En un acto que estaba pautado este martes pero que debió postergarse por el atentado contra la vicepresidenta, Juan Carlos Gasparini iba a hacer entrega del poder a Mariel Marchesi.

“Con todo esto pospusimos el acto para más adelante. Lo vamos a hacer en un local nuevo, vamos a aprovechar a inaugurarlo con la nueva presidenta”, detalló en diálogo con La Tecla “Chinchu” Gasparini.

A sus 74 años, el intendente debió pedir licencia en el cargo dado que padece mielodisplasia, un conjunto de trastornos ocasionados por la interrupción en la producción de células sanguíneas y que lo llevó a estar internado varias veces.

En su juventud vivió en la calle, pasó hambre, padeció violencia familiar y apenas terminó el primario, “Hombreó” bolsas, “cuereó” nutrias, vendió turrones en el cementerio y levantó Quiniela: en medio de todos esos ‘rebusques’ para ganarse la vida, siempre tuvo presente la ilusión de convertirse en intendente.

El “Chinchu” le debe su apodo al carnicero que de chico lo veía llegar con su bolsita a buscar, con la vaca recién carneada, las vísceras que entonces se regalaban. “Como yo era alto y usaba las alpargatas atadas con cordones, me apodó ‘chinchulín’”, comentó en una oportunidad.

Al ser consultado sobre si continuará vinculado a la política, fue contundente: “Estoy continuamente, voy a estar siempre. Llego acá (Roque Pérez) y no tengo tiempo de nada, todo el tiempo estoy atendiendo llamadas y respondiendo mensajes. Ahora el lunes vuelvo para allá (La Plata). Cuando me retire quiero aprovechar a estar con mis hijas”.

Mariel Marchesi, quien será ungida en breve, milita desde su juventud en el justicialismo: fue concejal y diputada, y es una de las mayores referentes a nivel local.