Autoridades del Concejo Deliberante de San Salvador de Jujuy y del Instituto Belgraniano de Jujuy hicieron entrega al intendente de San Miguel de Tucumán, Domingo Amaya, de copia de la ordenanza N° 6529, que expresa al pueblo tucumano la gratitud del pueblo jujeño por el gesto humanitario del año 1812, tras las dramáticas horas del Éxodo.
Al recibir copia de la ordenanza y una placa alusiva de manos del presidente del Concejo Deliberante de San Salvador de Jujuy, Carlos Sadir, de la concejal Marta Russo Arriola y del presidente del Instituto Belgraniano de Jujuy, Luis Grenni, el intendente Amaya agradeció el gesto con palabras emocionadas.
Durante el acto, situado a pocos pasos de la Casa Belgraniana, se descubrió un busto del patriota tucumano Bernabé Aráoz, coronel del Ejército del Norte que luchó junto a Manuel Belgrano en la victoriosa Batalla de Tucumán. El presidente del Instituto Belgraniano de Tucumán, Luis Yanicelli, hizo una semblanza del coronel Aráoz, quien fue –además- el primer gobernador de la provincia.
La ordenanza sancionada por los concejales jujeños dispone expresar al pueblo tucumano, “en el año del Bicentenario de la Bandera Nacional de Nuestra Libertad Civil, el más profundo y sentido agradecimiento por el humanitario gesto del año 1812 para con el pueblo de Jujuy, al que cobijó, protegió y acompañó tras las dramáticas horas del Éxodo del 23 de agosto de dicho año”.
En sus fundamentos, se destaca que en 1812 -cuando la revolución que dio lugar al nacimiento de nuestra patria se encontraba a punto de naufragar- le tocó al pueblo de Jujuy dejar todo para seguir al general Manuel Belgrano cumpliendo la orden de ‘tierra arrasada’ que, ante la escasez de recursos y hombres para enfrentar al enemigo, había impartido el gobierno central. Así se produjo el Éxodo Jujeño del 23 de agosto de 1812, que implicó el traslado de aproximadamente dos mil personas desde Jujuy hasta la ciudad de Tucumán, travesía de 345 kilómetros que se hizo en carretas y a pié, de noche y de día, que demandó más de 25 días, con las avanzadas realistas pisándoles los talones.
En tanto, Belgrano con el apoyo del pueblo tucumano decidía dar la gloriosa batalla de Tucumán, agrega la Ordenanza, “decenas de familias jujeñas que habían emigrado siguiendo a Belgrano fueron cobijadas en casas y templos tucumanos, donde encontraron un lugar para descansar de la agotadora y peligrosa travesía. Aquellos refugiados tuvieron también ahí comida, agua y un techo donde sentirse protegidos y consolados ante el cruel desarraigo que les habían impuesto las necesidades de la Patria y que terminaría recién entre febrero y marzo de 1813, en que pudieron regresar a su patria chica”.
La ordenanza advierte que por “una inexplicable ingratitud que consideramos necesario reparar, durante las conmemoraciones por el Bicentenario del Éxodo Jujeño ninguna institución de Jujuy reparó en agradecer a Tucumán aquel extraordinario acto humanitario que tal vez por la trascendencia del triunfo militar del 24 de septiembre ha quedado invisibilizado en nuestra historia. Entendemos que en el Bicentenario de la creación y entrega de la Bandera Nacional de la Libertad Civil, y tomando una iniciativa del Instituto Belgraniano de Jujuy expresada con motivo de la sesión especial del 22 de agosto próximo pasado, es un gesto que hace justicia y enaltece a Jujuy producir la expresión institucional de reconocimiento al pueblo tucumano por los motivos señalados”.
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