentes en las próximas elecciones regionales”, agregó, en declaraciones a Le Monde.
¿Pero una renovación ministerial? “Yo creo que hay que estar siempre en movimiento. Y no es un misterio para nadie que hay dominios donde una reestructuración es necesaria”, finalizó.
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